Читать книгу Trabajo social digital frente a la Covid-19 - Paula Méndez Domínguez - Страница 12

Según la Organización Mundial de la Salud, el mundo está luchando no sólo contra la pandemia del coronavirus sino también contra la denominada infodemia (Organización Mundial de la Salud, 2020). Esta infodemia está provocando una superabundancia de información relacionada con la COVID-19 (Hu et al., 2020).

Con los primeros casos detectados de COVID-19 las noticias falsas sobre el virus y sus efectos se difundieron tan rápidamente que generaron confusión y desconfianza en la población (Krause et al., 2020). Esta situación se produjo debido a la hiperconexión digital, donde a través de motores de búsqueda y redes sociales online como Facebook, Instagram, Twitter o servicios de mensajería instantánea como WhatsApp, Youtube, se amplificaba la capacidad para trasmitir información sobre la causa y el origen del coronavirus, sus síntomas y patrones de transmisión, tratamientos disponibles y curas (Patwa et al., 2020; Salaverría et al., 2020). Como consecuencia, el fenómeno creciente de desinformación pudo obstaculizar una respuesta eficaz de las autoridades competentes e incluso poner en riesgo la salud pública (Krause et al., 2020).

La información veraz y rigurosa relacionada con la pandemia ha resultado clave para el éxito en las medidas de mitigación. Por este motivo, la infodemia se ha convertido en un agravante de la situación y provocado la necesidad de identificar y adoptar herramientas y tecnologías avanzadas para combatir la desinformación relacionada con la COVID-19. La emergencia de salud pública ha impulsado el desarrollo de la denominada salud digital, la vigilancia robusta de sistemas, diagnósticos y de toma de decisiones profesionales impulsadas por la tecnología, el desarrollo de dispositivos móviles para medir temperatura y frecuencia cardíaca, el impulso de la telemedicina y la teleasistencia administrada a través de chatbots virtuales y servicios interactivos de chat que brindaron información sobre el virus y ofrecieron alternativas de apoyo psicosocial (Khilnani et al., 2020).