Читать книгу Más que nada - Raúl Tamargo - Страница 5

.1.

Оглавление

Julián no necesita reloj para saber que pronto el sol se esconderá tras los cerros del oeste. Sabe que tiene el tiempo justo para regresar a la casa, encerrar a los animales en el corral, tomar su taza de leche y visitar a Bartolina.

Aunque el cielo está despejado, una nube lejana y solitaria, al otro lado de la quebrada, inquieta el andar del muchacho. Es una mancha blanca, larga y delgada, como una lanza que quisiera lastimar la entrada de la noche. La montaña está llena de señales que no es posible comprender. Julián apura el paso obligando al ganado a hacer lo mismo. Llegan al corral sin percances. Toma su leche en la cocina. En el cuarto de al lado, Bartolina llora, reclamando la suya. En el corral, la otra Bartolina berrea. Julián apura el trago y sale por la puerta de atrás, a un patio de tierra que linda con la parte trasera del corral. El cielo ahora está más azul. Él evita mirar hacia el cerro, no sea cosa que su mirada encuentre la del Coquena. Se sienta sobre la pirca y acaricia el hocico del animal. No se pregunta por qué le habrá tomado ese cariño fuerte. Ha dejado ya de llorar por el Negro. Sin embargo, no ha dejado de recordarlo. Por eso Julián no piensa que una cosa, tal vez, tiene que ver con la otra. Escucha ruidos como de caballos apurados. Ruidos que vienen del norte, pero no está seguro. Su madre lo llama desde adentro de la casa. Es hora de guardarse. Los hombres están en guerra. Es mejor cobijarse. Para eso la familia tiene casa.

Más que nada

Подняться наверх