Читать книгу 17+85 españoles geniales - José María Moya - Страница 3

Оглавление

Leonardo Torres Quevedo

1852–1936

REGRESO AL FUTURO

Me llamo Leonardo y soy inventor. Nací en Cantabria, entre vacas y montañas, el mismo año que Antonio Gaudí y Benito Pérez Galdós. Y mientras ellos construían sus mundos y sus sueños con piedra y con palabras, yo quise volar. Y lo conseguí.

Siempre pensé que las dificultades son más retos que obstáculos y que el ser humano es capaz de conseguir, con trabajo e imaginación, que el viento sople a su favor. Convertí el cielo en mi laboratorio. Los drones que ahora cruzan las nubes manejados por control remoto no existirían sin mi Telekino, uno de los primeros mandos a distancia. Con él, hace más de cien años, sorprendí a la ciudad de Bilbao y a todo un rey guiando un bote por la ría sin moverme de la orilla.

Pero no solo conseguí mover objetos a distancia. Diseñé globos aerostáticos y transbordadores que llevaron personas de un lugar a otro de manera rápida y segura. Mi primer teleférico lo movían dos vacas y más tarde hice que funcionara con motores. Aún hoy, después de más de cien años, puedes volar sobre las Cataratas del Niágara en mi Spanish Aerocar.

Mi imaginación nunca se cansó de buscar cielos que recorrer, donde las máquinas ayudaran a los humanos a moverse, a tener una vida más cómoda y fácil, y también a divertirse. Por eso inventé el primer videojuego de la historia: un autómata con el que jugar al ajedrez.

Tuve sueños. Los puse a volar. Los hice realidad y ahora tú puedes jugar con tu consola, pasear entre las nubes o cambiar los canales de la tele sin levantarte del sillón.

Dime, ¿cuáles son tus sueños?

Con el aritmómetro electromecánico, que podría considerarse el primer ordenador en el sentido actual de la historia, Torres Quevedo se convertía en pionero de la computación, precursor de la informática y de la inteligencia artificial.


«Yo soy inventor, únicamente inventor»

17+85 españoles geniales

Подняться наверх