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CAPÍTULO 1

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Les contaré la historia de su vida, de sus inicios, de cómo su vida se convirtió en un laberinto sin salida, sin nada más que ella misma entre el tiempo y el destino, conspirando para que caiga al abismo que sus enemigos cavaron exclusivamente para ella.

Cuantas veces trató de encontrar una salida a esa opresión que sentía, a la carga que sus hombros llevaban, pero le fue imposible escapar de su destino, no había manera de no seguir por el camino que le fue predicho desde su nacimiento, pero tuvo la valentía de revelarse contra los designios que le fueron impuestos desde su concepción, era tan joven, tan inocente, que era simplemente absurdo que ella entregara su vida, su alma y su corazón para la salvación de nuestra propia especie, garantizando de esa manera que los ideales de nuestros propios padres siguieran en una larga cadena que jamás se rompería, pero no contaron en que ella se revelaría contra ideales ilógicos, mundos utópicos, ella solo deseaba sobrevivir, sobrevivir en un mundo lleno de corrupción, maldad, un mundo dónde la contaminación de nuestras almas nos llevaría al caos y la destrucción propia.

Un arma mortal concebida solo para traer una línea perfecta de reyes y líderes de sangre pura, ella misma es un peligro inminente, su propia mente, su cuerpo siempre pendiente de toda amenaza, la destrucción es su aliada, pero su alma la llave para la salvación de un pueblo y su corazón sería la luz que aplacaría la oscuridad el firmamento.

Si te llegas a preguntar cómo es ella, pues es tan sencilla, simple, quizás siempre está junto a ti, alguien que cruzó por tu camino entregándote algo tan valioso que tú ni cuentas te has dado de aquel bello regalo, ella es una persona con debilidades y virtudes, con rasgos perfectos e imperfectos, quien diría que debemos aprender a ser más observadores, ya que el mundo que nos rodea guarda secretos y mundos que están en constante guerra.

Es la última generación viva de ángeles guardianes, su nombre es un significado de amor, una lucha sin límites, es nueva vida, un nuevo ciclo de esperanza y fe. Si te has llegado a preguntar si habla otra lengua que no conozcamos, te equivocas, habla como todos los demás, como tú y como yo, hablan el idioma de hombre, habla el dialecto de nuestros padres, amigos, es un humano con poderes escondidos.

Prepárate para escuchar su historia, pero para ello tendrás que abrir tu mente a un nuevo mundo, ampliar tus pensamientos, soñar despierto, te contaré como es que la llegué a conocer, como es que la tuve entre mis brazos y le dejé libre en el momento justo y necesario como un ave en cautiverio esperando por la libertad ansiada.

Pero para ello te contaré el inicio de nuestra vida y cómo la guerra devastó nuestro hogar, prepárate para una nueva historia, la verdadera historia de la humanidad.

Por un momento puedes llegar a creer que es una simple historia religiosa, pues no, va más allá de doctrinas y religiones, de creencias y fe, va más allá de lo que nosotros incluso podemos entender. Nuestra historia comienza desde un gran inicio, pero jamás se vio ningún final, donde un pasado doloroso está escrito con sangre, leída con amor, atrapada con odio y liberada con pasión.

Todo comenzó desde la creación del hombre, nacido entre teorías, teorías que desde luego has escuchado, la teoría científica y religiosa, y cómo todos te has llegado a preguntar cuál es cierta, pues te respondo, ambas son ciertas, Dios nos creó, nos formó a su imagen y al crearnos hizo ciencia. Creado para la compañía y una larga cadena de hijos, el hombre se fue corrompiendo con los años, fue tentado por el poder y que su mano podía incluso ser mejor que la de Dios mismo.

Año tras año, Dios vio cómo su hijo más amado comenzó con la destrucción de su propio ser, la destrucción de su familia, de su gente, incluso la destrucción de su propio hogar, el hombre fue matando al hombre, hasta hoy puedes verlo, la creación de bombas, guerras, el hombre se ha dado la idea que puede ser como el mismo Dios tratando de crear vida pero esa vida solo es un contaminante para su propia especie, ha creado más dolor que curas para la enfermedad, ha creado más caos que paz y desde luego ha llevado a su raza al borde de la extinción.

Quizás cansado de la mano del hombre y su destrucción, aquellos hijos que dejaron de escuchar su voz, dejándolo de lado, la maldad de aquel hijo que tanto amó comenzó a esparcirse en la tierra siendo una niebla que arrasaba con toda vida, comenzando a ser invencible, invisible ante los ojos de los demás y sobre todo indestructible, la venganza comenzó a ser parte de la vida cotidiana, el motivo más fuerte para vencer, seguir y triunfar. Pecar, de pasar de ser inocente a malévolo, de cálido a frío y calculador, el destierro y su extinción sería su castigo por dudar poder, dudar de su fuerza y sobre todo dudar de su amor. La ira fue convirtiéndose en un pecado más fuerte, creándose las armas para la destrucción de cada enemigo, la destrucción de todo aquel que ponga en duda sus palabras, su fuerza y sobre todo, verte como su potencial enemigo ante el triunfo y el éxito.

Fue entonces cuando el hombre mataba al hombre, el hermano mataba a su propio hermano, y cuando el hombre mato la esperanza de su padre. Siendo testigo de la maldad, viendo como su propio hijo comenzó su propia destrucción, la destrucción del mundo que él creo para ellos, decidió conservarlos, guardando silencio, llorando la pérdida de sus hijos, llorando por aquellos hijos a los que creó con amor, para verlos convertidos en seres oscuros llenos de malicia, fue dónde nuestro creador decidió apartarse del mundo, llenándolo de silencio.

Rendido, cansado y sobre todo decepcionado, lloró largos días y noches, hasta que de una lágrima suya fuimos creados, donde nuestros antepasados fueron los que pisaron el cielo por primera vez. Creados para cumplir una misión importante ante la vida del padre y del hijo, mostrarles de nuevo el camino hacia la salvación, devolverles la fe en sí mismos y el amor que vieron perdido con los años. Creados por una lágrima llena de pena, dolor y sobre todo con mucho amor, surgimos del polvo, agua, fuego y viento, seres con el poder de curar el alma, especímenes con el don de ver más allá de lo que los primeros hijos no pudieron.

Como poder olvidar la creación de nuestros ancestros, ya que nuestros padres jamás nos permitieron olvidar de la manera que fuimos creados, cuando el paraíso estuvo vacío, entre la combinación de su propio dolor, de una gota de su propio sufrimiento fuimos formados de tierra y roca, de agua y sal, de fuego y brasa, de viento y tempestad, cubiertos por un manto de polvo, despertaron de un sueño profundo, desnudos y cubiertos con inmensas alas, se levantaron de ese nueva tierra creada para ustedes y heredada a nosotros.

Noventa y seis seres dormidos en los pardos más verdes, cubiertos por sus inmensas alas blancas, mientras que nuevos animales acompañaban su sueño. Con un nuevo calificativo, un nombre que significaría luz, llamándoles “Inumine” aquellos nuevos seres, eran tan parecidos pero diferentes a sus primeros hijos.

Dios supo entonces que éramos la esperanza, la esperanza que ustedes necesitan, todos nuestros primeros ancestros comenzaron a levantarse y admirar ese nuevo mundo dado, mientras que la voz de nuestros creador nos dio permiso para continuar, quizás le devolvimos la fe —“Surjan hijos míos, demuéstrenme que el mundo no está infestado de maldad, demuéstrenme que aún puedo dar amor y recibirlo”

Elevando las cabezas hacia el cielo ante la poderosa voz, sonrieron y se arrodillaron ante ella, un nuevo mundo había iniciado.

Surgiendo de lo profundo de la creación, surgiendo de una lágrima y sobre todo de una bendición, dándoles el paraíso, alejado de la tierra, alejada de la raza humana, una montaña alta, donde el hombre jamás pisaría, donde su maldad jamás abarcaría. El porqué de sus nombres jamás se nos dijo, ni tampoco como fueron elegidos los patriarcas de cada clan, descubriendo con el tiempo sus poderes y su misión en la vida. Sus poderes eran combinaciones del fuego, agua, viento y tierra, cada lágrima derramada por el padre fue un don para cada hijo. Podían esconder sus alas, además de compartir sus dones con sus nuevos animales, sus protectores vivos, sus fieles amigos, animales diferentes a los comunes, con inmensas alas, poderosos y valientes como ellos.

Los Tiger Inumine, eran tigres con inmensas alas, con la oportunidad de poder convertirse en gatos comunes, sus poderes se centraban en el control del fuego, la tele trasportación, además de alimentarse de la energía y el poder de los demás, se protegían con escudos, además de poder paralizar el tiempo por lapsos cortos.

Los Crock Novo, eran los pequeños guardianes de los tesoros del reino, con la apariencia de un perro cocker spaniel, eran cazadores por naturaleza, sus poderes eran más comunes, escudos de protección.

Uno de los más temibles, eran los Seatino Novo, lobos más grandes, indomables y poderosos, podían minimizar su forma, adaptándose a tomar la forma de un lobo común, pero en su forma original, tenían una cola grande y larga, con la cual podía abrirse paso y aplastar a sus enemigos. Colmillos y garras largas las cuales podía desmembrar a sus oponentes, sus poderes se centraban en el control del agua.

Los Onux Olox, halcones de pico blanco con tornos negros, su plumaje era común, pero poseía un arma mortífera, debajo de las plumas principales, ocultaba cuchillas metálicas, que les permitía girar como un torbellino y degollar a su enemigo. Además de su grito ensordecedor, pero si el ángel que estaba bajo su protección moría, su vida se iría con él.

Los Animal Parenty, su forma era la de un oso o una pantera, sus poderes eran el control del fuego, agua, viento y tierra, tenían el don de transformarse en un ángel por lapsos cortos de tiempo con la misión de ser el mensajero del reino.

Los Daiknez L’innocent, tigres sin alas, no podían convertirse en animales pequeños, más bien ellos tenían púas de roca metálica desde su nariz hasta su cola, donde se dividían en varias ramificaciones, pudiendo ocultarlas para no lastimar a sus protegidos.

Sus padres jamás nombraron al cuarto clan, relatando partes de una historia, llegando a la conclusión, que sus padres ocultaban mucho más, nombraron a Sanel el patriarca del reino, el único Inumine que unió su vida a dos corazones, el único que dio su vida por la salvación de su pueblo y de su padre, Dios.

Supieron que la maldad de sus primeros hermanos se propagaba como una niebla difícil de detener, así que juntos crearon murallas para que el mal no los contaminara y no se propagara por sus tierras, temían que la destrucción los alcanzaran y que dieran fin a sus nuevas vidas, crearon un templo para su creador dándole gracias por ser parte de un nuevo mundo, crearon normas e iniciaron una vida maravillosa.

La palabra odio y rencor no existía, la envidia no prevalecía en sus corazones y la maldad no contaminaba sus almas, piedra por piedra construyeron un hogar, una sociedad, un mundo en lo alto de la llamada tierra, tierra que estaba prohibida para ellos, hermano que estaba prohibido conocer ante la infección que propagaba.

Sus mujeres se cubrían con vestidos blancos y sandalias a juego, sus peinados eran desde trenzas a moños, cabellos sueltos largos o cortos. Los hombres del reino, utilizaban camisas sueltas, pantalones negros con botas blancas.

Al tener cada uno un hogar, además de un templo a dónde acudir por ayuda, día tras día iban conociéndose, creciendo, viviendo y amando cada parte de su hogar, formando una familia, eligiendo una compañera para poder traer a la vida a más descendientes. Al cabo de cinco meses, las obras de construcción estuvieron terminadas, un templo para poder hablar con su padre, mientras que hogares modestos le rodeaban, protegiéndolo con grandes murallas y rejas, ventanales grandes, puertas inmensas, jardines extensos con todo tipo de rarezas; rosas, claveles, lilas; pastizales, para todo animal que deseara descansar, lagunas con patos, peces, aves tejiendo sus nidos. La bandera del reino era blanca con un sol en el centro y una luna a su lado, además de varias estrellas que iluminaban cada paso, al igual que sus habitantes, ninguno tenía marcas, eran perfectos, bondadosos, ellos no tenían diferencias, vivían unidos, vivían en una comunidad donde no existía el odio y la maldad.

Los meses comenzaron a pasar, Dios estaba orgulloso de aquellos hijos que habían comenzado a amar lo que él les había brindado, mientras que en la tierra, las grandes guerras, hambrunas, peleas, matanzas, seguían día a día, el hombre dejó de escuchar, de amar y sobre todo dejó de lado a su propio padre.

La venganza del caído

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