Читать книгу No te olvides de los que nos quedamos - Nélida Wisneke - Страница 13

Оглавление

El miedo y la esperanza se habían hecho carne en nosotros. Todo lo que ya habíamos caminado, los sustos, el cansancio, las piernas que a veces no respondían y el hambre que comenzaba a apretar iban de la mano con el deseo de llegar al lugar donde seríamos libres. Sabíamos que había gente que nos esperaba. Que tendríamos un lugar donde descansar, sembrar y cosechar.

Recordé que mi abuela decía que, si se enterraba el cordón umbilical de un recién nacido, en una maceta, parte de él, luego de un tiempo, pasaba a fundirse con la tierra, y como miembro de la comunidad, jamás se olvidaría de su lugar, de su historia y de su gente. Siempre estaría intentando volver. Parte de mí quedó abonando esa perfumada hierba buena35 que adornaba el rancho donde descansábamos y daba la bienvenida a los que estaban de paso, cansados, agobiados, o habían sido castigados. Yo también quería volver. Ya no aguantaba el cansancio, el hambre y a la mañana, cuando vi a mi mamá lamiendo las hojas de los arbustos, supe que comenzaríamos a tener sed.

Ya no quedaba prácticamente nada de comer en la maleta. La mujer que venía con nosotros tenía los ojos cada vez más hundidos y a los niños se les había borrado la sonrisa burlona, ya no dejaban asomar, tan seguido, sus dientes blancos de entre sus gruesos y negros labios. Los había comenzado a vencer el calor húmedo, el hambre y la sed. Busqué disimuladamente un cubito de rapadura y sentí los ojos censuradores de mamá.

Me acordé de cómo sabían los caldos de verduras que mi mamá solía preparar cada vez que en la casa grande comían pollo. Las patitas y las vísceras, muy limpitas, formaban parte del suculento manjar y como postre el “mingau”36_. Quería comer. Cerré los ojos y busqué en mi memoria el refugio más seguro y la sabia experiencia que me fuera entregada en forma de verso, días antes de emprender el viaje:

Não façam fogo nem busquem lenha37 Nem nada para se alumiar. Não percam tempo em coisas Pelas que os podem matar. As comidas só vão ser As que as deixem no caminho. Guardem tudo o que sobrar E agradeçam aos parentes, Nessa tarefa há muita gente Que estão nos ajudando. E hoje o que vocês recebem A outro pode estar faltando. Por isso nunca se esqueçam De agradecer os serviços, Pois é muito bom pra isso Cuidar tudo o que se tem. Não tirar fora a comida, Nunca jogar fora a água. São coisas muito essenciais E sem elas morrerão. Sempre ao fechar seus olhos Peçam para o criador: Na viagem força e consolo Até chegar a esse solo, E obter a liberdade. Porque se antes de chegar, Eles encontram vocês; Poderão ser devolvidos. Espancados, contundidos, E o que é pior ainda, Morrer como foragidos.

No te olvides de los que nos quedamos

Подняться наверх