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El libro para el gran debate histórico
Оглавлениеpor Osvaldo Bayer
Este libro es un escalón importante para el debate que nos debemos los argentinos. Aquí están las pruebas históricas para llegar a conclusiones definitivas. Cuáles fueron los argumentos para preparar la llamada Campaña del Desierto, que no fue otra cosa que, en nombre del poder, realizar una matanza para quedarse con las tierras donde vivían los pueblos originarios desde hacía miles de años. Aquí, una a una están las pruebas de cómo se justificó algo injustificable que ha quedado siempre ocultado por un siglo y medio.
Desde los ideales de Túpac Amaru a las quitas de tierras, al reinvento de la esclavitud y al exterminio de los “salvajes, los bárbaros”. Igual o peor que los conquistadores españoles. Ninguna diferencia.
Después del pensamiento de Castelli y Monteagudo, los derrames verbales de un Sarmiento, un Mitre, un Alberdi, un perito Moreno, un Estanislao Zeballos. Los calificativos soeces, el racismo más repugnante. De “raza estéril” a “enjambre de hienas”, o “gusanos”. Cómo fue instalada la ‘civilización’ en la Argentina, aquélla que había nacido en Mayo.
Las citas de los llamados pensadores que aparecen aquí, una a una, son imperdibles. Hasta la, por supuesto, ‘moderación’ eclesiástica de “luego de la espada le sigue la cruz”.
Un trabajo revelador y profundo. El clima preparado para hacer todo lo posible por pasar de una nación mestiza a la denominada civilización europea. Sí, esa civilización que se había enfrentado en mil guerras, en la esclavización de los continentes ‘descubiertos’. En la esclavitud de pueblos como ley natural. Claro, había que cambiar todo porque “los indios no le extraían a las tierras la rentabilidad que percibían las bancas europeas”. Civilización y progreso. Trabajo esclavo para los prisioneros, la servidumbre para la mujer originaria, el regalo de los “indiecitos”. La muerte o la servidumbre.
¿Dónde quedaba Mayo?
Penetrar en esta profunda investigación de Marcelo Valko es ganar las armas de la información para buscar la respuesta a la pregunta: ¿qué nos pasó a los argentinos? Que podría ser –con la sabiduría de la autocrítica– resumida en “desde el pensamiento de mayo al sistema de la desaparición de personas”. Pese a los héroes civiles, a sus búsquedas, a sus sacrificios.
La lectura de estas pruebas indiscutibles nos debe llevar a lo que necesitamos los argentinos: un gran debate histórico, la revisión de los principios de muchos de los protagonistas que pasaron a ser próceres, la aplicación de los principios indiscutibles de la Ética, que permitan medir todo con la irrenunciable norma de la igualdad de derechos, escribir la historia con los inclaudicables principios de la defensa de la vida por sobre el racismo y los intereses económicos. Analizar la palabra ‘progreso’ basada no en la riqueza y la pobreza, ni en la destrucción de la naturaleza, ni en la posesión de armas de la muerte. La muerte del Otro.
Por eso y para eso, el debate histórico debe ser honesto. Aunque destruya la base de estatuas consagradas elevadas por un falso concepto de lo que tiene que significar la palabra ‘progreso’.
El autor de Pedagogía de la Desmemoria se propone todo eso: remover el pasado para aprender. Nuestra propia historia colapsa ante la derrota de las democracias frente a las dictaduras militares. Una continuidad constante. ¿Por qué la derrota de las democracias ante el militarismo? ¿Por qué el fin de la palabra y el sí al mando absolutista que termina en la muerte del que piensa distinto?
Para contestarnos y buscar el camino hacia esa Libertad soñada en Mayo y que comienza por el respeto a la Vida, debemos preguntarnos: ¿por qué aceptar una historia plena de muertes del Otro y de desprecio por su origen o por su idea?
Y vayamos a los hechos. Entremos con Valko en un período sin debates todavía y pleno de estatuas para quienes no veían que la palabra Ética debía ser uno de los fundamentales factores para la formación de una verdadera sociedad en democracia y veamos en trono a la noble Igualdad, en Libertad, como lo cantamos en nuestro Himno.
En estas páginas se encuentran bien explicados los intereses políticos de Mitre, Sarmiento, Roca y de otras figuras consagradas por la historia oficial. Los intereses agropecuarios de la época y sus búsquedas en la política del día. Las expediciones previas a la campaña de Roca, de las cuales tan poco se ha hablado. La falta de altos ideales en el poder en todo ese período. Y luego, la campaña de Roca y todos sus comunicados oficiales y los volcados en las crónicas periodísticas y en libros posteriores. La corrupción oficial, en la que se destacan las prebendas de los dos hermanos de Roca, Rudecindo y Ataliva. Pero también la actitud de la Iglesia católica en sus dos puntos de vista, por supuesto. Y el criterio de historiadores de todas las épocas, en versiones donde siempre está la defensa de la ‘civilización’ frente a la ‘barbarie’. Además, un capítulo que habla de los campos de concentración de Roca y del destino de los prisioneros: los ‘indios’, las ‘chinas’ y los ‘chinitos’. La esclavitud más deshonrosa, parece mentira, después de aquel generoso dictado de la Asamblea del año 1813. La más vergonzosa conducta política cuando se piensa en la épica de aquellos ejércitos libertadores que recorrieron Latinoamérica. Pero qué podemos decir, si cien años después de que en la Argentina se regalaran ‘chinitos’, es decir, los niños de los pueblos originarios a las ‘familias de bien’, la dictadura militar de la desaparición de personas volvía a repetir lo mismo con los niños nacidos de prisioneras políticas en las cárceles.
En la triste historia de Ceferino Namuncurá está toda la hipocresía del poder, de una sociedad corrompida, y de una iglesia cómplice que permitió piadosamente todos los abusos y humillaciones de los vencidos. El capítulo de lo ocurrido en ese verdadero campo de concentración que fue la isla Martín García es tan tremendo que el lector no llega a explicarse hasta qué límites de crueldad y de cinismo se vivió en esos años. Sólo se pueden describir con los sustantivos que pintan de cuerpo entero el desarrollo de los hechos: prisión, trabajo forzado malsano, hambre, desnutrición, ratas, viruela, cólera, tifus, evangelización forzada y muerte horrenda. Todo esto con una documentación testimonial irrebatible.
Nos gustaría extendernos más, pero es que el lector tiene que comenzar ya la lectura de esta descripción completa y científica de Marcelo Valko de lo que fue un capítulo vergonzante de la crueldad argentina, sólo comparable con lo sucedido un siglo después –como decíamos– con la desaparición de personas.
Y repetimos. Esta fuente de datos históricos completos tiene que servir para que se realicen en nuestro país congresos de historiadores para discutir por fin la llamada ‘campaña del desierto’. Pero no sólo profesores, los estudiantes tienen que invitarse a sí mismos a seminarios para cambiar definitivamente la enseñanza de la historia y acabar con los denominados héroes nacionales de esa época que no fueron otra cosa que protagonistas y encubridores de un crimen de lesa humanidad. Si no, el llamado “mirar hacia adelante” nos condenaría a una vida de cinismos e injustas diferencias que nos llevaría a repetir los errores históricos que los argentinos hemos cometido. El futuro de la humanidad no está ni en el racismo ni en la justificación de los crímenes históricos del Estado. (Alemania, después de los horrendos crímenes raciales del hitlerismo y de sus campos de concentración, abjuró para siempre del militarismo prusiano, que antes siempre había sido una regla a seguir). Nuestros héroes tienen que ser aquéllos que en nuestra historia lucharon por los derechos a la vida de todos y no los que, por la ambición de poder y propiedad, ultrajaron la vida de los hijos de la tierra.