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Conclusión
ОглавлениеLos conceptos desarrollados en Moisés (así como los de Tótem y tabú) no tienen sustento en la experiencia sensible; aunque no hay prohibición ni represión de representaciones sensibles (como Moisés exige del pueblo judío en su concepción de Dios), aquí faltan directamente referencias sensibles de los hechos aquí tratados.
¿Estamos en el caso de un delirio o de una especulación filosófica?
Veamos lo que dice Kant acerca de los desarrollos de la razón pura (razón que se mueve independientemente de toda intuición sensible)4 :
“[L]as ideas trascendentales [las que corresponden a la razón pura] no son nunca de uso constitutivo [no hacen referencia a la existencia de sus objetos] de suerte que gracias a ellas se den conceptos de ciertos objetos [...] tienen un uso regulativo, e indispensablemente necesario: dirigir el entendimiento hacia cierto fin con vistas al cual las líneas directrices de todas sus reglas convergen hacia un punto que, a pesar de que sea solamente una idea (‘focus imaginarius’), o sea un punto del cual no parten realmente los conceptos del entendimiento, puesto que se halla totalmente fuera de los límites de la experiencia posible, sirven empero para proporcionarles la máxima unidad a la vez que la máxima extensión. Y si bien entonces se produce la ilusión de que esas líneas directrices se excluyeran de un objeto mismo que se hallara fuera del campo del conocimiento empíricamente posible (tal como los objetos se ven detrás de la superficie del espejo), esta ilusión (que al fin y al cabo no puede impedirse que nos engañe) es empero necesaria indispensablemente si, además de los objetos que tenemos a la vista, queremos ver al propio tiempo aquellos que estén muy lejos a nuestras espaldas, es decir, cuando en nuestro caso queremos apuntar el entendimiento más allá de toda experiencia dada (de la parte de toda experiencia posible) y, en consecuencia, también hacia la ampliación mayor posible y más extrema”.