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Prefacio

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Hemos olvidado qué somos. Desde el comienzo del tiempo nos percibimos como entes perecederos, incompletos, desamparados, impotentes, aislados, sujetos a fuerzas extrañas. Al haber impuesto tales ideas de nosotros sobre nosotros mismos hemos caído en una suerte de avanzado alzhéimer espiritual.

El propósito de este libro es avivar tu naturaleza olvidada, facilitar el retorno a lo extraordinario latente en ti. Mas solo facilitarlo, porque nadie puede activar tal estado: solo tú puedes hacerlo. Aquí se proponen maneras para que, si quieres, las pongas en práctica utilizando tu voluntad y tu potencial, que es ilimitado y se encuentra insospechadamente a mano. Aun así, la vuelta hacia aquello en lo que consistes no es una tarea solitaria ni ardua, al contrario, está cuajada de tesoros y solo puede ser realizada en compañía.

Lo expuesto en las siguientes páginas no aporta información nueva. Ya lo conoces: está grabado en la profundidad de tu memoria. Simplemente lo exhuma, lo saca a la luz desde la penumbra donde reposa. No pretende añadir nada, sino más bien quitar, desbrozar, perfilar. Forma parte de la enseñanza Universal, del mensaje del Amor contenido en el núcleo de tradiciones como el hinduismo, el taoísmo, el budismo, el judaísmo, el sufismo, el advaita vedanta o la mística occidental, y se basa en especial en la práctica de Un Curso de Amor, Un Curso de Milagros y El Camino de la Maestría de los cuales puede considerarse una humilde introducción. Sobre todo, surge del hondo contacto con el Ser del que parte toda guía.

Solo hay dos sendas de regreso: la resonancia o la experiencia. La resonancia es conocimiento olvidado asomando de nuevo en la mente; la experiencia es la vivencia de tal conocimiento. Para llegar a nuestro objetivo recurriremos a ambas a través de ensayos, ejercicios y relatos.

Los ensayos prueban el camino de la resonancia. Son guijarros arrojados al estanque del recuerdo con la intención de hacerlo palpitar. No proponen verdades absolutas, ni siquiera verdades a medias, porque una idea ajena admitida sin más acaba convirtiéndose en un lastre inamovible para alcanzar cualquier verdad. Tal vez aportan saber, pero el saber en sí tampoco aporta nada por sí mismo. Si al leernos intuyes que algo implícito en ti aflora, esos ensayos habrán cumplido su cometido.

Los ejercicios proponen el de la experiencia. Son propuestas destinadas a la indagación práctica, puras meditaciones. Puedes corroborar el sentido de los ensayos por ti mismo realizándolas. Si no encuentras valor alguno en ellas, nada significará para ti. No tiene importancia, llegarás de alguna otra manera.

Los cuentos expresan a través de la metáfora mensajes difíciles de transmitir de otra forma. Nutren tanto a los ensayos como a los ejercicios de un modo no secuencial, no descriptivo, remotamente experiencial, intuitivo, aunque tal vez reconocible por la memoria esencial.

En el caso de que los ensayos te resulten pesados, contradictorios, desafiantes en exceso o demasiado densos, sáltatelos, ve al cuento o al ejercicio más cercano y luego, si lo deseas, prueba a acercarte de nuevo a ellos para ver si entonces muestran su significado.

Hay por lo tanto varias maneras de leer este libro. Una es la habitual, de la primera a la última página. Otra consiste en recorrer primero los cuentos y los ejercicios dejando el resto para el final. Otra es acercarse a los ensayos haciéndolos vibrar con la maza de la experiencia presente en las meditaciones y dejar los cuentos aparte como libro de ficción complementario. Otra más es alterar el orden de la lectura, recorriendo las partes que más te atraigan en cada momento. Cualquier método puede ser útil. Te animo a encontrar el idóneo para ti.

La velocidad de avance hacia la meta estará determinada solo por tu resistencia. Paradójicamente tenemos miedo a nuestra propia realidad, por maravillosa que sea. Lo que somos nos produce temor porque aceptarlo supondría renunciar a la seguridad de lo conocido, aunque resulte incómodo, y hacerlo nos llevaría a un lugar aparentemente ignoto, si bien muy familiar una vez se vislumbra. Por eso preferimos permanecer en un mundo percibido como hostil. Esta es la causa por la cual seguimos sumidos en él. Podría parecer que el motivo de ese recelo se encuentra en que nuestra naturaleza –aquello a lo que esta obra pretende contribuir a recordarte– es maliciosa o imperfecta. No obstante, sucede muy al contrario: es pura plenitud. Aun así, preferimos seguir inmersos en nuestras ilusiones, aturdidos, doloridos o insensibilizados, felices solo a veces. Lo real es una amenaza para el sueño en el cual estamos atrapados porque lo haría desaparecer. Cuando relajes por completo la oposición a tu realidad despertarás con rapidez.

¿A qué realidad me refiero? A una que no puede ser expresada. Es tan ilimitada, tan prodigiosa que no cabe en ninguna palabra. Sin embargo, puede ser vivida. Precisamente ese es el objetivo de esta obra. Ojalá sea de algún provecho.

Pechón, otoño de 2016

El Alfabeto del Silencio

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