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ОглавлениеPablo Picasso
1881-1973
EL GENIO DE LOS PINCELES
Me llamo Pablo y soy pintor, como mi padre. Nací en Málaga y, aunque viví en La Coruña, Barcelona, París y otros lugares, siempre guardé la luz, el mar y los colores del sur entre mis pinturas y pinceles. Cuando era niño, mi madre me dijo que podría convertirme en lo que me propusiera. Yo quise ser pintor y me convertí en Picasso.
Desde el primer día que cogí un pincel, busqué que mis cuadros no mostraran solo lo que yo veía. La pintura fue una manera de expresar mis emociones. Si estaba triste por la muerte de un amigo o por la guerra, pintaba azul o negro y blanco; si estaba feliz, enamorado, pintaba rosa, circos y arlequines.
Nunca me cansé de buscar nuevas formas de pintar lo que sentía, mezclando colores, las técnicas más modernas con el arte más antiguo y lejano… Así nació de mis pinceles el cubismo.
Inquieto e inconformista, busqué otras maneras de contar lo que pensaba, mi visión del mundo, y probé con la cerámica, los decorados de teatros y ballets… Siempre tuve en cuenta que el arte no es solo algo bonito. Por eso, con muchas de mis obras también quise hablar de paz y de lo que duele la guerra a las personas y a los países.
Mi vida fue como todas: feliz, unas veces, triste otras. Dibujé el mundo con mis pinceles. A todos los que me preguntaron cómo lo hice les dije que con mucho trabajo. Y les di el mismo consejo: “Apaga el gris de tu vida y enciende los colores que llevas dentro”.
Y tú, ¿te animas a sacar esos colores?
Pablo Picasso es el artista español más importante del siglo xx y uno de los más influyentes en el desarrollo del arte moderno. Es el primer pintor vivo de la historia en exponer en el museo del Louvre, de París. En 1907, con su cuadro Las señoritas de Avignon, Picasso inventó el cubismo, un estilo de pintura donde mezcló influencias modernas con arte primitivo africano, utilizando formas geométricas para representar su particular visión de la realidad. Picasso dibujó algunos de los símbolos de la paz más importantes, El Guernica (1937) y su Paloma de la paz (1949), admirados mundialmente.
«La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando»