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2.3. El patrimonio en la empresa
ОглавлениеEl origen de la palabra patrimonio se remonta al derecho romano, entendiéndose por él la propiedad familiar que se heredaba del padre. Distintos pensadores y escuelas fueron matizando este término y fue a partir del Código Napoleónico cuando se introdujo en su definición una característica que tiene especial relevancia a la hora de estudiar la vertiente económica de la palabra, estableciendo que el patrimonio solo abarcaba aquellos elementos capaces de ser evaluados monetariamente.
Nota
Desde un punto de vista contable, se considera patrimonio al conjunto de bienes, derechos y obligaciones que, bajo la titularidad de la empresa, están afectos a su actividad económica en busca de un fin concreto y que son susceptibles de valoración económica.
En esta definición existen tres aspectos fundamentales a los que debe prestarse una especial atención:
1 Deben estar bajo la titularidad de la empresa, en cualquiera de las figuras jurídicas que permite la ley vigente.
2 Deben estar afectos a la actividad ordinaria de la empresa.
3 Deben poder valorarse económicamente, como modo de homogeneización de los distintos elementos.
La contabilidad se encarga del estudio y el análisis del patrimonio empresarial y es por ello que del concepto general deban realizarse divisiones o clasificaciones en las que se encuadren partidas o elementos que por sus características comunes puedan ser sometidas a un mismo tratamiento y análisis. Una primera división que debe realizarse de forma necesaria es en función de su valoración o contribución al patrimonio global, de forma que se tendría:
1 La parte positiva: formada por los bienes (elementos materiales o tangibles, como edificios, sillas, coches, etc.) y los derechos (elementos inmateriales o intangibles derivados de relaciones jurídicas de uso, posesión y propiedad, como derechos de cobro de clientes, mercancías pendientes de recibir, etc.).
2 La parte negativa: que la compone las obligaciones (inmateriales o intangibles, como pueden ser deudas pendientes de pagar, materiales que hay que entregar, etc.).
La diferencia entre la suma de la parte positiva (bienes y derechos) y la suma de la parte negativa (obligaciones) dará el valor del patrimonio neto de la empresa, que es lo se podría considerar como el valor objetivo de la empresa en un momento dado, es decir, lo que realmente queda o lo que realmente se llevarían los empresarios si en ese preciso momento decidieran cerrar el negocio. Así, se tendría que: