Читать книгу Las prácticas de enseñanza - Jorge Steiman - Страница 7
Presentación
ОглавлениеA mediados de los años setenta, por un hecho fortuito, la lectura de Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire me vinculó al campo de la educación. Por ese entonces yo era un incipiente estudiante de la carrera de Arquitectura y jamás había pensado que el campo educativo podría ser mi campo de trabajo. Esa lectura cambió mi futura vida profesional por completo. Por eso, entre mis tesoros favoritos, está ese libro con la firma auténtica de Don Paulo rubricada con tinta azul de birome.
Cambié el tablero y los lápices por el delantal y de la mano de las nuevas-viejas Escuelas Normales Superiores me convertí en maestro de escuela. Inmediatamente de haberme recibido ya me estaba anotando en las Ciencias de la Educación en la UNLZ. Diez años más tarde, el no-arquitecto se hacía si-pedagogo.
Apenas cuatro años después del egreso y solo contando con la experiencia de esa misma cantidad de años como Ayudante en Psicología del Aprendizaje, otro hecho fortuito vuelve a torcer mi destino. La docente a cargo de las dos cátedras de Práctica –Prácticas de la Enseñanza Media y Práctica de la Enseñanza Superior– pide una licencia a 15 días de haberse iniciado el cuatrimestre. A las corridas y de apuro y, bajo solo el pedido de organizar la inserción de los estudiantes en las escuelas de prácticas, me nombran JTP. La profe-colega nunca volvió y yo me quedé ahí, lo que se convirtió, a la postre, en el comienzo de mi itinerario profesional en el campo de la Didáctica. Años más tarde las Didácticas y las Prácticas se juntaban por una modificación en el plan de estudios y la Didáctica IV pasó a ser “mi” cátedra como interino hasta que el concurso me convirtió en ordinario.
Hay un tercer hecho fortuito que tiene que ver fuertemente con mi vida profesional. Un sábado a la mañana, caminando las calles de Adrogué, donde vivo, me cruzo con un ex compañero de la escuela primaria: Carlos Ruta, por entonces, Secretario Académico de la UNSAM. No quiero abusar con detalles, solo les diré que esa charla fue mi puerta de ingreso a la UNSAM donde desarrollo la mayor parte de mi tiempo profesional didacteando.
No niego algún mérito de mi parte y no quisiera tributar a la falsa modestia pero, sin duda, en mi vida profesional (en la otra también pero se los contaré en otro libro) la suerte estuvo de mi lado.
La formación que recibí en el grado solo concebía la Didáctica ligada a los postulados del conductismo. Pero ya entonces, cuando la Didáctica me tomó de la mano como docente universitario por primera vez, la línea teórica de la práctica reflexiva daba sus primeros pasos para convertirse en un nuevo punto de vista teórico de la disciplina.
Desde entonces y hasta el presente, he transitado la vida profesional reflexionando acerca de las temáticas de la enseñanza en contextos de educación superior en la que también se inscribió mi propia práctica.
Este libro es, en parte, el resultado de ello: la sinfonía de mis propias preguntas, la búsqueda de respuestas a algunos interrogantes, la sistematización de las reflexiones que fui entretejiendo, los aportes que pude hacer al campo desde la mirada del que investiga, del que enseña, del que aprende.
Cuando presenté Más Didáctica (2008) deseé públicamente que mi próximo libro fuera de poesía. No pudo ser. Pero no perdí las intenciones, ni las mañas. Entonces –me dije– si no me es posible publicar poesías, éstas estarán en mi próximo libro de Didáctica.
Parece haber llegado ese tiempo. Este es un libro de Didáctica que incluye mis propios poemas y los de algunos poetas que me conmueven. Porque la literatura abre puertas y de eso trata este libro.
Así nació Las prácticas de enseñanza –en análisis desde una Didáctica reflexiva–, un libro que escribí en cinco capítulos desde el ensamble de los distintos estilos que yo quería darle: por momentos de ensayo, por momentos de informe de mis propias investigaciones, por momentos de lirismo poético.
El libro tiene una estructura uniforme. Cada capítulo tiene una entrada al tema en cuestión de la mano de un poeta bajo el título “Introducción”. No es una entrada muy formal, más vale es una manera de adentrarse desde esos otros lugares que no son los que habitualmente recorremos desde una formalidad temática. De la mano del poeta, hago explícitas las razones por las cuales elegí esa poesía para empezar ese capítulo. Luego, en cada uno de los grandes títulos que lo conforman y que se demarcan numéricamente como 1, 2, 3 o 4, hay una poesía mía. Si Uds. me preguntan si esa poesía tiene alguna relación con el título en cuestión, la respuesta es sí. Pero eso no está explícito y dejo, como corresponde al género poético, que cada lector tome, si quiere, la poesía como un texto propio. Cada capítulo tiene una salida del tema, bajo el título “Extroducción” que no es una conclusión, ni una síntesis, ni un cierre formal del tema. Es una manera informal de salir, más cercana al “quedémonos pensando” que al “mirá lo que pensé”. Y ahí vuelve el poeta que acompañó la “Introducción”.
En el capítulo 1, de la mano de Oliverio Girondo, conceptualizo las nociones de práctica social, práctica docente y práctica pedagógica y planteo los atributos que son propios de las prácticas de enseñanza. Consideradas como un tipo particular de práctica social, me centro luego en las características que adquieren en la educación superior y me detengo en tres cuestiones: la institucionalidad de esas prácticas, las tradiciones que las traccionan y los mitos que las condicionan. El capítulo finaliza con la caracterización de las prácticas de aprendizaje en la educación superior describiendo más que al sujeto, a la situación en la que se concretan, preparando así el escenario en torno a las PPS (Prácticas Profesionales Supervisadas) como experiencias de aprendizaje. Este capítulo incluye cuatro poemas míos: “Fantasmas”, “Si alguna vez”, “Adivinanza”, “Inevitablemente vos”.
El capítulo 2, acompañados por Jairo Aníbal Niño, comienza dimensionando la temática que ocupa a este trabajo desde un análisis de las relaciones entre práctica y teoría. Ello me llevó a la necesidad de plantear las diferentes concepciones asignadas a la práctica y presento entonces mi posicionamiento al respecto. Las nociones de conocimiento teórico y práctico y sus caracterizaciones como dos tipos de conocimiento interdependientes en la formación profesional ocupan las siguientes líneas de este capítulo. Finalmente, me pregunto por el aprendizaje en la práctica y en ello, particularmente, el del conocimiento práctico. Para ahondar esta cuestión analizo posiciones referidas a una epistemología de la práctica y los tipos de racionalidad que las sostienen. El capítulo finaliza con una justificación referida a la necesidad de convertir a las experiencias de práctica en genuinas situaciones y escenarios de aprendizaje. Hay tres poesías mías intercaladas: “Silencio”, “Domingo”, “Caramelos”.
La entrada al capítulo 3 la hace Hamlet Lima Quintana, un capítulo que hace centro en la práctica reflexiva. Parto de las relaciones entre práctica y reflexión desde dos clásicos en los que me referencio: John Dewey y Donald Schön. Realizo algunas distinciones teóricas entre la investigación, el análisis y la reflexión sobre la práctica y finalizo presentando la descripción de los escenarios y herramientas que se pueden utilizar en situaciones de análisis de las prácticas de enseñanza. El capítulo incluye mis poesías: “Las condiciones de una vida”, “Sin redes abajo”, “Ahí”.
En el capítulo 4 celebra Julio Leite. Me centro en el análisis de la práctica desde una mirada didáctica: el eje se posiciona en el análisis de las propias prácticas de enseñanza. Como éstas se concretan en situaciones de clase, me detengo a analizar el sentido del término para desde allí, y con carácter propositivo, presentar por un lado un esquema explicativo de aquello que entra en juego al momento de “pensar la clase”; y por otro, algunos caminos posibles para analizar didácticamente la propia práctica de enseñar en situaciones de clase. Lo mío de poeta va con: “La ventana” y “Son solo métodos”.
Juan Gelman da la entrada al capítulo 5 que vincula las prácticas con la formación desde la perspectiva del currículum formal. Realizo un primer análisis de las relaciones entre el currículum y la escolarización para, desde ese contexto, ahondar en la presencia de la estructura formal del currículum a través de los planes de estudio. Luego me centro en las unidades curriculares de PPS en un plan de estudio y hago una primera presentación analítico-interpretativa con eje en las prácticas en las carreras con regulación estatal. El capítulo incluye resultados de mi investigación en torno a la presencia de las PPS en los planes de estudio de la carrera de Profesorado en Ciencias de la Educación. Presento el análisis e interpretación al respecto considerando tres cuestiones. La primera de ellas es la modalidad curricular que adquieren las PPS en donde describo las características curriculares con que han sido previstas haciendo hincapié en el lugar que se les asigna en el plan de estudio y las modalidades de concreción que adquieren. La segunda cuestión es la de los sentidos asignados a las PPS, para lo cual analizo las manifestaciones explícitas que se encuentran en las intencionalidades, los contenidos y/o las obligaciones académicas de las PPS para construir los casos que presento y que dan cuenta de diferentes modos de concebir las prácticas. Finalmente, la tercera temática que abordo es la epistemología de la práctica, para lo cual analizo transversalmente cada plan de estudio identificando especialmente qué epistemología y particularmente qué referencias al conocimiento teórico y al conocimiento práctico, se enuncian. Construí una casuística al respecto, que entiendo puede ser utilizada como marco de referencia para analizar las PPS en cualquier plan de estudio de cualquier campo profesional. En este capítulo incluí también algunas narrativas de estudiantes practicantes referidas al contenido de la reflexión sobre la práctica antes y después de dar su clase. “Ah”, “Cuestión de escarbar” y “Cofres” recorren el interior de este capítulo.
Como verán, queriendo escribir un libro de poesías, salió uno de Didáctica. Capaz que fue cuestión de suerte también. Bienvenidos a estas páginas.