Читать книгу Más de mil pequeñas cosas que hace la gente feliz y exitosa - Marc Chernoff - Страница 8
Оглавление5 rasgos de CARÁCTER que nos hacen felices
CUANDO NOS MIRAMOS en el espejo, a menudo es nuestro carácter (o la falta de él) lo que advertimos más. Pero no todos los rasgos de carácter son iguales, al menos no en lo que respecta a la felicidad. A partir de una década de experiencias de coaching individual a clientes y alumnos, estamos convencidos de que los rasgos que tendrán el mayor impacto en tu felicidad son los siguientes.
1. El valor.
El miedo es el gran ladrón de la felicidad. Se cuela por las puertas cerradas y nos roba la determinación, el compromiso y la capacidad de soportar las dificultades con las que debemos lidiar.
El valor, por otro lado, es el gran enemigo del miedo. Nos permite salir de nuestra zona de confort, acercarnos a personas y situaciones, acoger la vida tal como se presenta y aceptar el dolor inevitable. Sin el valor, la felicidad es poco más que una ilusión.
2. La paciencia.
La impaciencia es un gran acosador de la felicidad; la expulsa casi en el mismo momento en que aparece.
Aprender a aceptar y permitir, ir con la corriente y relajarse un poco, es fundamental para vivir una vida feliz. La impaciencia suele ser la irritación que sentimos cuando percibimos que no tenemos el control. Pero la vida burbujea y borbotea de maneras siempre cambiantes e impredecibles. Sencillamente, no es posible controlarla al cien por cien. Cuanto más tratemos de controlar con precisión el resultado de los sucesos que hierven a nuestro alrededor, más frustrados nos sentiremos.
Por lo tanto, respira. Relájate. Acepta. Sé paciente. Aprende a aceptar la incertidumbre y hazte amigo de lo impredecible. Deja que la vida ocurra, al menos hasta cierto punto. La encontrarás mucho más hermosa y alegre cuando lo hagas.
3. La gratitud.
Estar agradecido es percibir lo bueno en medio de lo malo, el color sobre un fondo gris, lo encantador incluso cuando está rodeado de lo feo. Es hacer una relación de todo lo bueno que uno tiene y reconocer lo hermosa que es la vida, incluso cuando no está yendo según lo planeado (podrás leer más a este respecto en el próximo apartado).
Aprender a estar agradecido requiere ver lo que no siempre está en la superficie. Requiere volver a ejercitar la mente para pensar en los aspectos positivos de la vida; hay que dejar que el agradecimiento impregne la propia manera de pensar y la forma general en que experimentamos la existencia.
Cuando estamos agradecidos, nuestros problemas no desaparecen; solo pasan a ocupar menos espacio en el corazón, en la mente y en nuestra propia vida.
4. El amor.
Para reconocer el papel central que tiene el amor a la hora de vivir una vida feliz, basta con que te imagines la vida sin que esté presente. Imagina una vida de felicidad llena de odio y desprovista de amor. Imposible, ¿verdad? Cuanto más amor palpite en tu corazón, más feliz y alegre estará este. Cuanto más ames la vida, más te amará la vida.
El amor pasa por alto las debilidades y no hace caso de las peculiaridades de cada cual. El amor acepta, busca y potencia lo mejor que hay en los demás.
5. El perdón.
Las personas que se aferran al dolor, que protegen sus heridas o que buscan vengarse de los agravios de los que han sido víctimas pueden ganar ciertas batallas aquí y allá, pero tendrán perdida la guerra contra la infelicidad incluso antes de empezarla.
La negativa a perdonar conduce a un encarcelamiento autoimpuesto. Es hora de que nos liberemos dejando que el viejo dolor se disipe en la oscuridad, para que las nuevas oportunidades nos lleven a experimentar una mayor alegría.
Por lo tanto, ¿has perdonado a tus padres por sus defectos? ¿Has perdonado al matón del patio de recreo o al ex difícil, a tus hijos negligentes o al vecino desconsiderado? Si no lo has hecho, estás rascando tus heridas abiertas, que no pueden más que irritarse, infectarse y supurar.
Abre tu corazón al perdón. Entonces estará por fin lo suficientemente abierto como para atrapar la felicidad que le corresponde.