Читать книгу Saltar al buen vivir - Mario Massaccesi - Страница 22
Mi amor
al “no sé”
ОглавлениеHace unos años me enamoré del emoticón con dos manitos levantadas en signo de duda. El “no sé” cada vez me servía más para contestar mensajes. También, comencé a copiarlo con todo mi cuerpo y eran varias las personas y las situaciones a las que les respondía alzando las palmas de las manos hacia arriba con un leve encogimiento de hombros.
No solo para afuera era el “no sé”. Me fui asombrando al ver que, cada vez más, lo usaba como respuesta a las muchas inquietudes que aparecían mientras conversaba a solas con la almohada.
¿Quiero seguir viviendo en este departamento? No sé.
¿Quiero seguir viviendo en Buenos Aires? No sé.
¿Tengo claro a qué me voy a dedicar de acá a ٥ años? No sé.
¿Lo estoy haciendo bien? No sé.
¿Estoy en pareja? No sé.
¿A dónde vas a pasar la Navidad? No sé.
¿Este cambio es para siempre? No sé.
Al principio, el “no sé” me inquietaba un poco. Con el tiempo me fui dando cuenta de que no necesito tener todo claro siempre, que los espacios de “no sé” también pueden ser cómodos y que además me los he ganado. Siempre he sido muy resolutiva, pero ahora estoy en un momento de mucha libertad. Nada me urge, puedo tomarme el tiempo para que “los melones se acomoden en el carro” como decía mi papá, y he comprendido que, si bien es maravilloso concretar planes, ponernos tiempos y cumplirlos, también el tiempo del “no se” es muy disfrutable. Amar la incertidumbre me lleva a disfrutar cada momento del presente, sin estresarme por no saber qué va a pasar después. “Cuando nada es seguro… todo es posible”.
— MARIO