Читать книгу Elaboración y evaluación de los trabajos fin de título universitarios: análisis, retos e innovaciones - Mª José Díaz Santiago - Страница 12

V. SISTEMAS DE EVALUACIÓN COMO GARANTES DE ADQUISICIÓN DE COMPETENCIAS

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Son muchas las definiciones que podemos encontrar sobre evaluación dentro del contexto educativo. No obstante, en términos generales y aunando gran parte de esas definiciones, podemos decir que la evaluación educativa se configura como un proceso de carácter sistemático, contextualizado y estructurado que implica la recogida de información sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje. Esto permitirá al profesorado realizar un juicio de valor y, a partir de ahí, concretar un proceso de toma de decisiones para la mejora de los procesos educativos (Blázquez y Lucero, 2009).

De esta forma, a grandes rasgos podemos decir que la evaluación de competencias constituye una inmejorable oportunidad de aprendizaje y desarrollo para el alumno que cursa TFT (Tejada y Ruiz, 2016). Por tanto, evaluar competencias exigirá saber qué se va a evaluar, cómo se va a evaluar y la concreción de los niveles exigibles (Ruiz y Tirado, 2016).

Así, dentro de todo el abanico de competencias que los alumnos van adquiriendo a lo largo del proceso de planificación, desarrollo y cierre de los TFT, lo que sí parece claro es que las competencias que se pretende que adquieran, deben ser evaluables y por ello, la manera en que estén formuladas debe facilitar la identificación de estándares o resultados de aprendizaje que puedan ser observables y medibles (Riesco, 2008). En este sentido, la evaluación de los alumnos de los TFT lleva consigo una serie de factores que implican aspectos relativos a la propia actividad del alumno, pero también a factores relativos a la actividad del profesorado y a requerimientos institucionales y curriculares (San Mateo et al., 2018).

En cualquier caso, a pesar del esfuerzo de instituciones y profesorado para dar a conocer las características del proceso de evaluación en el contexto de los TFT, los estudiantes, en no pocas ocasiones, muestran cierto desconocimiento sobre los procedimientos y criterios específicos sobre los que los directores se apoyan para la evaluación de los trabajos realizados. En cierta medida, ese desconocimiento lleva al estudiante a una situación de desorientación a la hora de realizar el TFT correspondiente y ajustarlo o incidir sobre aquellos aspectos o competencias en los que se focaliza el proceso de evaluación de los trabajos realizados. En relación a esto, en encuestas de satisfacción, en ocasiones los alumnos indican que no se detallan suficientemente los criterios de evaluación del documento escrito ni de la defensa y que, sería necesario, detallar más la valoración que se otorga a la calidad del texto escrito y a la edición del documento (San Mateo et al., 2018).

Los sistemas de evaluación de los TFT deben garantizar la evaluación de las competencias adquiridas por el alumnado, para lo cual, se atiende a dos elementos principales: la Memoria del trabajo y la exposición de la defensa pública. Este tipo de estructuras evaluadoras permiten valorar la adquisición de competencias tales como la búsqueda y selección de información, propuestas de intervención e investigación sobre la base de la información disponible, la emisión de informes técnicos, la habilidad de razonamiento, la capacidad de argumentación, la capacidad de síntesis, así como su capacidad de expresión oral y escrita (Álvarez et al., 2016).

Como ya se señalaba, son muchas las competencias que el estudiante ha debido adquirir, y muchas más las que debe poner en práctica dentro del TFT. Los estudiantes valoran de forma muy positiva su formación en competencias, sin embargo, los resultados del proyecto de innovación antes señalado advierten que tan solo el 7,61% de los profesores consideran que sus estudiantes reúnen las competencias necesarias para la realización del TFT, hecho que resulta especialmente llamativo y que debe ser fuente de reflexión para toda la comunidad educativa, desde las estructuras de gestión académica curricular, pasando por las políticas educativas, hasta las diferentes asignaturas que intentan fomentar y desarrollar una serie de competencias para la formación del título.

Finalmente, cabe destacar que los sistemas de tutorización de los TFT permiten la concreción de sistemas de evaluación continua en la que se verá la progresión o no en los procesos de adquisición competencial por parte del alumno. Esto permitirá llegar a una evaluación final y sumativa que culminará el proceso de enseñanza y aprendizaje del alumnado previo paso por sistemas de evaluación inicial y procesual, sistemas estos que van a ser a resultar de gran valor para el alumnado, ya que le van a permitir autoevaluar la evolución de su propia labor de aprendizaje.

De todos es sabido que los procesos de evaluación se dirigen a uno o varios niveles y que dentro de esos niveles se pueden diferenciar diferentes dimensiones, por lo que una evaluación completa e integral del alumnado deberá ser multinivel y multidimensional. Son procesos más complejos de llevar a cabo, pero a la aportará una información más completa del proceso de enseñanza y aprendizaje (Marchesi, 2006)

En ese orden de cosas, en todo proceso de evaluación de TFT se puede diferenciar una evaluación interna y otra externa. La evaluación interna es la que realiza el profesor que interactúa con el alumnado durante todo el proceso y la externa, la realizan personas o equipos que no han formado parte de esos procesos (Marchesi, 2006). En el contexto de los Trabajos Fin de Máster (TFM), podríamos decir que la evaluación interna la realiza el profesor-tutor y la evaluación externa sería la realizada por el Tribunal Evaluador. Al ser dos procesos de evaluación diferentes, aunque lógicamente complementarios, puede haber ciertas diferencias, principalmente por cuestiones relativas a la objetividad. En este sentido, el profesor-tutor, en condiciones normales, mantiene una comunicación fluida con el alumno durante muchos meses, tratando de ayudarle a resolver situaciones problemáticas en muchos momentos del proceso. Todo esto, puede generar cierta subjetividad a la hora de evaluar al alumno. Esa subjetividad no se suele dar en los procesos de evaluación externa, lo que puede llevar a que en ciertas ocasiones las evaluaciones realizadas por el tutor desde la perspectiva de la evaluación interna puedan ser algo mayor a la realizada por el tribunal.

Así, los resultados en el cuestionario aplicado en el contexto del proyecto de innovación docente al que nos venimos refiriendo, arrojan unos resultados que tan solo un 34,54% consideran que el sistema de evaluación utilizado garantiza que los estudiantes de Trabajos Fin de Máster (TFM) tienen adquiridas las competencias establecidas por el título. Igualmente, el 46,74% de las respuestas confirman que existe concordancia entre la evaluación del Trabajos Fin de Máster (TFM) que realiza el director y la realizada por el Tribunal Evaluador.

Elaboración y evaluación de los trabajos fin de título universitarios: análisis, retos e innovaciones

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