Читать книгу La herencia - Matthew Lopez - Страница 10
Prólogo
ОглавлениеUn puñado de JÓVENES sentados aquí y allá, escriben. Algunos en cuadernos, otros en portátiles. A un lado, separado del grupo, un joven permanece solo. Le llamaremos JOVEN 1.
JOVEN 1.— Tiene una historia que contar - resuena en su interior, se muere por salir. Pero ¿cómo comenzar? Abre su novela favorita con la esperanza de encontrar inspiración en la primera frase, tan familiar. Al leer esas palabras, se encuentra a sí mismo, una vez más, ante la presencia amable y reconfortante de su autor.
Un hombre mayor entra. Es E. M. Forster. Como todos sus íntimos, le llamaremos MORGAN.
MORGAN.— Espero no molestar.
JOVEN 2.— ¡No, por favor!
JOVEN 6.— ¡Quédate!
JOVEN 5.— No nos molestas en absoluto.
JOVEN 7.— Nos vendrá bien la distracción.
MORGAN.— ¿Cómo os está saliendo?
Los JÓVENES gruñen, frustrados.
JOVEN 2.— Fatal.
JOVEN 3.— No me gusta nada de lo que he escrito hoy.
JOVEN 4.— Soy un fraude absoluto.
JOVEN 5.— Esto ya se ha dicho antes mucho mejor de lo que yo nunca podré decirlo.
JOVEN 6.— No tengo nada original que decir.
JOVEN 7.— Todo mi trabajo es imitativo.
JOVEN 8.— Mis personajes no hacen lo que yo quiero que hagan.
JOVEN 9.— Llevo siete horas con esta frase.
JOVEN 10.— Creo que soy un puto genio.
MORGAN.— (A JOVEN 1.) ¿Tú por qué no escribes?
JOVEN 1.— No sé cómo empezar. He pensado en leer un poco y ver cómo otros han comenzado sus historias.
MORGAN.— Acabas de dar con la herramienta más valiosa de un escritor: la procrastinación. ¿De qué va tu historia?
JOVEN 1.— De mí. De mis amigos. De los hombres que he amado. Y de los que he perdido.
MORGAN.— Vaya por Dios. Amistad, amor, pérdida. Parece que estás ante un comienzo muy bueno.
JOVEN 1.— ¡Pero la cuestión es que no! Mis ideas se niegan a convertirse en palabras.
MORGAN.— Sí, lo entiendo. Tus ideas están en la línea de salida, preparadas para echar a correr. Y, aun así, tienen que atravesar el ojo de una cerradura para empezar la carrera.
JOVEN 1.— He cogido una de tus novelas -
MORGAN.— ¿Cuál? Ah, Howards End.
JOVEN 1.— «Podríamos empezar, por ejemplo, con las cartas de Helen a su hermana». ¡Dios, es que es una primera frase genial! Tan precipitada, como si diera igual cómo comenzar.
MORGAN.— Quizá da igual.
JOVEN 1.— Vuelvo a este libro una y otra vez.
MORGAN.— Dime, ¿qué hay en mi novela que te interpela tanto? ¿Qué encuentras en sus páginas?
JOVEN 2.— ¿Guía?
JOVEN 8.— Compasión.
JOVEN 4.— Sabiduría.
JOVEN 5.— Me encanta su humanidad.
JOVEN 7.— Su honestidad.
JOVEN 1.— Me reconforta.
JOVEN 10.— A mí no. Quiero decir, es un gran libro, no me malinterpretéis. Y la peli… también es buena. Pero, a ver, el mundo ahora es muy diferente. No me siento nada identificado con él.
JOVEN 9.— Tiene cien años.
JOVEN 7.— El mundo ha cambiado mucho.
JOVEN 3.— Nuestras vidas no tienen nada que ver con las de la gente de tu libro.
MORGAN.— ¿Cómo que no? Los corazones aún aman. ¿O no? Y se rompen. Esperanza, miedo, celos, deseo. Puede que vuestras vidas sean diferentes. Pero seguramente los sentimientos sean los mismos. Solo cambia el entorno, el contexto, el vestuario. Pero eso son solo detalles.
JOVEN 1.— Tengo detalles de sobra. Lo que no tengo es un principio.
MORGAN.— ¿Por qué necesitas contar tu historia?
JOVEN 1.— Para entenderla. Para entenderme.
MORGAN.— Esa historia me gustaría escucharla.
JOVEN 1.— ¿Me ayudas a contar mi historia? ¿Nuestra historia?
JOVEN 7.— Quiénes somos.
JOVEN 6.— Cómo hemos llegado aquí.
JOVEN 4.— Y lo que significamos unos para otros.
MORGAN.— Me encantaría. Entonces, para empezar, ¿con quién comienza tu historia?
JOVEN 1.— Toby.
MORGAN.— Podríamos empezar, por ejemplo, con los… ¿qué, de Toby?
JOVEN 1.— Mensajes de voz.
MORGAN.— Podríamos empezar, por ejemplo, con los mensajes de voz de Toby –
JOVEN 1.— – a su novio.