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4.1. Mario Bravo: En el surco, la novela que se anticipa al tiempo35
ОглавлениеLe bastó escribir una sola novela a Mario Bravo para delinear los rasgos más importantes de una industria en desarrollo y de una provincia que comenzaba a agitarse en la historia. Son los obreros azucareros del surco los protagonistas de la primera rebelión del siglo XX.
Nació en la ciudad de La Cocha, al sur de la provincia de Tucumán, el 27 de junio de 1882 y murió en Buenos Aires el 17 de marzo de 1944. Se recibió de abogado en 1905 en la Universidad de Buenos Aires con una tesis titulada “Legislación del trabajo”. Fue director del diario socialista La Vanguardia y profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Buenos Aires. En el seno del Partido Socialista se desempeñó como diputado y senador nacional por la ciudad capital durante varios mandatos. Tuvo una importante actuación en la lucha por las reivindicaciones laborales. Publicó obras sobre derecho y política (La huelga de mayo, 1909; Movimiento socialista y obrero, 1910; La ciudad libre, 1918; Capítulos de legislación obrera, 1925; Sociedades cooperativas, 1926; Derechos civiles de la mujer, 1927; La revolución de ellos, 1932),36 libros de poesía (Poemas del campo y la montaña, 1909; Canciones y poemas, 1918; Canciones de la soledad, 1920), de cuentos (Cuentos para pobres, 1924) y la novela En el surco (1929).
Su única novela narra la primera gran huelga azucarera, conflicto que se extendió desde 1904 hasta 1907 y que se desarrolló en el departamento de Cruz Alta, región que en esa época concentraba la mayor cantidad de ingenios en el territorio provincial. En ese mismo año se publicaba la investigación de Juan Bialet Massé, que desnudaba las mismas problemáticas ficcionalizadas en la obra de Bravo. Por primera vez, los obreros conocen En el surco el poder y el empuje de la rebelión. A pesar de que la huelga culmina con un saldo positivo para los obreros, Bravo narra momentos y mecanismos de la represión policial ordenada y dirigida por los dueños de los ingenios, para mostrar el fracaso y las desventuras que soportan los trabajadores al concluir la huelga. La tortura se hace presente e inaugura la ficción cuando el protagonista, Rosendo Montoya, aparece en los subsuelos del Cabildo. La figura de Mario Bravo ingresa en la novela, como la de un doble nostálgico que anhela las formas antiguas de la ciudad perdida.