Читать книгу Sal - Rebecca Manley Pippert - Страница 11
Qué significa ser humano
ОглавлениеUna parte de mi búsqueda fue conocer a Dios, pero la otra fue descubrir quiénes somos y por qué estamos aquí. Me sorprendió descubrir que Jesús no solo es la ventana que nos permite entender la naturaleza de Dios, sino que también nos revela lo que significa ser verdaderamente humanos: humanos tal y como Dios había tenido en mente desde el principio.
Durante todos mis años de ministerio he reflexionado mucho sobre por qué a los cristianos les cuesta compartir su fe. Siempre supe que no era por no tener la técnica más actual o aquella nueva fórmula que funcionaba con todas las personas y en todas las situaciones (había y sigue habiendo mucha gente ofreciendo ese tipo de “estrategias” evangelísticas). Con el tiempo comencé a ver que el problema era más profundo.
Dick y yo hemos viajado por todo el mundo para capacitar a los cristianos en el área de la evangelización, ¿y qué es lo que escuchamos una y otra vez? La gente se nos acerca después de una charla con cara de estar a punto de confesar su secreto más oscuro: algo que esperan que nadie descubra nunca. Y dicen: “Yo sí quiero compartir mi fe. ¡Pero no puedo!”.
“¿Por qué no puedes?”, siempre preguntamos.
“Porque…”, dicen, mirando a su alrededor esperando que nadie les escuche, “no sé lo suficiente. No soy el cristiano perfecto. ¿Y si los ofendo? ¿Y si no puedo responder a sus preguntas? La cuestión es que no puedo compartir mi fe porque... ¡me siento incapaz!”.
“Esto… ¡claro que eres incapaz!”, respondemos nosotros. “¡Todos somos incapaces! ¡Todos dependemos completamente de Dios! ¿Y no es liberador ser conscientes de ello? ¡Nuestra dependencia de Dios no es algo de lo que avergonzarse!”.
Esos comentarios revelan que no hemos acabado de comprender la forma en que Dios nos creó. Dicho de otro modo, no entendemos lo que significa ser humano. Olvidamos que, como dice aquella antigua canción de niños: “Son (somos) débiles, pero Él es fuerte”.1
Se trata de una idea muy simple y, sin embargo, es precisamente donde tropezamos. A lo largo de la historia, a los seres humanos nos ha costado horrores aceptar que somos criaturas, no el Creador; que somos débiles, sí, pero que él es fuerte. Sin embargo, comprender esta distinción nos hace vivir de forma completamente distinta, pues alivia nuestra ansiedad, nos trae paz y nos ayudará enormemente en nuestro testimonio de Cristo.
¿A dónde vamos para descubrir lo que significa ser humano según Dios? Tenemos que comenzar donde empieza la Biblia: con la historia de la creación.
Génesis 1 y 2 cuentan la maravillosa historia del comienzo de todas las cosas. El Dios soberano creó el universo: “Y dijo Dios: ‘Que exista...’ […] y llegó a existir [...] y Dios consideró que era bueno” (Génesis 1:3, 9). El único momento en que Dios deliberó sobre qué crear y cómo crearlo fue cuando creó a los seres humanos. Por primera vez en la narración Dios usa un modelo. El modelo es el propio Dios: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza” (Génesis 1:26). Dios hizo a los seres humanos de tal forma que reflejaran la naturaleza de Dios para que podamos conocerle, servirle y glorificarle, pero con esta clara distinción: ¡somos criaturas, no el Creador! El hecho de que Dios nos ha creado significa que el fundamento de la existencia humana no está en nosotros mismos, porque el propósito y el significado de nuestras vidas no lo determinamos nosotros, sino que es el que Dios nos ha dado. Ser una criatura humana, creada para depender de Dios y descubrir que el sentido de nuestra vida viene de Dios y es estar con Dios, es “muy bueno”. ¡Eso es lo que Dios dice! (Génesis 1:31). Pero es una de las primeras cosas que Satanás busca destruir.