Читать книгу Posthoméricas - Quinto de Esmirna - Страница 7

La estructura

Оглавление

Insistiendo en esa línea de constantes reproches hacia la modesta obra de Quinto de Esmirna, hemos de señalar ahora otro de los defectos que con más recurrencia se le han achacado a las Posthoméricas: su lamentable falta de una estructura orgánica, dado que los catorce libros de que se componen no contienen en realidad más que una simple sucesión de acontecimientos sin otra conexión que el inevitable orden cronológico (por ejemplo, S. E. Basset ha destacado esa ausencia de una verdadera conexión a lo largo de todo el poema y la inexistencia en él de una auténtica trama 37 ). Es de notar, en cualquier caso, que esta carencia se puede justificar, y en cierto modo perdonar, si tenemos bien presentes las intenciones mismas del autor a la hora de elaborar la presente obra: su pretensión era, como es sabido, continuar la narración de la Ilíada y completar la legendaria historia hasta llegar a la caída de Troya, de modo que había de comenzar el relato in medias res , sin proemio o introducción de ningún tipo (partiendo, por lo tanto, de los sucesos inmediatamente posteriores a la muerte y los funerales de Héctor), y sin más dedicarse a contar uno tras otro los variados episodios que, en secuencia más o menos forzada, la tradición le imponía. Aun con sus frecuentes variantes y versiones dispares, desde luego, no podía apartarse Quinto apenas de la saga troyana canónica en pro de una más elaborada y cuidada composición final 38 .

Por otra parte, si bien es innegable esa falta de una rigurosa unidad a lo largo de las Posthoméricas , F. Vian ha sabido ver, dentro de su abrumadora diversidad episódica, notables elementos de cohesión al menos entre algunos pocos libros consecutivos, de suerte que en buena medida logran éstos, en sus respectivos casos, formar un todo temático y consiguen al final la gradación y culminación oportunamente exigibles. En efecto, se puede argumentar con garantías una cierta unidad de contenidos para los libros I-IX, en tanto que, a pesar de sus muchos y variados acontecimientos, presentan como indiscutibles protagonistas de los eventos de la Guerra de Troya a la familia Eácida, a Aquiles (por supuesto) y a su sucesor, su hijo Neoptólemo. Los cinco primeros libros, ciertamente, aun cuando se centran cada uno en otros personajes o episodios concretos (el I en Pentesilea, el II en Memnón, el V en el famoso «Juicio de las Armas»…), tienen como figura esencial al mismo Aquiles, de quien se cuentan sus últimas hazañas, su muerte y funerales y los juegos celebrados en su honor; los cuatro siguientes narran la incorporación al conflicto de su hijo Neoptólemo (con quien enseguida se recuperan, en una intencionada continuación de las mismas características de irreprochable héroe de epopeya, las excelencias del anterior protagonista), y su marcado enfrentamiento con su directo rival Eurípilo, el último gran aliado venido a su vez en ayuda de los troyanos, se desarrolla en ellos in crescendo hasta culminar en su trascendental duelo a mitad del libro VIII, no por casualidad emplazado, pues, en el centro mismo de todo el poema. Una estimación similar es posible, por su parte, en el caso de los libros XII y XIII (y aun, en buena medida, el XIV), puesto que se hallan plenamente dedicados a las diversas vicisitudes a propósito de la toma de Troya. En fin, no duda F. Vian en considerar las Posthoméricas como una sucesión de episodios más o menos independientes dentro de un todo ensamblado con relativa habilidad (aunque carezca a la postre de unidad global), cuyo interés dramático se recrea a su manera en cada uno de esos varios núcleos temáticos, en vez de ir progresando a través de sus catorce libros, con la debida gradación, hasta la resolución que conlleva el final de esta epopeya 39 .

Posthoméricas

Подняться наверх