Читать книгу Anatomía de la traición - Pedro García Cuartango - Страница 14
Sidney Reilly
ОглавлениеFue agente británico, ruso y japonés con una biografía llena de peripecias. Trabajó en sus últimos años para desestabilizar el régimen bolchevique. Fue detenido en 1925 y ejecutado en Moscú por orden de Stalin. Adoptaba múltiples personalidades para lograr sus objetivos.
La Pimpinela Escarlata
No hay en la historia del espionaje ninguna figura tan rocambolesca como la de Sidney Reilly, ejecutado en 1925 en Moscú. Su origen familiar es un misterio, aunque parece que nació en Odesa en 1874, en el seno de una familia judía. Fue espía al servicio del Imperio británico, de Japón y de la Rusia zarista.
Por su implicación en la organización y financiación de la resistencia contra el régimen de Lenin fue el hombre más buscado por la Cheka, hasta que lograron atraparlo mediante una trampa. Fue en esa época cuando se ganó el apodo de la Pimpinela escarlata por su habilidad para eludir la persecución comunista.
Durante su vida disfrutó de numerosas identidades, ejerció múltiples oficios y ocupaciones y trabajó para el mejor postor. Durante la Primera Guerra Mundial, residió en Nueva York, desde donde se hizo millonario vendiendo munición a los alemanes y los rusos, a la vez que colaboraba con los servicios británicos.
Ya en 1892 era confidente de la Ojrana, la policía política zarista, con el nombre de Rosenblum, que al parecer era el de su padre biológico, que le abandonó al nacer. Unos años después, emigró a Brasil tras fingir su muerte en Odesa. Allí se ganó la vida como obrero portuario, cocinero y trabajador en las plantaciones.
En 1895 salvó a su patrón Charles Fothergill cuando iba a ser asesinado por unos indígenas. En agradecimiento a su valor, Fothergill lo recompensó con 1500 libras, le compró un pasaje para Londres y le consiguió la nacionalidad británica.
A partir de este momento comienza la leyenda de Reilly, que al parecer emigró a Francia, donde mató a sangre fría a dos anarquistas en un tren para robarles. Tras su vuelta a Londres en 1896, creó una empresa de medicamentos y se casó con la viuda del reverendo Hugh Thomas, que había heredado una ingente fortuna. Hay indicios de que Reilly lo envenenó para desposar a su mujer.
Tres años después, conoció a William Melville, un jefe de Scotland Yard, que lo contrató como espía tras crearle una nueva identidad. Rosenblum pasó a apellidarse Reilly. Melville le envió a San Petersburgo para recabar información sobre la relación rusa con Japón.
Era tan hábil que fue fichado por el general Motogiro, que le pagó elevadas sumas por espiar para los servicios secretos japoneses mientras servía a los británicos. Reilly, fingiendo ser un rico empresario maderero, logró robar los planos de Port Arthur en Manchuria que facilitaron el ataque japonés a los rusos.
Fue el comienzo de una increíble serie de hazañas entre las que figuran la concesión de la compra de petróleo a la Anglo Persian Oil Company, el robo de los planos de unos aviones de la Krupp en Alemania, la falsificación de una carta de Zinoviev en la que figuraba un imaginario plan para derrocar al Gobierno británico y la fabricación de billetes para ayudar a la resistencia contra los bolcheviques.
A partir de 1918, Reilly viajó a Rusia y permaneció allí durante largas temporadas. Planeó el asesinato de Lenin, conspiró con los generales zaristas y les facilitó armamento hasta que fue atrapado, torturado salvajemente y fusilado en Moscú por orden de Stalin.