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ОглавлениеLA INTENSA DÉCADA DE LOS SETENTA
La gestación de Editia
Durante la década de los sesenta, un grupo de editores de libro técnico había ido gestando la constitución de una entidad para exportar conjuntamente a Latinoamérica. La idea consistía en hacer catálogos conjuntos, envíos agrupados e, incluso, crear filiales comerciales en aquellos países. Inicialmente se pensó en México, Perú, Uruguay, Brasil, Venezuela y América Central (véase una ilustración en la cual aparecen algunas cartas y actos sobre estos prolegómenos)1. Si no recuerdo mal, las primeras distribuidoras que empezaron a funcionar fueron las de Perú y México que, finalmente, fueron las que cuajaron, junto con la de Uruguay. Puesto que la idea era constituir sociedades mixtas en cada país, el nombre que se pensó para el grupo fue Editia (Editores Técnicos Ibero-Americanos). Las primeras editoriales que formaron parte del proyecto fueron Aedos, Alhambra (Madrid), CEAC, Editores Técnicos Asociados (ETA), Hispano-Europea, Marcombo, Oikos-Tau, Sagitario y Sintes.
1. EDITIA. Años 1969-1970.
2. Carta delatando una estafa.
En América Central se contactó con Lehman, de Costa Rica, y con Zurita, de Caracas (Venezuela). En Perú se contactó con el Sr. Nicanor Domínguez, que era socio de una distribuidora y que fue nombrado gerente de Editia Peruana. A través del Sr. Eric Ruiz, de Alhambra, en México, se entró en contacto con el Sr. Antonio Martínez Romero, que dirigía la distribuidora NORO y que fue nombrado gerente de Editia Mexicana. En Uruguay se creó Editia Uruguaya con un socio-gerente que se llamaba Ernesto Sanginés.
La historia de las Editias es muy larga y complicada. En próximos capítulos irán apareciendo referencias en la medida en que afectaban a Marcombo. Del grupo español fueron desapareciendo Alhambra, CEAC y Sagitario, por diferentes razones. De América, la primera en desaparecer fue Editia Uruguaya. En cuanto a Editia Peruana, un buen día quien desapareció fue el gerente, Nicanor Domínguez... Desapareció él, la secretaria y la caja2.
El grupo Editia envió a Lima a una persona de confianza; tenía que ser alguien de aquí. Pero esa persona, al cabo de poco tiempo de hacerse cargo de Editia Peruana, hizo lo mismo que su predecesor. Entonces, mi padre, que conocía al director de la librería Studium de Lima, D. Andrés Carbone, también gerente de la Universidad Católica, le propuso asociarse, en nombre del grupo, y que él mismo nombrara a un gerente de su confianza. La persona elegida fue el Sr. Justo Blanco, que sí respondió. Continuaremos hablando de ello.
La incorporación definitiva de JMBV
Aquel 1970, me incorporé definitivamente a Marcombo. Era la segunda generación Boixareu que entraba en la empresa. Pasamos unos años de feliz transición con mi padre, que ya antes me había hecho de maestro editor y librero y que, sobre todo, me había contagiado el amor por el libro que aún conservo. Yo tenía mis ideas y mi padre las respetó y me dio apoyo. Se trataba de diversificar la actividad entrando en la edición de revistas técnicas afines a la línea de Marcombo. De esta actividad hablaré en el capítulo dedicado a Boixareu Editores, S. A. y a las revistas.
A inicios de la década, en el año 1971, se celebró el Año Internacional del Libro y Marcombo publicó un catálogo especial para la ocasión, que puede verse reproducido en la figura adjunta3. Aquel catálogo llamaba la atención y demostraba que ya éramos una editorial madura, con autores y obras de gran envergadura dentro de la edición técnico-científica, y con una amplia variedad de especialidades. Entre las obras que se habían publicado, se encontraba el Manual de aire acondicionado, conocido como «el Carrier». Como muestra del reconocimiento por parte de grandes empresas multinacionales, el 23 de abril de 1970, la compañía Westinghouse pidió a Marcombo que se encargara de toda su documentación técnica. Pero éramos una editorial de libros y no un packager, así que tuvimos que rechazar la oferta.
Entre 1970 y 1971 se publicó la obra en dos volúmenes de Roy, Mecánica4. En 1971, entre otros, se publicaron dos títulos de gran éxito: El amplificador operacional y sus aplicaciones, de Marchais5, y Electrónica, de Bolgert6.
3. Catálogo especial para celebrar el Año Internacional del Libro, 1971.
4. Entre 1970 y 1971 se publicó la obra en dos volúmenes de Roy, Mecánica.
5. El amplificador operacional y sus aplicaciones, de Marchais.
6. Electrónica, de Bolgert.
En el año 1971 Marcombo entró a formar parte del International Group of Scientific, Technical and Medical Publishers, conocido como STM, y del cual formaban parte las editoriales científicas, técnicas y médicas más importantes del mundo. Las únicas editoriales españolas que en aquellos momentos participaban eran Salvat y Aguilar.
Marcombo entró en contacto con el STM a raíz de un seminario de marketing que dicho grupo organizó en Barcelona, en la sede de Salvat Editores, y en el cual mi padre, JMBG, ofreció la ponencia «Comercio interior del libro técnico y científico».
Años más tarde, yo mismo —representando a Marcombo en el STM— presenté, en un seminario que también tuvo lugar en Barcelona, una ponencia similar, titulada «Mercado español para libros y revistas científicos, técnicos y médicos»7. Más adelante volveremos a hablar del STM.
Más y más libros
En el año 1972 se publica el primer libro de arquitectura bajo el sello de Marcombo. Se trata de la obra Acondicionamiento natural y arquitectura, de los autores de origen uruguayo Ernesto y Giorgio Puppo, padre e hijo, ambos arquitectos y muy cuidadosos en la elaboración del contenido y el diseño del libro. Fue una de las primeras obras de esa especialidad que intentó compatibilizar la arquitectura y el medio ambiente. Entre las obras destacables de aquel año está la titulada Circuitos binarios, del profesor Francisco Company.
En 1973 se editó y se lanzó una obra de electrónica, cuyo título espantó a algunos expertos de la casa, Circuitos electrónicos, discretos e integrados. «¿Cómo se puede vender un libro con ese título?», decían. El libro, de Schillig y Belove, tuvo un gran éxito y se hicieron diversas ediciones y reimpresiones. Un autor ecuatoriano, el ingeniero Salazar, publicó en Marcombo el libro Ingeniería eléctrica experimental. Salazar era una persona de gran prestigio en Ecuador; tuvimos ocasión de comprobarlo —tanto mi padre como yo— en nuestros viajes a aquel país andino.
Quizá el libro que aquel año marcó un hito fue Sistemas electrónicos digitales, del joven y prometedor ingeniero Enrique Mandado. Era el primer libro que publicaba, y también el primero que se publicaba en español sobre la especialidad. Enrique Mandado, hombre arrebatado que destilaba y destila inteligencia, con conocimientos avanzados sobre este tema y una gran capacidad de esfuerzo, trabajó muy íntimamente con nuestro puntal editorial, el Sr. Ibáñez Morlán, ya citado. El resultado fue un libro del cual se han hecho innumerables ediciones. Cuando termina una edición, Mandado ya prepara la actualización de la siguiente. Esto hace que en la actualidad, después de 47 años, el libro pase de las mil páginas y se haga difícil manejarlo en un solo volumen. Enrique Mandado, que se convirtió en un buen amigo, es uno de aquellos autores que terminan mandando más que el editor —más allá del contenido del libro, que es excelente—. Con Enrique, de raíces gallegas y formado en Barcelona, hicimos una gira para presentar sus libros en México, sobre todo en universidades y politécnicos, con la ayuda de Jöel Juárez, un promotor cualificado de la entonces Editia Mexicana. Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey fueron el eje geográfico de estas presentaciones, que dieron buenos frutos.
En 1974 se publicó uno de aquellos libros que permitían probar la informática desde la vertiente del hardware, que ya habían empezado a oler los técnicos que miraban hacia el futuro. Se trataba de Cómo funcionan los ordenadores, de Wehring. Ahora es el momento de hablar de la colección de libros, ya puesta en marcha, que pretendía hacer entretenidas las matemáticas, o entretenerse con las matemáticas. El creador y autor de esos pequeños libros de bolsillo para leer en el tranvía fue el físico Mariano Mataix que, a la vez, era el director de la central nuclear de Vandellòs I.
Era un hombre genial que sabía escribir, con el objetivo de entretener, sobre aquellos temas que a algunos se les atragantaban. Algunos de sus títulos se explican por sí mismos: Cajón de sastre matemático; Divertimentos lógicos y matemáticos; Fácil, menos fácil y difícil; Problemas para no dormir; Droga matemática; El discreto encanto de las matemáticas; La manzana de la discordia o En busca de la solución. Fue también el autor del Diccionario de electrónica, informática y centrales nucleares8.
En 1975, Marcombo publicó una de aquellas materias que le son poco afines, aunque también es técnica. Se trata de Diseño y cálculo de estructuras pretensadas, del autor venezolano de origen sueco J. Johannson. A mi padre le gustaba publicar obras de autores latinoamericanos y, en este caso, fui yo quien la presentó en Caracas. En plena línea de Marcombo, ese año se publica Introducción al control de procesos por ordenador, del profesor Joaquim Coromines, en colaboración con la entonces Universidad Politécnica de Barcelona. También se publica una nueva obra del profesor Enric Ras, en dos volúmenes, Teoría de líneas eléctricas.
8. Libros publicados entre 1972 y 1974.
Adjunto puede verse el catálogo de 1976, cuyo diseño de portada cambiaba cada año9. Entre los libros publicados aquel año hay un título, Del microprocesador al microordenador, del autor francés Lilen —de quien se tradujeron varios libros más—, que tuvo una acogida notable por parte de los lectores técnicos en español. También se publicó el tercer volumen de la obra Fundamentos de metrología eléctrica, del profesor Karcz, del Politécnico de Barquisimeto (Venezuela), que yo también presenté en su momento en aquella ciudad.
De los libros publicados en 1977 podemos escoger un par: Electrónica industrial avanzada, de Morris, y otro de la serie Mundo electrónico, Transductores y medidores electrónicos10. De 1978, Cálculo óptimo de transformadores, del profesor Juan Corrales, de la UPB. De 1979, hay que destacar las obras de dos grandes autores de la casa: el profesor Enric Ras, con una obra trabajada, Análisis de Fourier y cálculo operacional aplicados a la electrotecnia; y el libro de Enrique Mandado, que ya era profesor de la Escuela de Ingenieros Industriales de Vigo, titulado Procesadores programables. El microprocesador. De autores propios se publica Electrónica y automática industriales, de la serie Mundo electrónico. De las traducciones, hay que destacar el libro Instalaciones frigoríficas, de Rapin11.
10. Libros publicados entre 1975 y 1977.
Aunque aquí no hablamos de ellas directamente, a lo largo de los años setenta y ochenta Marcombo y Boixareu Editores publican diversas colecciones de fascículos siempre relacionadas con la electrónica y la radio. La mayoría eran coordinadas desde la editorial por Josep Mompín Poblet, que era el director de la revista Mundo electrónico. Todas eran de autores originales, excepto una, que era traducida del italiano. Como muestra, se adjunta la portada del número 0 de la serie Aplicaciones de la electrónica. Enciclopedia teórico-práctica en 60 lecciones12.
Como conclusión de este capítulo se reproduce una fotografía, hecha con motivo de un acto de celebración de los cincuenta años de Marcombo, en la cual se puede ver a tres de los grandes autores de la casa acompañando a mi padre. De izquierda a derecha: Enrique Mandado, José Alarcón, Josep M. Boixareu Ginesta y Enric Ras, de quienes he ido citando algunas obras. Los autores siempre han sido la joya de Marcombo13.
11. Libros publicados entre 1978 y 1979.
12. Número 0 de la serie Aplicaciones de la electrónica. Enciclopedia teórico-práctica en 60 lecciones.
13. JMBG con los autores Mandado, Alarcón y Ras con motivo de los 50 años.