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Las influencias del sistema hormonal

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“El Wuxia Pian18 es testosterónico” –dijo un amigo con el que compartíamos una charla sobre cine hongkonés. Esta calificación, que le surgió espontáneamente mientras mirábamos una escena, me resultó graciosa y, por cierto, muy acertada.

Como el sistema hormonal tiene una enorme influencia en la morfología cerebral, el cerebro femenino se organiza de manera diferente del masculino, lo cual conlleva un procesamiento distinto de la información que impacta en la conducta, la toma de decisiones y, fundamentalmente, en la emotividad.

Si bien la primera gran estrella del cine de artes marciales no fue un hombre, sino una mujer de origen chino, llamada Wu Suxin, y hay actrices extraordinarias en este género, las escenas que estábamos viendo eran interpretadas mayoritariamente por hombres que luchaban cuerpo a cuerpo con sus espadas, regidos por códigos de honor y venganza.

A mi mujer no le simpatiza el cine de artes marciales y a la de mi amigo tampoco. “Nosotras no vemos películas violentas” (dijeron al unísono) y, dado que el encuentro se programó para ver cine hongkonés, propusieron una película romántica: Con ánimo de amar.19

Excepto que tu pareja sea cinéfila, hallarás un montón de ejemplos de este tipo.

El adjetivo “testosterónico” que inventó mi amigo (la palabra no existe en el diccionario de la Real Academia Española), alude a la principal hormona sexual masculina; de hecho, la testosterona tiene un rol central en el desarrollo normal del espermatozoide, y se cree que el mayor tamaño del cerebro masculino, en comparación con el femenino, se debe a sus niveles20.

En realidad, las hormonas determinan gran parte de las características físicas (como la fuerza y la mayor cantidad de vello corporal en el varón), tienen una gran repercusión en el estilo de pensar, sentir y actuar de cada sexo y, esto es muy importante, en la actividad sexual y el estado de ánimo.

Por ejemplo, si tú te preguntas por qué tu mujer olvidó comprar el libro que le encargaste dado que el perro que murió no es el de ustedes, sino el del vecino, y no comprendes por qué está tan angustiada, hallarás la respuesta leyendo libros que explican el funcionamiento del cerebro emocional.

Al igual que el masculino, el cerebro femenino está afectado por las hormonas en las diferentes etapas de la vida, sin embargo, esta afectación es más intensa y variada entre las mujeres.Ello hace que la estabilidad emocional de una mujer no sea tan constante como la de un hombre.

De este modo, te enterarás de que muchas de las tensiones y conflictos que se producen en las parejas tienen que ver, entre varios motivos, con los siguientes:

• la influencia hormonal;

• la intensidad y el grado de premura de los impulsos sexuales (cuya diferencia reside en gran parte en el cerebro);

• la acción de los primitivos circuitos subcorticales de las emociones en los hombres que suelen irritar tanto a las mujeres;

• las razones por las cuales ellas son químicamente menos agresivas que ellos, cuya emocionalidad también está influida por las hormonas.

En los ámbitos laborales se dan situaciones similares.

Como tengo mucha experiencia en ello, me permito transcribirte dos diálogos típicos cuyos contenidos (estoy seguro) no te resultarán incomprensibles o ajenos:

A)

— Jorge no razona bien —dijo Irene refiriéndose a su hijo adolescente.

—¿Qué le pasa? —preguntó su compañero de trabajo.

—Nada, el pobre se enamoró y anda tropezándose con sus hormonas —respondió Irene.

B)

—Stella está muy distraída en el trabajo, se equivocó dos veces hoy, ¿qué le ocurre? —preguntó el contable.

—Está enamorada —respondió su interlocutor—, y “hormona mata neurona”.

Desde la cotidianeidad, las variaciones en el estado de ánimo suelen atribuirse al funcionamiento del sistema endocrino (hormonal) y ello es parcialmente cierto.

Al analizar por qué hombres y mujeres se comportan de tal o cual manera, gran parte de las razones pueden hallarse en sus hormonas. Si bien ambos organismos segregan andrógenos (hormonas masculinas) y estrógenos (hormonas femeninas), lo hacen en cantidades diferentes, por lo tanto, un tipo de hormona predomina sobre el otro en cada sexo.

El componente biológico, en el que se destaca la influencia hormonal, ayuda a entender las tendencias de ambos sexos hacia determinadas aptitudes que, a su vez, influirán en su estilo de pensar, sentir y actuar.

En el caso de la testosterona, el profesor español Francisco Rubia, con quien he tenido el placer de dialogar, sostiene que la influencia hormonal es básica a la hora de conformar el mapa cerebral, y que un mayor nivel de testosterona se relaciona directamente con un mayor desarrollo del hemisferio derecho, del que dependen las habilidades visuales, espaciales y geométricas, es decir, aquellas en las que diversos experimentos atribuyen mayor capacidad promedio entre los varones.

En la mujer, los niveles bajos de esta hormona permiten que sus células cerebrales desarrollen más conexiones en los centros de comunicación y en las áreas que procesan emociones.

Esto influye en su predisposición para armonizar en los diferentes ámbitos en los que actúa y está relacionado, a su vez, con sus habilidades innatas para la empatía.

No obstante, en la vida cotidiana es común que se atribuya la conducta de la mujer a las fluctuaciones de sus hormonas en forma incomprensiva o irónica: “lloras por nada”, “consulta con tu terapeuta a ver si se te pasa”, son expresiones comunes. Sin embargo, el hombre no es inmune a la influencia hormonal, ya que desde antes de nacer y durante toda su vida estará marcado por la testosterona.

Por ejemplo, si te preguntas por qué un individuo que fue un empresario agresivo, ansioso, frío y poco tolerante con los demás se convirtió en un abuelo paciente y cariñoso, hallarás gran parte de la explicación en los niveles de esta hormona, que comienzan a disminuir alrededor de los 50 años.

Esta disminución, que va acompañada por un aumento en los niveles de estrógenos y de otra hormona, denominada oxitocina, hace que en la etapa de madurez el cerebro masculino comience a parecerse al femenino en el sentido de que se vuelve más proclive a la sensibilidad emocional y a la paciencia, por lo tanto, más empático.

En síntesis:

• Si bien los factores socioculturales inciden significativamente debido a la neuroplasticidad, la mujer viene al mundo con una muy buena plataforma para crear y sostener relaciones armoniosas y, a su vez, para generar actitudes conciliadoras.

Es de destacar que el hombre también está regido por su sistema hormonal: “la testosterona es la responsable de la mayoría de los efectos masculinizantes” (Francisco Rubia), y que gran parte de su conducta sexual puede explicarse estudiando la anatomía de su cerebro.

Asimismo, y debido a que tienen procesadores más amplios en la amígdala (que registra el miedo y desencadena las reacciones de defensa), los varones están mejor equipados que las mujeres para proteger su territorio y luchar cuerpo a cuerpo cuando lo consideran necesario.

A lo largo de esta obra, y a medida que analicemos las diferencias entre el cerebro masculino y el femenino, volveremos una y otra vez sobre el sistema endocrino dado que la biología es un factor relevante a la hora de explicar la conducta de hombres y mujeres en los diferentes roles que desempeñan.

El cerebro femenino en acción

Amelia Earhart

(1897-1937)


Estadounidense.

Fue la primera mujer en cruzar sola el Océano Atlántico piloteando un avión.

El 26 de junio de 1932 fue recibida con un desfile en Nueva York por esta proeza.

Desapareció en julio de 1937, a los 39 años, en un vuelo sobre el Océano Pacífico.

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