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MODELO PARA ARMAR

El valor de la osadía

Rodrigo Germán Díaz está al frente de una fábrica de muebles en Uranga, un pueblo de 900 habitantes a 45 kilómetros de Rosario (Santa Fe). La empresa tiene 20 años, atravesó distintas crisis, pero su mayor crecimiento fue durante la pandemia.

Rodrigo nos cuenta que la primera semana de cuarentena se asustaron porque las persianas estaban bajas y el clearing bancario abierto. Durante 25 años nunca tuvieron cheques rechazados y al quedar con las manos atadas, sin producción, sin poder entregar mercadería no tenían cómo cubrirlos.

– ¿Cómo te sentiste en ese momento?

– Fue una mochila de piedras sobre mi espalda porque tenemos una responsabilidad para con el personal y sus familias.

Lo primero que diseñaron fue un plan de huertas comunitarias con sus empleados para sobrevivir la cuarentena. Después se dieron cuenta de que los vecinos encerrados y sin poder viajar volcaban el dinero en las refacciones de sus casas, con cambio de muebles incluido.

– ¿Qué cambiaron ustedes?

– Mucho. Hicimos un salto interno del sistema de ventas: pasamos del equipo de vendedores en la calle a hacerlo de manera online, reforzamos nuestra web, abrimos locales propios en donde teníamos un cliente representativo que nos acompañara. ¡Ah! Como los clientes no querían recibir gente en su casa incluimos tutoriales que enseñan a armar los muebles sin ayuda extra.

El resultado sorprendió a todos. Pasaron de 100 a 210 empleados, abrieron 20 sucursales, exportan a Paraguay y Uruguay, y se animaron a un master plan de inversión. Le dieron trabajo a todo el pueblo y a gente de localidades vecinas. El 50 % de los empleados de planta son mujeres, y el rango etario del personal abarca de los 18 a los 70 años.

– ¿Cómo hicieron para cambiar el modelo mental de la empresa?

– Aceleramos a fondo. Hay que darle valor a la osadía. Si se te viene el mundo abajo no hay que aflojar porque si no te aplasta. Aquí en el interior y en medio del campo tenemos que pagar flete para todo, si nos quedamos esperando que alguien nos traiga una línea de colectivo o de tren no haríamos nada.

¿Qué nos llevamos de esta historia para armar nuestro modelo de abundancia?

Frente a la crisis, no se quedaron lamentándose, se tomaron un tiempo para observarse y pasar a la acción.

Pusieron más foco en lo que tenían (fuerza de ventas, clientes, sistema web) que en lo que les faltaba.

Tuvieron la flexibilidad necesaria la empresa y sus empleados para resignificarse y hacer otras cosas diferentes a las que estaban acostumbrados. Los que pateaban las calles, ahora sacudían el teclado de sus computadoras y hacían videos de sus productos.

Frente a la necesidad no se quedaron en la queja, sino que apelaron a la creatividad, combinando de manera diferente los recursos que ya tenían.

Fueron equipo.

La empresa pensó en ganar, pero que también sus colaboradores ganaran.

En el espacio de ganar/ganar, todos trabajaron para el mismo lado.

Luego de leer la historia de Rodrigo, te preguntamos:

¿Qué pieza te falta para pararte en la vereda de la abundancia?

¿En qué aspecto de tu vida?

¿Qué crees que sería diferente si lo vieras desde esta mirada?

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