Читать книгу Ética, hermenéutica y política - Jordi Corominas - Страница 20
CONCLUSIÓN
ОглавлениеNosotros no formamos parte de los casos bíblicos ni del estadio religioso kierkegaardiano, sino que formamos parte de la selva. Hemos intentado acotar el problema, pero por lo visto parece que no se puede aseverar de manera tajante que los que saben tienen la obligación de comunicar eso que saben, por más que hayamos afirmado “el saber que no se comunica es ignorancia”. Sin duda, toca hacer un buen discernimiento, máxime en los terrenos social, eclesiástico y político, en los que el pueblo casi siempre, por no decir siempre, tiene derecho a que le digan la verdad.
Un amante que mira con gran afecto a su amada le dice:
—Eres perfecta; no he encontrado en ti ningún defecto, esto es, sí tienes un defecto, pero lo realizas de tal manera que lo conviertes en otra cualidad.
La amada pregunta con cierta indiferencia:
—¿Cuál defecto?
Y el amante responde:
—El defecto es que mientes; pero lo conviertes en cualidad porque mientes divinamente.