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V. CONCLUSIONES

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La COVID-19 se ha extendido, en un mundo interconectado, por todos los países. La aparición de este virus ha provocado devastadores impactos sanitarios, económicos y sociales, así como una disrupción global, rápida y omnipresente de las prácticas existentes (Huynh, 2020). Así lo reflejan los estudios revisados en este capítulo, donde se señalan las dificultades y problemáticas que se han ido encontrando en el ejercicio de los queha-ceres profesionales por la ruptura de la práctica habitual de intervención social presencial (Muñoz-Moreno et al., 2020). Sin embargo, resulta sorprendente la forma en la que el Trabajo Social ha respondido desde la irrupción del virus a través de la integración de modos y formas de comunicarse y relacionarse por medios digitales (López-Peláez et al., 2020). Los hallazgos y proposiciones de estos estudios sugieren que el coronavirus ha sido y es catalizador de los cambios a corto y largo plazo en la vida de las personas y, por tanto, en nuestra profesión.

La intersección entre los factores de riesgo de contagio y las desigualdades sociales y digitales evidencian que el uso de herramientas digitales puede mitigar los riesgos asociados con la pandemia. En este sentido, y como ha ocurrido a lo largo de la historia, las pandemias afectan de manera desproporcionada a las personas más desfavorecidas y vulnerables (Ahmed et al., 2020), siendo los diferentes tipos de brecha digital un aspecto clave en la actual crisis de COVID-19. A este respecto, los poderes públicos deben y tienen que abogar por una forma de abordar la transformación digital más global e inclusiva para hacer efectivos los derechos fundamentales en la realidad digital. Así lo explicitan los estudios revisados, que recomiendan implementar un acceso y un uso universal de los medios digitales; y visibilizan la necesidad de incorporarlas a nuestra práctica profesional habitual no como elemento sustitutivo sino como complemento indispensable y mecanismo de respuesta, ajuste, contención y adaptación ante procesos y cambios sociales.

La respuesta del Trabajo Social ante la emergencia de la COVID-19 ha supuesto una transformación adaptativa e improvisada de la profesión-disciplina, que ha buscado satisfacer las necesidades y priorizar los aspectos más urgentes e importantes de sus funciones. Esta necesidad para responder y adaptarse ante cualquier situación invita a desarrollar el denominado Trabajo Social Digital, como parte fundamental de la práctica y de la investigación de nuestra profesión.

Trabajo social digital frente a la Covid-19

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