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2. Apartamento de ERIC y TOBY

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ERIC.— ¿Toby? Estaba a punto de salir hacia Penn Station.

TOBY.— ¿No has escuchado mi mensaje?

ERIC.— Dejaste más de veinte.

TOBY.— El de esta mañana temprano.

ERIC.— No, supongo que / no he –

JOVEN 1.— ¡Biip!

JOVEN 2.— Ey, soy yo.

JOVEN 3.— Es temprano.

JOVEN 4.— ¿Como las seis?

JOVEN 5.— Esto… cambio de planes.

JOVEN 6.— Cojo el primer tren de vuelta.

JOVEN 7.— Y, por favor, borra todos mis mensajes de anoche.

JOVEN 8.— Ojalá no hubiera venido.

ERIC.— ¿Qué ha pasado?

TOBY.— Ha sido humillante. No puedo volver a asomarme por allí. No puedo volver a salir de casa.

ERIC.— Cuéntame qué ha pasado, cariño.

TOBY.— Vomité.

ERIC.— Ay, pero no es para tanto. ¿En el tren?

TOBY.— En la fiesta.

ERIC.— Ah. Bueno… pero… ¿tipo en el jardín / o – ?

TOBY.— En el sofá.

ERIC.— Ay.

TOBY.— Y sobre el perro. Que estaba sentado en el regazo de Meryl Streep. Me quiero morir. ¡Alec Baldwin y Mariska Hargitay me vieron lanzar vómito sobre la actriz más importante y valorada de la historia!

ERIC.— Tampoco es Glenda Jackson o algo así.

TOBY.— ¡Has visto La decisión de Sophie! Ha sido muy humillante.

ERIC.— Jo, Toby. Bueno, ¿qué pasó después?

TOBY.— Meryl Streep se quedó sentada, cubierta de vómito. El perro… joder, el perro…

ERIC.— ¿Qué?

TOBY.— Empezó a lamerle el vómito de la cara. ¿Te estás riendo?

ERIC.— No de ti.

TOBY.— Menos mal que Walter actuó como si esas cosas pasaran constantemente en East Hampton. Acompañó a la actriz más querida del mundo a otra habitación y después me trajo un ginger ale y me acompañó a la mía. Me desperté sobre las cinco y pillé un Uber a la estación antes de que amaneciera.

ERIC.— ¿Te fuiste sin despedirte?

TOBY.— ¡Bueno, no iba a quedarme a desayunar!

ERIC.— Joder, Toby…

ERIC saca su teléfono.

TOBY.— ¿Qué haces?

ERIC.— Llamar a Walter.

TOBY.— ¡No, por favor!

ERIC.— No podemos no decir nada.

TOBY.— ¡Sí que podemos! Te prometo que se habrán olvidado de nosotros en una semana.

ERIC.— No quiero que se olviden de nosotros. Henry y Walter me caen bien.

TOBY.— ¡Por favor, déjalo estar!

ERIC guarda su móvil a regañadientes.

Dios, estoy hecho un desastre.

ERIC.— Has potado por toda la ciudad y sobrevivido para dar la cara después.

TOBY.— Sí, pero nunca en los Hamptons. Todo el mundo en la fiesta estaba tan relajado y natural, como en su ambiente.

ERIC.— Es que es su ambiente. Quizá un día tendremos dinero y será el nuestro también. O quizá simplemente eso no es para nosotros y nuestro ambiente será otro.

TOBY.— Tiene que ser para nosotros. Es que no viste la casa, Eric.

De repente se da cuenta:

Ostras. Es que no viste la casa. Siento haber estropeado nuestra escapada a la playa.

ERIC.— Era un plan de último minuto. Ni tuve tiempo de cancelar nada. De hecho, hoy quería darme una vuelta por el Whitney o quizá vaya al Film Forum. ¿Te apuntas?

TOBY.— Tengo mucha resaca, cariño. Solo quiero dormirme y despertarme a los cuarenta.

ERIC.— Jo, Toby. Vete a dormir. Volveré para hacerte la cena.

TOBY.— Llámame antes de ir al cine, a lo mejor me animo.

MORGAN.— ¿Qué hace Eric ahora?

JOVEN 1.— Creo que llama a Walter igualmente.

MORGAN.— ¿Y quién es Walter?

JOVEN 1.— Tú.

MORGAN se convierte en WALTER Poole.

WALTER.— ¿Diga?

ERIC.— Hola, ¿Walter? Soy Eric Glass.

WALTER.— Anda, hola, Eric Glass. Me preguntaba si sabría algo de ti hoy.

ERIC.— Ya. Oye, sobre lo de anoche, Toby se siente fatal.

WALTER.— A juzgar por el número de martinis que se tomó, no me extraña.

ERIC.— Escucha, ¿seguro que no hay nada que podamos hacer? Puedo mandaros un cheque / o quizá llamar a –

WALTER.— Lo que puedes hacer es olvidarte ya.

ERIC.— Bueno… lo intentaré.

WALTER.— Ahora, si me disculpas, los de la tintorería acaban de llegar. Nada que ver con los sucesos de anoche, te lo aseguro. Un placer saber de ti, Eric.

WALTER cuelga, se convierte en MORGAN de nuevo.

MORGAN.— Eric Glass adoraba a la gente. Abría su casa con regularidad a sus amigos y nuevos conocidos.

JOVEN 1.— Preparaba cenas con mil elaboraciones para todas las personas fascinantes que iba sumando a lo largo de los años, escuchando sus historias –

MORGAN.— – raramente contando las suyas a cambio.

JOVEN 1.— Cuando alguien nuevo entraba en su mundo, le hacía sentir parte de la familia al momento.

MORGAN.— Compartía sus pasiones, compartía sus libros – incluso cuando sabía que no volverían.

JOVEN 1.— Y así fue como el viernes 9 de octubre de 2015 Eric Glass abrió su casa a sus amigos para celebrar su trigésimo tercer cumpleaños. Preparó la cena, sirvió vino y puso una pieza de música que hacía poco le había llamado la atención.

Final de la Escena Uno.

La herencia

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