Читать книгу Ensayos de hermenéutica - Julio Amador Bech - Страница 3
Introducción
ОглавлениеEl presente libro no pretende llevar a cabo una reconstrucción sistemática de la historia de las diversas corrientes hermenéuticas que se han dado a lo largo de la historia; otros autores ya lo han hecho y de manera bastante afortunada (Ferraris, 2002; Grondin, 2002 y 2006). Me propongo, más bien, abordar algunos de los problemas que considero sustantivos desde la perspectiva actual de la hermenéutica contemporánea. Entiendo a la hermenéutica, en primer lugar, en un sentido heideggeriano, como la condición propia de nuestra existencia, la cual nos enfrenta, en cada caso, a la comprensión e interpretación de la experiencia vivida. En segundo lugar, entendiendo que la comprensión está en la base de todas las formas más complejas de interpretación que nos confrontan con las construcciones discursivas, las experiencias de la vida social en todas sus manifestaciones, así como de todas las producciones culturales y, en particular, la de la literatura y de las artes visuales. El pensamiento científico, tal como lo mostraron Heidegger, Gadamer y Ricoeur, también tiene como sustrato fundamental, como punto de partida, los procesos de la comprensión y la interpretación.
Desde esta perspectiva, la hermenéutica no es un asunto puramente teórico, sino, por el contrario, un asunto vital que nos atañe a todos, en todo momento. Partiendo de este hecho básico, la hermenéutica no puede ser vista como un mero método de conocimiento regido por reglas epistemológicamente estructuradas, pues los mismos planteamientos iniciales de la hermenéutica de Heidegger, en su obra temprana (1922-1927), desmantelan toda orientación puramente epistemológica del conocimiento humano, tal como veremos en el segundo capítulo. Heidegger sienta las bases para entender a la hermenéutica, ontológicamente, ya no como una mera forma de conocimiento, sino como una forma de ser en la existencia.
He estudiado con detenimiento las obras de Heidegger correspondientes al periodo comprendido entre 1922 y 1927, con el propósito muy definido de rastrear en ellas las orientaciones filosóficas que permitieron fundar la hermenéutica filosófica y la fenomenología hermenéutica. Todas estas obras son anteriores a su adhesión al nazismo y están completamente exentas de contener elementos de esa ideología. En este aspecto discrepo de los autores que han querido ver un Heidegger nazi de la cuna a la tumba y átomos de la ideología nazi en todas y cada una de sus obras, argumento que es totalmente falaz y desproporcionado: falso. Sobre esta polémica considero que la obra más sensata, cuidadosa y seria al respecto es la del filósofo Jorge Juanes (2013) Historia errática y hundimiento del mundo. Con Heidegger. Contra Heidegger. Sugiero su lectura para formarse una opinión fundamentada al respecto.
Nuestro modo de ser en la existencia se vuelve inteligible gracias al habla, se da por mediación del lenguaje. No obstante, el lenguaje no es transparente, al mismo tiempo que revela, oculta, por lo cual requiere de la interpretación, asunto que se aborda en el primer capítulo. De ahí que el campo de la hermenéutica se extienda a todo el ámbito de la existencia humana que se expresa por medio de lo que Cassirer (1997 [1944]) denominó manifestaciones del pensamiento simbólico: el lenguaje, el arte, el mito, la religión y la ciencia. No es casual que los autores que continuaron el desarrollo de la perspectiva hermenéutica abierta por Heidegger, principalmente Hans-Georg Gadamer y Paul Ricoeur, hayan llevado a cabo las tareas hermenéuticas que Heidegger deliberadamente dejó de lado por considerarlas innecesarias, desde su perspectiva, una vez aclarada la condición ontológica de la hermenéutica.
En el tercer capítulo doy seguimiento a las que considero constituyen las orientaciones hermenéuticas más importantes de Hans-Georg Gadamer, expuestas en su magna obra Verdad y método. No pretendo realizar una exposición exhaustiva de las mismas, sino que he llevado a cabo una selección, con fines didácticos, de modo que puedan ser útiles al lector en los procesos de interpretación de los discursos, los sucesos históricos, las artes visuales y la literatura.
En el cuarto capítulo se expone el punto de partida común de las hermenéuticas de Heidegger y Ricoeur y el lugar en el cual sus caminos se separan; dicha exposición nos ayudará a comprender el cómo y el por qué resulta necesario retomar los problemas de la interpretación de documentos y monumentos, propios de la hermenéutica tradicional, que Heidegger había dejado en suspenso, intencionadamente. Eso es lo que harán sus seguidores. Gadamer y Ricoeur abordarán este asunto sin recaer en la anterior perspectiva epistemológica, más bien manteniéndose en el punto de vista ontológico trazado por la fenomenología hermenéutica de Martin Heidegger.
En el quinto capítulo abordo el tema de la “triple mímesis”, piedra basal de la teoría de la interpretación de textos, desarrollada por Paul Ricoeur en su primer volumen de Tiempo y narración (2007 [1985]). Tomando como puntos de partida las concepciones del tiempo de san Agustín en sus Confesiones y de Heidegger en Ser y tiempo, además de la teoría de Aristóteles sobre la épica y la tragedia, expuesta en su Poética, Ricoeur elabora detalladas orientaciones hermenéuticas que sintetizan y, a la vez, resultan en una eficaz aplicación práctica de los principios hermenéuticos expuestos a lo largo de toda su obra anterior.
En el sexto capítulo expongo, con cierto detenimiento, los que considero los principios fundamentales de la hermenéutica simbólica de Gilbert Durand. Me extiendo en algunas partes de mi exposición y comentario de su obra, de modo que sea posible situar la obra de Durand en el contexto de su tiempo y de las polémicas teóricas que se desarrollaron en relación con los asuntos que trata. Cuestiones que continúan teniendo vigencia el día de hoy.
Finalmente, en el capítulo séptimo, expongo mi propia perspectiva hermenéutica de interpretación del mito, la cual vengo trabajado, desde hace años, a lo largo de varias obras: Las raíces mitológicas del imaginario político (2004), El significado de la obra de arte (2008, 2011, 2017), Cosmovisión y cultura (2011) y Comunicación y cultura (2015). Presento aquí una proposición hermenéutica, detallada y sistemática de interpretación del mito que recupera esta ya larga reflexión sobre el tema en una nueva versión, acorde con la problemática hermenéutica actual.
Esta obra está pensada como un todo estructurado que va siguiendo capítulo a capítulo un desarrollo argumental sistemático. Recomiendo que se lea de principio a fin. Sin embargo, los capítulos son también autónomos y pueden ser leídos por separado. Espero que este libro sea útil a lectores con los más diversos intereses y orientaciones teóricas.
Cuernavaca, 14 de febrero de 2019