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1. Apartamento de ERIC y TOBY

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ERIC y TOBY con un grupo de otros cuatro jóvenes.

Suena el «Cuarteto de Cuerda en Fa Mayor» de Ravel.

ERIC.— Toby y yo hemos escuchado un grupo de Julliard tocando esta pieza en el Strand esta mañana.

TRISTAN.— ¿De quién es?

ERIC.— Ravel.

JASON 2.— No me suena mucho Ravel. ¿Qué ha hecho?

JASON 1.— ¿Como que «qué ha hecho», cariño?

ERIC.— «Bolero».

JASON 2.— ¿Esa cuál es?

A ERIC no le queda otra que tararear el «Bolero» de Ravel.

JASON 2.— ¡Ah, vale! La de Torvill y Dean. ¿Y él compuso esto?

ERIC.— Sí.

TRISTAN.— Es hipnótico.

ERIC.— ¿A que sí?

JASON 2.— Creo que la he escuchado en una peli.

JASPER.— Sí, yo también. En Expiación, ¿puede ser?

JASON 2.— ¿O en El paciente inglés? Algo inglés.

JASON 1.— Suena como la música de los ewoks de El retorno del Jedi.

JASON 2.— ¡Ay, qué monos los ewoks!

ERIC.— Vale, voy a pasar al segundo movimiento.

Avanza en la pieza.

¿A que es bonito? Me encanta ese punteo.

TOBY.— A Eric le gusta que le punteen a saco.

TRISTAN.— Suena como las burbujas de una copa de cava.

ERIC.— Sí, es verdad.

JASON 2.— O como un abejorro zumbando por un prado.

ERIC.— Sí, eso también. Bueno, voy a ver cómo va la cena.

JOVEN 1.— Disculpad.

ERIC.— Cariño, ¿puedes abrir otra botella de vino?

TOBY.— Claro.

JOVEN 1.— ¿Disculpad?

TRISTAN.— ¿Qué has hecho? Huele superbien.

ERIC.— He decidido tirar la casa por la ventana por mi cumpleaños y he comprado una pierna de cordero increíble en Dickson’s.

JOVEN 1 entra, lleva una bolsa del Strand.

JOVEN 1.— Disculpad. Siento mucho interrumpir la fiesta. ¿Os acordáis de mí?

ERIC.— Lo siento…

JOVEN 1.— Cuando estaban tocando… (A TOBY.) ¿Tú te acuerdas de mí?

TOBY.— Ah, sí. El jovencito que nos ha preguntado qué pieza era la que estaban tocando.

JOVEN 1.— Sí.

JASON 2.— Es Ravel.

ERIC.— Y ahora estás aquí.

JOVEN 1.— Sí.

TOBY.— ¿Por qué estás aquí?

JOVEN 1.— Es mi bolsa.

TOBY.— ¿La que llevas en la mano?

JOVEN 1.— No, esa de ahí.

Señala otra bolsa del Strand que está en el suelo.

Creo que has cogido mi bolsa.

TOBY.— ¿Qué?

JOVEN 1.— Sin querer. Los dos teníamos la bolsa en el suelo y cuando te fuiste creo que quizá cogiste la mía. Sin querer.

ERIC.— Ay, lo sentimos mucho. ¡Toby, ya lo has hecho otra vez!

JASON 1.— ¿«Otra vez»? ¿Quieres decir que ha hecho esto antes?

ERIC.— Todo el rato. Siempre está haciendo que los demás pierdan sus cosas. Bufandas, guantes, paraguas.

JASPER.— La virginidad.

ERIC.— En serio, cariño, te estás convirtiendo en un cleptómano.

TOBY.— Ni me he dado cuenta.

ERIC.— Lo sentimos muchísimo.

JOVEN 1.— Eres Toby Darling, ¿verdad? (A ERIC.) ¿Es el que escribió Amado?


TOBY.— ¿Por eso estás aquí? ¿Has leído mi libro, te ha cambiado la vida, me has visto en la librería y me has seguido hasta mi casa para pedirme un autógrafo, inventándote esa historia sobre las bolsas intercambiadas?

JOVEN 1.— En realidad… te dejaste la cartera en la bolsa.

Los chicos se ríen de eso.

Y…

Saca de la bolsa seis copias del mismo libro.

JASON 1.— ¿Es tu libro, Toby?

JASPER.— ¿Has comprado seis copias de tu propio libro?

TRISTAN.— Toby, me parto contigo.

TOBY.— Adelante, reíd todo lo que queráis. Para que lo sepáis, prometí a las señoras del noveno que les llevaría un ejemplar firmado a cada una para su club de lectura.

ERIC.— ¿Has leído el libro de Toby?

JOVEN 1.— No, pero –

JASON 2.— Entonces, ¿qué libros te has comprado?

JASON 2 coge la bolsa de JOVEN 1.

JOVEN 1.— Ah, yo –

JASON 2.— Una antología de Cavafis.

ERIC.— Uuuh, ¿qué traducción?

JASON 1.— Mendelsohn.


JASON 2.— La habitación de Giovanni. Llámame por tu nombre. La biblioteca de la piscina.

JASON 1.— Estoy intuyendo un patrón.

TOBY.— ¿Compras toda esta literatura gay y no compras mi libro?

TRISTAN.— Porque ya te habías llevado tú todas las copias de la tienda, Toby.

JASON 2.— Deberías hacer la peli, Toby.

JASON 1.— ¡Sí, sería una peli genial!

TOBY.— De hecho – (A ERIC.) ¿Se lo cuento?

ERIC.— Es tu noticia, cariño.

TOBY.— Sí, pero aún no hay nada oficial.

JASON 1.— ¡Vas a hacer la peli!

TOBY.— No, pero – me han pedido que lo adapte al teatro.

Silencio. Después –

JASON 2.— ¿Un musical?

TOBY.— No, teatro de verdad.

JASON 2.— ¿Habrá música?

TOBY.— No lo sé, aún no lo he escrito.

JASON 1.— Es que ya lo estoy viendo como obra de teatro, Toby.

TOBY.— Gracias.

TRISTAN.— Toby, es una pasada. / Enhorabuena.

JASPER.— Sí, Toby, me alegro mucho.

TOBY.— Gracias. Estoy muy contento.

ERIC.— Va a ser una obra increíble.

JASON 2.— Sí, pero ponle algo de música.

TOBY.— (A JOVEN 1.) ¿Quieres quedarte uno?

JOVEN 1.— No hace falta que / me des –

TOBY.— ¿Lo leerás o se quedará en la estantería?

JOVEN 1.— No, lo leeré.

TOBY.— Entonces es tuyo.

JOVEN 1.— Gracias. Debería dejarte volver a tu / fiesta.

Los chicos protestan.


JOVEN 1.— Felicidades.

ERIC.— Gracias. ¿Tienes hambre? He hecho mucha comida.

JOVEN 1.— Ay, pero no quiero molestar –

TRISTAN.— Eric cocina de maravilla.

ERIC.— ¿O una copa de vino? Nos has pillado escuchando la pieza que estaban tocando en el Strand.

JOVEN 1.— Ah, Dios, me ha encantado esa pieza.

ERIC.— Y a mí. Es bonita, ¿verdad?

JOVEN 1.— Sí. Está llena de… anhelo.

ERIC.— ¡Sí, eso es! Es la palabra perfecta. Creo que es un lamento.

JOVEN 1.— Ah, interesante.

ERIC.— ¿No estás de acuerdo?

JOVEN 1.— Creo… creo que quizá trate sobre el amor no correspondido.

ERIC.— ¿En serio? ¿De qué forma?

JOVEN 1.— Es romántica, pero me da la impresión de que no está resuelta.

JASON 2.— Curioso. Yo no escucho eso en absoluto.

JOVEN 1.— Igual me equivoco.

ERIC.— Que estos no te intimiden.

JOVEN 1.— Vale. En el primer movimiento, las frases van en legatto, ascendiendo y cayendo como una respiración – no – como un suspiro. Imagino a alguien mirando fotos de alguien a quien ha amado durante mucho tiempo. Después, el segundo movimiento empieza con un punteo en vez de con el arco frotando las cuerdas. Es veraniego y fresco. Me recuerda a una mariposa revoloteando por un prado.

JASON 2.— Un abejorro he dicho yo.

JOVEN 1.— Pero entonces, a mitad del segundo movimiento, vuelve la tristeza, como si el personaje viera su objeto de deseo en carne y hueso. Ese sentimiento de dolor y anhelo por desear a alguien con locura y no poder tenerlo. Después, el último movimiento es como un fuego devastador que lo consume por completo. Quemado vivo por su propio deseo.

TOBY.— ¿Un fuego devastador? ¿Has encontrado todo eso en una primera escucha en una librería?

JOVEN 1.— Mi cerebro funciona así.

ERIC.— No te estás bebiendo el vino.

JOVEN 1.— Ah, no / de verdad –

ERIC.— ¿Quieres otra cosa?

TOBY.— ¿Algo más fuerte?

JOVEN 1.— Ah, no / yo –

ERIC.— Puedo prepararte un cóctel.

TOBY.— A Eric le sale un Manhattan que te mueres.

JASON 2.— ¡Sí, yo quiero un Manhattan!

TRISTAN.— Sí, y yo.

TOBY.— Eric, te toca hacer los Manhattans.

ERIC.— ¡Sí! ¡Marchando!

TRISTAN.— Vas a volver a casa a cuatro patas, te lo prometo.

TOBY.— ¿Y qué nos cuentas, chaval?

JASON 1.— ¿Estudias?

JASON 2.— ¿Qué edad tienes?

TRISTAN.— ¿De dónde eres?

JASPER.— ¿Tienes novio?

Todas las miradas sobre JOVEN 1.

JOVEN 1.— Creo que debería irme.

Los chicos protestan ruidosamente.

ERIC.— ¡No, por favor! ¡Quédate! Tenemos un montón de comida riquísima y buen vino.

JOVEN 1.— No, debería irme. Pero gracias.

ERIC.— ¿Volverás ahora que sabes dónde vivimos?

JOVEN 1.— Gracias. Yo… gracias.

JOVEN 1 coge su bolsa y sale. ERIC mira a sus amigos.

ERIC.— Sois lo peor.


ERIC.— ¿No podríais haberle hecho sentir un poco más cómodo? ¿Habéis escuchado cómo hablaba de esa pieza de música? Le hemos espantado.

TOBY.— Búscalo en Facebook.

ERIC.— ¡Sí! Buena idea, Toby. ¿Cómo se llamaba?

Todos se miran entre ellos con cara de póker.

TOBY.— ¿Quién quiere un Manhattan?

La herencia

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