Читать книгу Más de mil pequeñas cosas que hace la gente feliz y exitosa - Marc Chernoff - Страница 9
Оглавление6 MANERAS de ENCONTRAR GRATITUD cuando todo va mal
EN NUESTRO LIBRO Volver a ser feliz reproducimos esta entrada del diario de la abuela de Marc, del 16 de septiembre de 1977:
Hoy estoy sentada en la cama del hospital esperando que me quiten los dos senos. Pero, extrañamente, me siento afortunada. Hasta ahora no he tenido problemas de salud. Soy una mujer de sesenta y nueve años que está en la última habitación al final del pasillo, antes de la entrada a la sección de pediatría. En las últimas horas, he visto cómo trasladaban a docenas de pacientes de cáncer con sillas de ruedas y camas plegables. Ninguno de ellos podía tener más de diecisiete años.
Hace dos décadas que tenemos colgado este texto en el despacho de casa, y sigue recordándonos la práctica de la gratitud tanto cuando el viento sopla a favor como cuando lo hace en contra. Por bueno o malo que sea el día que nos aguarda, hacemos todo lo que podemos por despertarnos agradecidos por nuestra vida, porque otras personas que se encuentran en otros lugares están luchando desesperadamente por la suya.
Piensa en tu propia vida en el contexto de la gratitud. ¿Con qué frecuencia sueltas tu idea de cómo debería ser y la valoras sinceramente por la forma en que es en todos los aspectos?
Si eres como el resto de nosotros, probablemente no lo estés haciendo lo bastante a menudo. Porque es mucho más fácil hablar de encontrar una gratitud sincera que experimentarla en medio del ajetreo de la vida, sobre todo cuando llegan los malos tiempos. La verdad es que la mayor parte de las veces creamos tragedias en nuestra vida a partir de incidentes bastante menores. Algo no sale exactamente como habíamos planeado, pero en lugar de aprender de la experiencia, nos asustamos y nos dejamos invadir por el estrés. U oponemos resistencia a los pequeños avances que hemos efectuado porque no podemos lograr exactamente lo que queremos de una tacada.
Presentamos a continuación algunas formas de sentirnos sinceramente agradecidos cuando todo parece estar yendo mal. No estamos sugiriendo que debamos alegrarnos de vivir experiencias decepcionantes o dolorosas, pero sí podemos encontrar la gratitud mientras las atravesamos e impulsan nuestro crecimiento personal.
1. Encuentra la forma de sentirte agradecido con las personas difíciles.
Esperamos que los demás nos traten de forma amable, justa y respetuosa, pero la realidad es que habrá personas que no lo harán. Perderán los estribos o tendrán comportamientos inapropiados, independientemente de cómo las tratemos. Y debemos aceptarlo.
No rebajes tu nivel de exigencia de base, pero recuerda que no tener expectativas en relación con los demás, sobre todo con las personas de trato difícil, es la mejor manera de evitar que nos decepcionen.
Cuando no tengas más remedio que tratar con alguien difícil, puedes agradecer el hecho de que en tu vida hay individuos mucho menos difíciles. Puedes estar agradecido por tener ocasión de practicar la paciencia, una mejor comunicación y la rebaja de las expectativas. Puedes pensar que ese individuo es un maestro que, sin darse cuenta, te está ayudando a fortalecerte como persona. O, como mínimo, puedes agradecer que ese ser humano te proporcione un magnífico recordatorio de cómo no hay que ser.
2. Encuentra la gratitud cuando te descubras quejándote.
Muchos de nosotros hemos desarrollado el hábito sutil de quejarnos cuando las cosas no salen como esperábamos. La gratitud es el antídoto. Cada vez que percibas que te sientes amargado o quejoso, observa la historia que albergas en la mente sobre «cómo debería ser la vida». En lugar de dejar que esta historia te domine, encuentra un pequeño motivo de agradecimiento. ¿Qué podrías agradecer en este mismo momento? ¿Qué puedes encontrar que sea valioso en este instante?
Recuerda que, respecto a cualquier asunto, siempre hay motivos para encontrar algo negativo y también algo digno de agradecimiento. La elección es nuestra.
3. Encuentra la gratitud cuando estés abrumado.
¿Alguna vez te has dado cuenta de que cuanto más familiarizado estás con una situación o relación asombrosa más pareces darla por sentada, e incluso te sientes molesto o abrumado en los períodos de ajetreo y estrés? Desafíate a cambiar tu punto de vista en esos momentos usando una sencilla herramienta de replanteamiento que llamamos «... ¡y me encanta!».
Añade esta frase a cualquier pensamiento abrumador:
Debo hacer la compra, pagar las facturas y recoger a los niños de la escuela en una hora... ¡y me encanta!
En mi bandeja de entrada hay dos docenas de correos electrónicos de clientes que debo responder hoy... ¡y me encanta!
Permite que esta pequeña herramienta de replanteamiento te brinde la perspectiva que necesitas. Porque las cuestiones cotidianas que nos abruman son a menudo bendiciones disfrazadas.
Abordemos ahora algunas situaciones más difíciles...
4. Encuentra la gratitud tras perder el trabajo.
En el ajedrez, nadie gana solo avanzando; en ocasiones hay que retroceder para situarse en posiciones que permitan vencer. Esta es una buena metáfora para el trabajo con el que nos ganamos la vida.
Por muy doloroso que sea perder el empleo, es un final que lleva al comienzo de todo lo que viene después. Deja que el peso del éxito sea reemplazado por la ligereza de un nuevo comienzo. Este nuevo comienzo es el principio de una historia diferente, la oportunidad de renovar tu vida, de reinventarte.
Recuerda, tan a menudo como sea necesario, que puedes agradecer el punto en el que te encuentras. Puedes agradecer estos momentos de reinvención, que pueden hacer que tengas que esforzarte para dar la talla en las entrevistas, aprender nuevas habilidades y mejorar tu grado de capacitación. Puedes sentirte agradecido por la oportunidad de volverte más fuerte, incluso inmerso en el dolor que te conducirá a este resultado.
5. Encuentra la gratitud en medio de los problemas de salud.
Hace un par de años, en el penúltimo día de su vida, una amiga nos dijo que lo único que lamentaba era no haber apreciado todos los años con la misma pasión y el mismo sentimiento de propósito que había experimentado en los últimos dos años de su vida, después de que le diagnosticaran un cáncer terminal. «He logrado mucho recientemente y valoro realmente cada paso –dijo–. Si lo hubiera sabido, habría comenzado antes».
Sus palabras nos hicieron llorar y sonreír al mismo tiempo. Lo que fue verdaderamente milagroso fue ver la auténtica gratitud en sus ojos en ese momento. Y su sentimiento siempre ha permanecido con nosotros. Si bien los problemas de salud nunca son divertidos, el dolor puede ir acompañado de una sensación de gratitud por tener la oportunidad de avanzar en nuestros propios términos, de tener una vida digna de ser vivida, momento a momento, sintiendo que todos los instantes son muy valiosos.
6. Encuentra la gratitud cuando muera alguien a quien amas.
Como sabemos por experiencia, cuando se pierde a alguien a quien se concibe como imprescindible en la propia vida, el corazón se rompe y se abre. La mala noticia es que la pérdida nunca se supera del todo; nunca olvidaremos a esa persona. De todos modos, tenemos la capacidad de pasar por la experiencia e, incluso, encontrarle un sentido.
Finalmente, nosotros dos acabamos por asumir que si bien la muerte es un final, también es una parte necesaria de la vida. Los límites alumbran la belleza, y la muerte es el límite último, un recordatorio de que debemos homenajear a esa bella persona y apreciar esta circunstancia maravillosa llamada vida. Aunque nos suma en una gran tristeza, ese fallecimiento nos obliga a reinventar gradualmente nuestra vida, y esta reinvención constituye una oportunidad de experimentar la belleza de formas y en lugares nuevos y desconocidos. Y, por último, la muerte es una oportunidad de celebrar la vida de alguien y agradecer la belleza que nos mostró.
No es fácil agradecer las decepciones y las dificultades, pero pueden convertirse en caminos de crecimiento increíbles si encontramos las lecciones que contienen, es decir, si comenzamos a ver todas las circunstancias como maestras. Realmente, los mejores momentos en los que enfocarnos en estar agradecidos son aquellos en los que no tenemos ganas de agradecer nada, porque es entonces cuando el hecho de experimentar gratitud puede tener la mayor repercusión.