Читать книгу Carmen Aldunate sin corazas - Patricia Arancibia Clavel - Страница 9
1 · El ambientito
ОглавлениеNo hacía mucho que Carmen se había cambiado de su amplio departamento de la calle O’Brien, a una casa muy acogedora en Pedro de Villagra con Nueva Costanera.
Nuestro primer encuentro fue realmente genial. Llegué como a las ocho de la noche y hacía un frío intenso. Me salió a recibir Angélica, su nana, y unos tres o cuatro perros que ladraban a rabiar. Casi me morí. No soy de animales de ningún tipo —con suerte los humanos— y soporté con estoicismo sus “cariños” y movimientos de colas.
Entré al living y un ambiente cálido me envolvió. La chimenea hace las veces de tal, pero, en verdad, adentro hay troncos que nunca terminan de quemarse. Encima, en la repisa, destacan unas figuras de hueso muy antiguas, traídas de Indonesia. En la mesa de centro, moderna, hecha a mano, pintada en capas de acrílico, hay una gran sopera de plata, llena de anteojos, cajetillas de cigarrillos, encendedores y otras hierbas, en tanto las paredes están tapizadas de sus cuadros, de los de su hija María y de otros pintores amigos. Me llamaron la atención los de ella —en especial un retrato de una mujer con cuernos, dos rostros envueltos en velos y uno craquelado— y al frente, uno de Balmes sobre Neruda y varias pinturas más pequeñas, de mucho colorido.
Todo era grato para iniciar la conversación, más aún cuando llegó una rica cerveza. En esa casa no hay censuras de ningún tipo, los ceniceros sobran y se puede fumar a destajo. Rápidamente se armó lo que ella llama “el ambientito”.
Es increíble —me dijo—, pero es como que las constelaciones se hubieran alineado. En enero de este año —2018—, estando con la Lily Lanz en Zapallar, recibí la noticia de la muerte de Nicanor Parra. Nos dio mucha pena, pero también algo de rabia porque, entre otras tantas cosas, nadie se acordó de cuando, gracias a la Lily, más de 45 artistas le hicimos un precioso homenaje en vida, pintando unas postales de sus Chistes para desorientar a la poesía. Recordándonos de ello, nos dimos cuenta que teníamos tantas historias y anécdotas que, si no las contábamos o escribíamos, se perderían en la nebulosa de los tiempos. De alguna manera, una parte importante de la historia del arte de los últimos 50 años en Chile, pasó por la Galería Época de la Lily y creo que es interesante darla a conocer.
Sin duda es así, le contesté. Esa galería fue un ícono para muchos artistas y un verdadero centro cultural. Sin embargo, más que una historia del arte, de las galerías y de las tendencias que han dominado el quehacer artístico chileno, lo que yo quiero es centrarme específicamente en ti, rescatar la historia de tu vida, intentar descubrir —en la medida de lo posible— quién es Carmen Aldunate, cómo te convertiste en pintora y por qué pintas lo que pintas… Creo que eres una artista que ha marcado a toda una generación, cuya vigencia está intacta y que, dentro de tus grandes atractivos, está ese halo un tanto misterioso que rodea tu vida y tu pintura. Es lo que de alguna manera quisiera develar a través de una especie de biografía…
¡Soy tan poco interesante! La verdad es que no me siento un referente de nada y creo que mi vida no tiene mayor atractivo. Además, quiero decirte que casi no guardo papeles, solo algunas fotos y tengo además pésima memoria, especialmente para las fechas. Igual, feliz converso contigo si crees que puede ser útil...
Y así de fácil se inició nuestro diálogo. Estaba convencida que si me dejaba traspasar sus corazas —esas que caracterizan muchos de sus cuadros de mujeres— podría entender algo del lenguaje de su pintura y, con eso, a ella misma. Gustándome mucho, el arte siempre me había sido esquivo. Tardé en darme cuenta que, al igual que la escritura, la música, la ficción, la poesía y tantas otras cosas, la pintura es, quizás como pocas, un excelente medio de expresión de la sensibilidad del alma. Era mi oportunidad de aprender a “leerla”.