Читать книгу Cubanos en México - Liliana Martínez Pérez - Страница 10

Efectos de la política en el proceso migratorio reciente: cambios y continuidades

Оглавление

Las políticas migratorias influyen en el modelado de los flujos migratorios mundiales. Ellas definen un sistema de incentivos —positivos en ocasiones, negativos en otras— a partir de los cuales intervienen en la configuración de corrientes migratorias a lo largo del tiempo. A través de marcos regulatorios como los sistemas para la entrada y estancia, visados y permisos de salida, clasifican cada caso particular para seleccionar al emigrante o al inmigrado, el que de forma legal puede abandonar el lugar de origen o entrar al país de destino. Actúan a través de largos periodos y también en coyunturas. Impactan con su acción en el movimiento de las corrientes poblacionales mundiales, como lo hacen las barreras arancelarias en la circulación de mercancías del mundo.[24]

En ese contexto, la política emigratoria cubana no ha sido excepción, como lo muestra el análisis de sus efectos en el proceso migratorio insular. El estudio de las características de este último, en función de los datos disponibles, permite observar una serie de rupturas y continuidades en los flujos migratorios del periodo 1990-2010 con respecto a momentos anteriores, lo cual se encuentra muy relacionado con los rasgos del marco migratorio de entonces.

Por una parte, desde la década de los sesenta, las políticas migratorias cubanas, en combinación con las de eua, modelaron el volumen y direccionalidad de la principal corriente migratoria insular, y han sido responsables del carácter cíclico del proceso. Por otra, la difícil situación socioeconómica que persiste en la isla y el carácter preferencial que las administraciones estadounidenses siguen otorgando a la migración cubana explica la permanencia de una migración de tipo irregular que, aunque fluctuante, se ha mantenido hasta la fecha. A esto se suman los efectos de ambas políticas migratorias acumulados a lo largo del tiempo que, en la forma de un importante número de emigrantes cubanos en territorio estadounidense, ha dado lugar a la ampliación y densificación de redes sociales que posibilitan el sostenimiento y perpetuación de esta corriente migratoria a lo largo del tiempo.

Se estima que entre 1960 y 2012 han emigrado de Cuba más de un millón y medio de personas (gráfico 1).


En este sentido, la década de 1990 y la primera del siglo xxi constituyen un proceso de continuidad de la tradición expulsora de población. En estos años el saldo migratorio se mantuvo negativo, lo cual indica que emigraron más personas que las que inmigraron. Si se compara este indicador con la tasa bruta de natalidad, la cual mostró cierta disminución a lo largo de estos años, y con la tasa de mortalidad general, que se mantuvo más o menos constante durante el periodo, puede inferirse que el volumen de emigrantes cubanos, junto con el decremento significativo de los nacimientos, impactó directamente en la reducción de la población residente en el país, tal y como se muestra en el gráfico 2.


Otro rasgo estructural de la migración cubana es que tiene como principal destino migratorio los Estados Unidos. Ya sea de manera regular o irregular, en pequeños volúmenes o en grandes éxodos, de manera directa o a través de terceros países, los migrantes cubanos reafirman a ese país como su destino migratorio por excelencia.

En 1990, el Censo de Población estadounidense registró 1 053 197 personas de origen cubano, de las cuales 737 000 aproximadamente habían nacido en la isla; y, para el año 2010, ambos valores se habían incrementado: 1 785 547 individuos de origen cubano, de los cuales 1.1 millones habían nacido en Cuba (uscbb, 1990; uscbc, 2010).[25] En la primera década del siglo xxi, los migrantes cubanos representaban 0.4% de la población de eua y 3.5% de los hispanos radicados en el territorio, precedidos solamente por la población de origen mexicano y puertorriqueño.

En el periodo analizado se mantiene el carácter masivo y disruptivo de la migración cubana, influido directamente por las tensiones entre eua y Cuba sobre el tema. Por una parte, la política migratoria norteamericana respecto a la migración cubana osciló entre la flexibilidad y la restricción. Por un lado propició la promulgación de leyes y programas que amparaban al migrante insular; por el otro, impulsó la aparición de presiones migratorias internas en Cuba (política de la “olla de presión”) (Azcuy, 1992; Aja, 2002a; Rodríguez, 2003). La liberación del control de las fronteras por parte del gobierno cubano como respuesta a la política estadounidense y a las presiones sociales internas implicó la salida masiva, por vías no convencionales, de un amplio volumen de migrantes en lapsos de tiempo relativamente cortos. A cada uno de estos éxodos masivos le sucedió una fase de disminución del número de emigrantes y —en la medida en que se lograron alcanzar acuerdos entre ambos gobiernos— una regularización relativa de la emigración cubana.

El último éxodo masivo tuvo lugar en 1994, y ese mismo año fueron firmados los acuerdos migratorios binacionales aún vigentes. Ello dio lugar a que, a finales de la década de los noventa e inicios del dos mil, el proceso migratorio se regularizara parcialmente; sin embargo, en los últimos cincuenta años se ha originado y perpetuado un flujo migratorio irregular que se mantiene.

Entre 1962 y 1994 se contabilizaron 103 722 salidas irregulares exitosas y 36 875 frustradas (Aja, 2002a). Después de la firma de los Acuerdos Migratorios de 1995 y hasta 2004, se calcula que la cifra de las salidas irregulares fue superior a las 21 900 personas, si se incluye las que consiguieron llegar a eua y las devueltos a Cuba en virtud de la política “pies secos/pies mojados” (Martín, Aja, Casaña y Martín, 2007: 149). Se estima que, en general, por cada persona que sale del país irregularmente tres participan en una tentativa semejante (Martín et al., 2007: 150).

Según las cifras del Servicio de Guardacostas de Estados Unidos, entre 1995 y 2010 se realizaron 20 929 interdicciones;[26] y, entre 2011 y 2014, ascendieron a 5676. Esto significa que la migración irregular por vía marítima no se ha detenido (gráfico 3).


Adicionalmente, se ha constatado un incremento significativo del flujo de migrantes cubanos que acceden a Estados Unidos por la frontera mexicana. En el año fiscal 2004 la Patrulla Fronteriza norteamericana realizó 819 aprehensiones de cubanos; dos años después, su número había ascendido a 4295 (2007), y un año más tarde el número fue de 3351 (Wasem, 2009: 10). En los últimos años, México se ha convertido en una vía socorrida para llegar a Estados Unidos. Del total de 134 758 cubanos que —se estima— llegaron a ese país por vías irregulares entre 2005 y 2014, 67% lo hicieron por la frontera México-eua (Cancio, 2014a).

De este fenómeno es responsable la combinación de una serie de circunstancias, algunas nuevas y otras de vieja data: el incremento de los controles de la migración irregular por mar, generalmente a través del estrecho de la Florida, que obligó a utilizar otras vías marítimas para llegar a eua por terceros países;[27] la notificación, el 19 de abril de 1999, de la “Clarificación de Elegibilidad para la Residencia Permanente bajo la Ley de Ajuste Cubano”, que estipula que todo cubano es elegible para acogerse al estatus de la Ley de Ajuste Cubano independientemente de su punto de entrada a territorio estadounidense (Kurzban, 2006: 497); diversos procesos que facilitaron la salida de cubanos hacia otros países, que luego terminaron cruzando la frontera hacia Estados Unidos; la consolidación de redes de tráfico de cubanos que utilizan la frontera mexicana para arribar a eua, etc. Además de las circunstancias que pueden considerarse novedosas en la configuración de los flujos migratorios insulares, el sostenido deterioro de las condiciones de vida en la isla, la existencia de la Ley de Ajuste Cubano y la permeabilidad de la frontera mexicano-estadounidense, se mantuvieron como razones poderosas para decidir migrar hacia eua por esta vía.

Además del flujo sostenido —de forma legal o irregular— a Estados Unidos, la flexibilidad de la política puesta en marcha en la década de los noventa amortiguó la unidireccionalidad y el carácter de migración sin retorno que había caracterizado al proceso en décadas anteriores. Hasta esa fecha, los principales destinos migratorios de los cubanos, además de eua, eran España y Venezuela, al igual que países coyunturales como Panamá, Costa Rica o Jamaica, que sirvieron de puente para arribar finalmente a tierras estadounidenses.[28] Como parte de la adscripción cubana al campo socialista mundial, también existía presencia de cubanos en dichos países. La flexibilización del proceso migratorio cubano en los años noventa, en combinación con otros fenómenos, ha permitido la diversificación de los flujos migratorios insulares a un importante número de naciones, lo cual no se relaciona necesariamente con asentarse en Estados Unidos.

Para el año 2000 se estimaba que había ciento treinta mil cubanos residentes en América Latina (Venezuela, México, Puerto Rico, República Dominicana, Costa Rica, Nicaragua, Argentina y Chile), 37 000 en Europa (principalmente en España, Italia y Alemania) y más de mil en el resto del mundo, sobre todo en Canadá y en algunos países exsocialistas de Europa del Este (García, 2002).

Las naciones donde se registra una mayor presencia de cubanos, además de eua, son España, Venezuela, Puerto Rico y México, aunque también en países de Centroamérica y América del Sur, y en los pertenecientes al antiguo campo socialista mundial, especialmente Rusia (Aja, 2011).

En este periodo, los viajes temporales a diversas zonas del mundo, y la migración temporal o la residencia permanente en el exterior sin necesidad de abandonar el país, comenzaron a jugar un papel crecientemente importante, y se constituyeron en una característica del proceso migratorio de la década de los noventa y el dos mil. Solo entre 1995 y 1997 se contabilizaron ciento sesenta mil visitas temporales de cubanos al exterior a través de la modalidad de Permiso de Viaje Temporal (García, 2002). De igual manera, el número de ciudadanos cubanos que residía fuera de Cuba con Permiso de Residencia en el Exterior (pre) se incrementó de once mil en 1992 a 30 300 en el periodo 1996-2000 (Fernández, 2001; Casañas, 2001b).

A medida que los permisos de estancia temporal se adjudicaron con más laxitud en algunas instituciones cubanas, especialmente en las relacionadas con la cultura y el deporte, es probable encontrar un “sesgo ocupacional” en los nuevos destinos migratorios, al constatarse la presencia de un importante número de cubanos asociados a dichos sectores. En el periodo estudiado también se observa el incremento de los permisos personales con el objetivo de estudiar o trabajar en el exterior, de profesionales universitarios o de nivel técnico de diversas ramas,[29] lo que ha permitido la residencia temporal o permanente de una migración cubana altamente calificada en distintos países del mundo.

Además de la flexibilización de los mecanismos migratorios, el incremento de los programas de cooperación impulsados por el gobierno cubano con diversos países, especialmente de América Latina y África, desde finales de 1990 y con mayor intensidad a principios de los años dos mil y hasta la actualidad —estrategia que se detallará en el segundo capítulo—, ha potenciado la migración de profesionales, incluidos aquellos con restricciones para migrar, como los médicos y el personal de salud en general.

En ese contexto, se ha verificado el abandono de las misiones por parte de estos profesionales para asentarse en el país donde se encontraban laborando o en otros, entre los que destaca eua que, desde 2006, ha puesto en marcha un incentivo adicional para la emigración del personal de salud cubano: el Cuban Medical Professional Parole (Programa para Profesionales Médicos Cubanos, cmpp por sus siglas en inglés), que ofrece permiso condicional de entrada a eua, y diversas facilidades para viajar a esa nación, al personal de salud enviado a terceros países por el gobierno cubano (usds, 2009). Ello facilitó, según fuentes diversas, la emigración de entre 1600 y 3000 profesionales de la salud cubanos que trabajaban en el exterior.[30]

En suma, se estima que la migración de profesionales cubanos en la última década representa el 12% del total de migrantes, y aunque la forma de salida es de carácter regular, adopta distintas modalidades: a través de viajes personales temporales o definitivos, vía la deserción de los programas en los que participan en diversos países, a través de la emigración legal hacia eua desde Cuba (Aja, 2007), llegando a dicho país a través de terceros países o en virtud de programas diseñados por Estados Unidos para incentivar la llegada de profesionales cubanos.

Además de la flexibilización de la política migratoria cubana y los programas de cooperación que han propiciado las salidas al exterior y la migración, las leyes e incentivos migratorios de otros países también han potenciado el volumen y diversidad de destinos de la migración cubana de fines del siglo xx e inicios del xxi. Entre ellos destacan los incentivos legales y migratorios de España y Ecuador, así como los programas inmigratorios de Canadá, que han influido en el incremento y dinamismo de los flujos migratorios cubanos.

El 26 de diciembre de 2007 España aprobó la Ley de la Memoria Histórica, que reconoce y amplía derechos a los que sufrieron persecución y violencia durante la Guerra Civil y el gobierno franquista. Entre sus disposiciones, dicha ley concede el derecho a solicitar la ciudadanía española a todos aquellos hijos y nietos de personas originariamente españoles —de ahí que la Ley se conozca popularmente en Cuba como la Ley de Nietos—. A partir de su entrada en vigor en 2008, y hasta el 11 de abril de 2013, se aprobaron en Cuba 75 800 expedientes de nacionalidad española y se han contabilizado más de 192 000 solicitudes (Barros, 2013).

Aunque el pasaporte español ha permitido la migración hacia España, los medios de comunicación han reportado que gracias a dicho documento los cubanos han podido llegar a eua por terceros países (México, Islas Vírgenes, Bahamas), para visitar o asentarse definitivamente allí. Asimismo, y en virtud de las provisiones adicionales a la Ley de Ajuste Cubano, como la Clarificación de 1999 antes mencionada, los cubanos con pasaporte español pueden acogerse automáticamente a la Ley de Ajuste en el propio aeropuerto de llegada.[31]

En el caso de Ecuador, como parte del discurso de la “Revolución Ciudadana”, la Carta Magna de 2008 reconoció la ciudadanía universal y la libre movilidad y, en función de ello, el Decreto Presidencial del 20 de junio de 2008 eliminó el visado u otro requisito para visitar el país. Como consecuencia, tuvo lugar una verdadera estampida de cubanos hacia Ecuador. Según la Dirección Nacional de Migración (dnm) de ese país, en 2008 ingresaron 10 948 cubanos a Ecuador, cifra que fue ascendiendo hasta llegar a 21 480 en 2012. Aunque este volumen de personas no termina necesariamente residiendo en Ecuador, los cubanos representan la segunda nacionalidad con mayor presencia en el país, precedidos solamente por los colombianos (“Cubanos, divididos”, 2013).

Así, aunque una semana después de aprobarse la reforma de la ley migratoria cubana (2012) el gobierno ecuatoriano impuso nuevamente la carta de invitación como requisito para ingresar al país, en los cuatro años en que se permitió la libre entrada de cubanos, Ecuador se convirtió en medio para alcanzar el territorio estadounidense y en opción para el nacimiento de una nueva comunidad cubana en el sur del continente latinoamericano (Ayala, 2010; Correa, 2013).

Por último, se debe subrayar la importancia de los programas inmigratorios de otros países para propiciar la emigración cubana. Entre ellos sobresalen los de Canadá, donde se han contabilizado 13 340 personas de origen cubano (Goverment of Canada, 2011). De acuerdo a recientes declaraciones del ministro de Inmigración de Canadá, Chris Alexander, a partir de enero de 2015 se impulsará un nuevo programa migratorio que facilitará la presencia en el país de una migración profesional en una multiplicidad de áreas (Chapman, 2014), lo cual puede incentivar más aún la migración cubana a ese país.

Cubanos en México

Подняться наверх