Читать книгу El misterio del amor matrimonial - Ricardo E. Facci - Страница 15
ОглавлениеCultivar lo romántico del amor
“¡Mi amado es para mí, y yo soy para mi amado!”
(Cantar de los cantares 2,16)
Me Hace Falta Una Flor (Pimpinela)
Él: Y ahora qué te falta
que no quieres hablar,
no me puedes mirar,
¿Qué pasó entre los dos
que ha cambiado tu voz?
Tu manera de ser,
eres tan diferente,
eres otra mujer,
que yo siento en tu boca,
tu cuerpo y tu pelo
un muro de hielo,
¿qué te hace falta hoy?
Tienes ropa que lucir, ¿no?
Ella: Si...
Él: Tienes comida en tu mesa, ¿no?
Ella: Si...
Él: Si has vivido en un mundo común y sencillo
Y te he dado un castillo, ¿qué te hace falta hoy?
Ella: Me hace falta una flor, una flor, una flor,
Necesito una flor,
una flor, una flor,
Que me haga sentir
que estoy viva, que vibro,
Que amo y respiro,
que aún existe el amor...
Me hace falta una flor,
una flor, una flor,
Necesito una flor,
una flor, una flor,
Que me haga soñar
y olvidar la rutina
del mundo en que vivo,
que no ha muerto el amor...
Él: Y ahora qué te falta,
fue tan grave mi error
que no tengo perdón,
¿Qué te puedo ofrecer,
qué deseas tener?
¿Quieres que te compre
dos alas, el viento,
tal vez un avión?
Yo te dejo tranquila
y vivo encerrado
en esa oficina,
¿Qué te hace falta hoy?
¿Pasaste hambre o frío?, di...
Ella: No...
Él: ¿He sido infiel yo contigo?, di...
Ella: No...
Él: Si es que a cada segundo, minuto y hora
te llaman “Señora”
¿Qué te hace falta hoy...?
Ella: Me hace falta una flor, una flor, una flor,
Necesito una flor,
una flor, una flor,
Que me haga sentir
que estoy viva, que vibro,
Que amo y respiro,
que aún existe el amor...
Me hace falta una flor,
una flor, una flor,
Necesito una flor,
una flor, una flor,
Que me haga soñar
y olvidar la rutina
del mundo en que vivo,
que no ha muerto el amor...
Tú me das lo que compra
el dinero,
pero jamás tu presencia,
jamás un “Te quiero”...
...Los dos están en la casa, juntos, llevan 63 años de casados. Ella le saca tema, lo reprende porque no toma los remedios. Le prepara la comida que él quiere, o lo sorprende con lo que más le agrada; él, si encuentra una flor, la corta y se la regala...
***
Al amor matrimonial hay que cuidarlo, cultivando las pequeñas cosas, aquellas que generan en el otro, sentimientos muy bellos y profundos. Así habrá garantía de muchos y felices años juntos.
Lo romántico contiene en sí mismo mucho de sentimental, de soñador, pero por sobre todo, de generosidad. Las actitudes que cultivan un amor duradero exigen generosidad, porque tienen la condición de concentrarse en el otro, de pensar en el amado.
La canción que he elegido tiene mucho para meditar. Evidentemente que la esposa está mal, manifiesta claramente la frialdad de su esposo. Frialdad que tiene una causa. Con seguridad que ella no está haciendo demasiado para que no sea así, pero mucho tiene que ver la desatención de él. Aparentemente la esposa reclama poco: una flor. Pero detrás de la flor hay un pedido inmenso. Le pide a él que sea más generoso, que piense en ella, que la haga sentir que vive, que vibra, que sueña, que le dé seguridad que la ama. No quiere tanto lo que se consigue con el dinero, sino le reclama presencia, una palabra de amor, un “te quiero”.
¡Esposos despierten! No se duerman en el amor, no crean que ya está todo conquistado, deben saber que hay mucho por hacer. A raíz del tema de la canción se debe conocer que el trabajo, el negocio, la empresa, es sumamente importante para el esposo. Hay quienes dicen que perder el trabajo o alcanzar la jubilación es un momento tan desestabilizante, que suele ser como perder la esposa. ¡Y sabemos que al varón le es muy difícil vivir sin la mujer! Pero esto, no le justifica hacer que su esposa quede en segundo plano. El esposo debe esforzarse por pensar en ella, por dedicarse a la esposa. Hay que atenderla. ‘La enamoraste y te regaló la vida, debes hacer lo imposible por hacerla feliz’. Lo material también es necesario, pero no suficiente. ¡A jugarse!
¡Ojo, no se agranden las esposas! La canción puede ser diferente, puede escribirse al revés. El esposo puede entrar en una etapa de frialdad, por su propia responsabilidad, pero puede haber, también, responsabilidad de la esposa. El esposo necesita, también, una flor. Una flor que puede ser su comida preferida, esperarlo del trabajo con algo especial, brindarse a él. Hay madres que han matado a la esposa. Los hijos pasaron a ocupar el primer lugar y el esposo el segundo. Se debe saber que los hijos son desvelo para la madre, pero ésta nunca debe desatender al papá de sus hijos. ¡Esposas despierten! El mal siempre anda dando vueltas, hay mujeres que en lugar de conquistar su hombre, andan viendo a quien se lo roban. ‘Lo enamoraste y te obsequió la vida, todo lo que era, ahora sólo debes desvivirte para hacerlo feliz’. El esposo, necesita sentir que su vida y su amor le hacen vibrar, soñar, saber que el amor está vivo, que la felicidad matrimonial es posible.
Él, en la canción, está un poco duro con ella. En la realidad, hay que escucharse, atender las necesidades que tiene el otro. Ambos son necesitados, especialmente del cariño, del ser románticos, de esa generosidad íntima y profunda que cada uno espera del otro. No se olviden, todos vienen de un mundo común y sencillo (el ser solo) y la vida matrimonial les ha dado un castillo (el esposo, la esposa, los hijos), ¿qué más necesitan? ¡Valoren, aprecien, cuiden el castillo! El amor debe ser total, no sólo pasa por los sentimientos, sino que, además, entra en juego la inteligencia y la voluntad.
A veces los sentimientos no estarán en su mejor momento, inteligentemente habrá que encontrar la solución lo antes posible. “Una flor” exige que la inteligencia lo piense, la voluntad lo quiera, ¡y qué hermoso sentimiento se generará! Para que entre en juego la totalidad de la persona, es necesaria la generosidad, porque la inteligencia tiene, naturalmente, muchas cosas de que ocuparse.
Hace poco tiempo se realizó una estadística en la que se concluyó que el romance pesa más que la pasión en los matrimonios. Para qué estadísticas, si ustedes lo muestran en sus vidas. Pienso en Alicia y Oscar, Marta y Francisco, Silvia y Pino, Susana y Hugo, Rosa y Germán, Estela y Víctor, Graciela y Néstor, Silvia y Víctor, Clara y Juan Manuel, son tantos, por favor coloquen aquí sus nombres:
......................................... Y .........................................
Que puedan en cada instante de sus vidas decir: “¡Mi amado es para mí, y yo soy para mi amado!”.
Para dialogar en pareja.
1.- ¿Qué aspectos del cuidado de nuestro amor hemos olvidado? Cada uno exponer sus necesidades.
2.- ¿Qué gesto generoso del otro, recuerdas con más fuerza?
3.- ¿Cómo cultivar y acrecentar el aspecto romántico de nuestro amor?
Para orar juntos.
Señor Jesús,
te agradecemos la oportunidad
que nos has regalado, como esposos,
de construir un castillo juntos,
de poder disfrutar de la maravilla del amor.
Te pedimos, que permanentemente cuidemos nuestro amor;
que conservemos la frescura de la generosidad romántica,
sin perder la capacidad de pensar en el otro,
de sorprenderlo con aquello que más le agrada,
de hacerle sentir que vive, que el amor vibra entre los dos,
que es muy importante.
Ayúdanos, a que nuestro amor
jamás envejezca,
que sea como el vino,
cuanto más añejo, mejor.
Amén.