Читать книгу Historia de España contada a las niñas - María Bastarós Hernández - Страница 10

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Valeria y Miranda ven por primera vez un hombre desnudo el 23 de junio de 1988. Es una noche clara y sin estrellas, en un cobertizo oscuro y con termitas. El hombre se presenta como un montañero experimentado. Viene de la sierra de Cebollera, a poco más de una hora en coche de Beratón tomando la carretera n-111. Tiene los ojos pardos, la nariz aguileña como un anzuelo de pesca y un pene blancuzco y flácido, que resplandece en la semioscuridad del cobertizo como un diminuto pez en el fondo abisal.

La visión de aquel miembro de aspecto grotesco es un acontecimiento nuevo para Valeria y Miranda. Pertenecen a una de las primeras generaciones del Beratón libre de hombres y, aunque puntualmente han conocido a otros excursionistas, el intercambio de información nunca se ha tornado tan explícito. El hombre del pito blandurrio les ofrece vino y cigarrillos, placeres que Valeria y Miranda han probado antes y que no desatan en ellas el entusiasmo previsto. En cambio, la fascinación de ambas se divide entre el pene cada vez más erecto del visitante y la caja de galletas Napolitanas que asoma de su mochila.

Cuando las mujeres de Beratón notan su ausencia, hace cuarenta y cinco minutos que ­Valeria y Miranda dormitan arrebujadas en la palangana de la pickup del montañero, quejándose entre sueños del olor a pelo mojado y pienso que las envuelve como una manta de pastor.

Historia de España contada a las niñas

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