Читать книгу El Alfabeto del Silencio - R. M. Carús - Страница 12
Comprender
ОглавлениеCuando el mar se agita aparece una ola. Algo destaca, salta y se desprende adquiriendo un color y una forma diferenciada. El razonamiento percibe el océano como una cosa y la ola como otra distinta. Para poder distinguirlas da a cada una un nombre diferente. Puede incluso llegar a analizar la masa de la ola, la velocidad a la cual se mueve, su aceleración, su amplitud, las fuerzas intrínsecas al desplazamiento, su constitución interna, el fenómeno por el cual se forma la espuma, el rozamiento que ejerce sobre el fondo marino. Así le es posible llegar a entender detalladamente la ola. Pero si soslayara el hecho de que la ola es realmente el océano manifestándose en una forma concreta, que ambos son el mismo elemento, que forman una unidad y que esencialmente no son diferentes, habría perdido completamente su significado. Habría entendido la ola aisladamente, pero no habría comprendido nada.
Podríamos equiparar la ola con lo físico y su realidad oceánica con lo etéreo; igualmente, los objetos de nuestro entorno son ondas surgidas de un gran mar impalpable tendido en su raíz.
Entender y comprender pueden parecer términos equivalentes. No obstante comprender posee un sentido adicional: también significa abarcar, unir.
Al empeñarnos en escudriñar independientemente cada elemento a nuestro alcance, dejamos de comprender el todo. El raciocinio y los sentidos captan la fachada del entorno desmembrándola en partes sueltas y considerando cada una por separado. Al hacerlo se pierde el sentido esencial de Unidad. Los objetos, los acontecimientos se perciben como olas desconectadas de un gran océano.
Para comprender no es necesario elaborar, sino simplemente advertir, notar lo que Es sin añadir ni quitar nada, presenciar cómo la ola se forma por un movimiento de la superficie oceánica y cómo, cuando pierde su forma, vuelve a disolverse en aquello de lo cual surgió y que nunca dejó de ser. A partir de ahí, subordinado a la comprensión, el estudio aislado de cualquier fenómeno es un maravilloso ejercicio intelectual capaz de añadir gran riqueza a la experiencia; por el contrario, cuando se antepone a ella, es motivo de una formidable confusión.