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ОглавлениеIsabel la Católica
1451-1504
LA REINA PODEROSA
Me llamo Isabel y soy reina. No nací para ser reina, mi hermano Alfonso iba a ocupar ese lugar, pero terminé heredando el trono, apoyando el descubrimiento de América y uniendo bajo un mismo nombre el imperio más grande que se ha conocido.
Mi padre sí era rey, Juan II de Castilla. Murió cuando yo solo tenía tres años y mi hermano Enrique, hijo de un matrimonio anterior, heredó la corona. También planificó mi vida, porque en aquella época era normal que la vida te la planificaran otros, sobre todo si habías nacido en una familia de reyes. Buscó pretendientes con los que casarme y me nombró su heredera, siempre que me casase con quien él había elegido. Me casé con Fernando de Aragón en secreto y eso lo enfadó tanto que me desheredó. Aun así, cuando Enrique IV murió, me nombraron reina de Castilla. Como Fernando era príncipe de Aragón, juntamos dos reinos bajo la misma corona.
Después llegaron más tierras, más conquistas, más batallas. Queríamos unir todo el territorio español bajo una misma creencia, el catolicismo. Combatimos a quienes no compartían nuestras creencias y a quienes se negaron a adoptar nuestra religión e hicimos crecer el Imperio. El papa Alejandro VI nos otorgó el nombre de Reyes Católicos por defender los valores y la unidad de la Iglesia.
Ya estábamos muy consolidados como reyes cuando conocimos a Cristóbal Colón, un navegante empeñado en llegar a Asia desde España navegando hacia el oeste. Pocos creían en él y me costó trabajo convencer a mi marido de las ventajas que ese viaje podría tener para nuestro reino. Pero lo logré. Financiamos su expedición y así, en 1492, Colón llegó a tierras americanas y permitió que el Imperio se extendiese hasta límites que nunca habríamos soñado. No llegó a Asia, pero descubrió América y nos abrió a un Nuevo Mundo y a una nueva era.
El reinado de Isabel la Católica junto a su marido el rey Fernando II fue un verdadero prodigio al unificar los territorios de España y lograr el descubrimiento de un nuevo continente: América.
«Que no consientan ni den lugar a que los indios, vecinos y moradores de las dichas Indias y Tierra Firme, ganadas y por ganar, reciban agravio alguno en sus personas y sus bienes»