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Frases inútiles en el duelo

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Una de las situaciones más tensas y a la vez normalizadas en los procesos de duelo se produce en el momento de tener que dar el pésame. Existen hasta aplicaciones en línea que te permiten crear frases de pésame (basta con buscar en Google Play «Frases de pésame y luto» para que te aparezcan más de diez aplicaciones que te aconsejan la palabra precisa en el momento adecuado), de tal manera que, dejando al margen lo anecdótico, en el intento de acompañar a la persona en duelo es relativamente frecuente el uso de expresiones inútiles, bienintencionadas pero disfuncionales.

Son frases que tienen más que ver con la incomodidad de quien las dice y su dificultad para sostener la emoción del doliente que con la ayuda emocional y el acompañamiento auténtico. «Te acompaño en el sentimiento» quizá sea una de las más típicas, si bien es cierto que algunas personas se pueden reprimir a la hora de recurrir a alguna de ellas porque, ¿de verdad estamos dispuestos a «acompañar a alguien en sus sentimientos»? Esta es una de las frases hechas que mejor ejemplifica que, cuando la utilizamos, estamos haciendo un acto automático que en nada ayuda al doliente. Supone más bien un alivio para quien la dice, tal vez angustiado por no saber qué decir, por la necesidad de tener que transmitir algo y por la dificultad que supone escuchar.

En sustitución de estas frases, y ante la pregunta de qué hacer para dar un pésame, sencillamente basta con un acercamiento, un abrazo sentido, una escucha libre y activa del dolor de la persona que ha perdido a alguien.

Aun así, estas expresiones están muy arraigadas en todas las poblaciones y lugares de España y suelen ser comunes en muchos de ellos. Si tuviésemos que hacer un decálogo con algunas de ellas, las más repetidas sin duda serían:

Decálogo de las frases inútiles en el duelo

1 «Sé cómo te sientes».

2 «Te acompaño en el sentimiento».

3 «Ahora ya descansáis los dos».

4 «Tú lo llevarás bien, eres fuerte».

5 «Suerte que tienes hijos y te ayudarán».

6 «Así es la vida, hoy estamos aquí y mañana quién sabe».

7 «Podría haber sido peor».

8 «Tranquila, el tiempo todo lo cura».

9 «No somos nadie».

10 «Con lo bueno que era».

Estas frases dificultan el permiso a conectar con la tristeza, el enfado y la rabia. Impiden que cada doliente elabore su duelo a su manera, que lo construya personalmente. Ponen el acento en el alivio, en la esperanza, pero en los momentos de pésame es mucho más necesario y útil conectar con las emociones más coherentes con la pérdida.

En su lugar, deberíamos tener presentes una serie de consejos para dar el pésame y dirigirnos a los dolientes:

Decálogo de consejos para dar el pésame

1 Acercarse de manera empática a los familiares de la persona fallecida con la finalidad de expresarles nuestras condolencias.

2 Tender la mano a la persona doliente y, en función de la confianza o intensidad de la pérdida, prepararnos para poder romper el «cordón de seguridad afectiva» y darle un sentido abrazo.

3 Evitar decir frases grandilocuentes o típicas que nos permitan destacar. No es cuestión de dar una lección de vida o de demostrar pasividad, sencillamente se trata de comunicar al doliente la voluntad de acompañarle en el proceso que está viviendo.

4 Recordar que lo importante es hacer que el doliente y su familia se sientan lo mejor posible en ese momento tan duro para ellos.

5 Ser espontáneo y auténtico es la mejor forma de poder acompañar en este momento, no debemos memorizar ni llevar preparado nada sobre qué decir o qué hacer. Es preferible dejar que las palabras o los gestos surjan de nosotros de la manera más natural.

6 Simplemente, pensar en un mensaje sencillo, ordenar las ideas principales que deben aparecer en él y no preocuparse más por el contenido. Por ejemplo: «Ayer por la noche me llamó mi hermana y me contó lo sucedido. Lo siento mucho. Si puedo echarte una mano, no dudes en darme un toque».

7 No hacer hipótesis sobre lo mal que se debe de sentir el doliente: «Sé cómo te sientes, esto debe de ser muy duro para ti, con lo unidos que estabais»… Frases como esta no aportan nada, resultan evidentes y ahondan en el dolor de manera innecesaria.

8 Intentar simplificar y ser honestos evitando formas enrevesadas de comunicación. La persona que nos va a escuchar apenas va a prestar atención, su memoria está bloqueada por la emoción del momento.

9 Elegir bien el momento. Entendamos cuándo somos de ayuda y cuándo sobramos: si somos capaces de percibir esta situación, el resto vendrá solo.

10 No pedir explicaciones ni respuestas largas. Es importante que al dar el pésame la otra persona no se sienta presionada a hablar de cómo se siente.

Acompañar en el duelo significa estar sin presionar. Nos podemos apoyar en el contacto físico, en sostener la mirada y en la mera presencia, y debemos tener en cuenta que el mensaje verbal sea coherente con la relación y el vínculo que tenemos con el doliente.

El duelo

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