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ОглавлениеCarmen de Burgos
1867–1932
PERIODISTA DE COMBATE
Me llamo Carmen y soy escritora y periodista. Nací en Almería y fui la mayor de diez hermanos. Mis padres nos educaron a todos por igual y sembraron en mí el deseo de libertad que me acompañó toda la vida.
Me casé con un pintor y periodista que me puso en contacto con todo el mundo de la prensa y entre imprentas encontré mi vocación. Mi matrimonio no salió bien, así que con poco más de treinta años y una niña pequeña me marché de mi casa para empezar una nueva vida en solitario. Como había estudiado Magisterio, preparé las oposiciones a maestra porque quería un trabajo que nos permitiese a mi hija y a mí vivir sin ayuda. Cuando ya tenía ese trabajo asegurado, conseguí también un trabajo de periodista y fui la primera mujer redactora de España, es decir, la primera a la que reconocieron como profesional del periodismo.
En las columnas que publicaba en el periódico hablaba de moda, de estética, pero también defendí el derecho de la mujer a votar y el divorcio, lo que no gustó a todo el mundo. Es por eso por lo que, después de mi muerte, al acabar la guerra civil española, incluyeron mi nombre en una lista de autores prohibidos y mis libros desaparecieron de las bibliotecas.
En Madrid conocí a muchos escritores, participé en tertulias, escribí mis propias novelas, publiqué libros, me enamoré de nuevo y hasta conseguí cierto éxito como escritora. Pero, por encima de todo, me sentí libre. Tan libre como para viajar a Melilla y contar desde allí la guerra que estaba teniendo lugar entre el ejército español y algunos soldados de Marruecos y ser una de las pocas corresponsales de guerra que trabajó en aquella época.
Escritora, periodista, madre, corresponsal de guerra, maestra y política. He sido tantas cosas porque elegí ser libre y luchar contra los que quisieron impedírmelo.
Carmen de Burgos fue la primera periodista de oficio en España y una mujer pionera en el reporterismo de guerra de principios del siglo xx. Publicó sus artículos y parte de su obra literaria con diferentes seudónimos: Colombine, Gabriel Luna, Perico el de los Palotes, Raquel, Honorine y Marianela.
«El progreso verdadero de los pueblos está en la ética»