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Conocer el misterio de una historia de amor

“Le parecieron unos pocos días

por el amor que le tenía”

(Génesis 29,20)

Hay muchas historias de amor. Desde la gran historia de amor de Cristo en la cruz, hasta las tantas que cada uno podría contar: La llegada de un hijo, el acompañamiento a alguien que tuvo una gran necesidad, el haber experimentado la entrega tras una noble causa. En fin, tantas posibles historias de amor. Una de ellas, puede ser mi historia vocacional en el sacerdocio, es una historia de amor. También la historia de amor de las consagradas u otros sacerdotes. Podemos detenernos en las tantas historias de grandes amistades. Cada historia de amor, tiene en su ser más íntimo un misterio que uno anhela conocerlo. Esta vez, profundizaremos en esa historia de amor que implica la vida matrimonial. Ahondaremos en ese gran misterio, en esa maravilla. Cuando se habla de misterio muchos lo relacionan a “misterioso”, aquí lo vincularemos a “maravilla”. A las maravillas se las contempla, se las vive, lo difícil es conocerla, describirla, explicarla.

Cuando uno ve con mirada profunda un matrimonio, surge una pregunta, tal vez, sin respuesta rápida. ¿Por qué Mirta y Carlos se aman? ¿Por qué han perseverado toda la vida en ese amor, al que no le faltó, ni le faltan, dificultades? ¿Por qué Isabel y Ramón, Lucía y Enrique, María José y Juan Diego, Griselda y Miguel, Olga y Pedro, Marta y Nelson, Cathy y Carlos, Ana y Jorge, Esther y Carlos, Fernanda y Wilton, Lilia y Edmundo, Margarita y Eduardo, María Isabel y Enrique, Marta y Alfredo, Silvia y Ariel, Mónica y Néstor, Mary y Antonio? Cada uno puede enumerar los obstáculos, problemas, sinsabores, dificultades, palos en la rueda… que tuvieron, tienen y, con seguridad, tendrán.

Sin embargo, hay un “no sé qué”, que desde afuera no se los podría imaginar a uno sin el otro. Si escuchas a las esposas, generalmente, tienen alguna queja del marido. Si se hacen chistes machistas de mal gusto, se le dice a los esposos que ya se han “ganado el cielo”, “mártires en vida”.En algún enojo, o en un chiste, tal vez alguno especuló con la posibilidad de “devolverlo” o “devolverla”… pero cuando se piensa en serio, nadie quiere quedarse sin el otro. ¿Cuál es el misterio que existe en lo más íntimo de un matrimonio que hace que persevere durante toda la vida? Hoy día cuesta encontrar matrimonios que puedan escribir historias de amor, bodas de plata, de oro… Pero, gracias a Dios, tantos pueden testimoniar sobre el inmenso valor de escribir con sus vidas una historia de amor, cargada de sentido, de misterio.

¿Cuál es el misterio? Podría ser una de tantas otras mujeres, con más presencia, con otro carácter, otros dones, capacidades, sin embargo, es ésta. Podrían ser tantos otros varones, con otra presencia, capacidades, carácter, dones. Es éste. ¿Cuál es el misterio? ¿Qué hay en el corazón de Mary que atrapó a Antonio? ¿Qué en el corazón de Antonio que atrapó a Mary? Algunos podrían decir que es fruto del enamoramiento. Puede ser, pero…

Siempre he escuchado que el enamoramiento produce ceguera y durante ese tiempo suelen decir “estoy locamente enamorado”. Puede ser, pero en esa etapa no se sabe a quién se ama. Aún no se conoce al otro. La etapa posterior, la del amor, se hace con los ojos bien abiertos, mirando cara a cara al otro, eso es amar de verdad, porque se sabe a quién se ama, se ve la evidencia. El enamoramiento es egocéntrico (así debe ser, es lo natural), el otro es para ‘mí’; la etapa del amor, en cambio, uno es para el otro, construye el ‘nosotros’.

En esto consiste el misterio, a pesar de conocerse bastante, se aman. Este es el amor verdadero.

Es interesante ver cómo muchos esposos se quejan de aquello mismo que se enamoraron. Tal vez, se enamoraron por su sociabilidad, más adelante esto genera celos. O por ser muy generoso, después se quejan que despilfarra… El enamoramiento hace que agrade aquello en lo que se coincide, en cambio, amar es aceptar todo aquello que hace a la diferencia. Cuando se aman las diferencias es posible sostener un camino de perseverancia.

No se vive siempre enamorado, es un instante, un momento, un flash. Pero, la capacidad de enamorarse no se pierde. En la vida matrimonial se pueden programar momentos de re-enamoramiento. Es el condimento del amor. Por ejemplo, “vamos a tal lugar a compartir los dos juntos… y así nos volvemos a enamorar”. Se puede volver a enamorar en diferentes etapas de la vida matrimonial.

Pero volvamos a nuestro tema: Cómo se explica el misterio de una historia de amor. Cada uno puede decir con la canción de Andrea Bocelli, “qué frío invierno si te vas un día”, pero cómo explicar el por qué “contigo no hay invierno”. Más pasa el tiempo en la vida matrimonial, más se arraiga este sentimiento. Claro, el misterio pertenece a quienes hacen historia con su amor. Es que quien no hace historia, tampoco sabe lo que es amar.

El misterio no es una “carita”, tampoco pasa por “capacidades”, menos por lo sexual. ¿En qué radica el misterio? Ensayando diría, que hay un “algo”, que trasciende los proyectos humanos, el tiempo, las edades, los atributos personales, muy difícil de expresar en palabras explicativas, yo lo encerraría en cuatro letras: amor. Claro, no explica mucho… y explica todo. Esas cuatro letras se identifican con Dios. Él es Amor. El amor matrimonial se inicia con una vocación que Dios regala. Dios teje las dos vidas en un “nosotros matrimonial”. Dios es el misterio que se hace maravilla humana. No se explica, ni se dibuja… sólo se contempla.

Si se buscan razones meramente humanas, no son consistentes en la proyección del tiempo. El rostro adolescente se hace anciano, el brillo de la piel se hace arruga, la cabellera se hace calvicie o se pinta color blanco, la salud se hace enfermedad, la vida deviene en la muerte. Sin embargo, el amor resalta en todo el proceso de la vida. El misterio de una historia de amor se devela en la historia que Dios va tejiendo con la humanidad.

Si se descubre la trascendencia de la vida del hombre, y se visualiza claramente que lo único que va a permanecer eternamente es el Amor, se ilumina y carga de sentido la vida del hombre y su trascendencia, su destino final. “Cuánto misterio, cuánta alegría… nunca había sentido el perfume infinito de una rosa al rocío”, canta Bocelli en “El misterio del amor”.

Es que ambos, desde el alba hasta el crepúsculo, buscan apasionadamente un mundo nuevo. Un mundo nuevo, que construyen desde su apasionado amor. Aquí el misterio: Dios es amor, amor que enreda la vida de Mirta y Carlos; esta es la maravilla. Contemplémosla en la profundidad del silencio.

Iba conduciendo el automóvil, y escuché en una canción el verso “conocer el misterio de una historia de amor”, pensé qué lindo tema para una cartilla. Saqué de adentro lo que me produjo, pero creo que no dice lo que debería decir… es un misterio. La lista de nombres se hizo larga… tenía la tentación de escribir 14.000 nombres de matrimonios…

Con cariño, a todos los que pueden contar una historia de amor. A todos los que 50 años “le parecieron unos pocos días por el amor que se tenían”.

Para dialogar en pareja.

1.- Sería muy enriquecedor que cada uno pueda identificar el misterio por el que se aman. Compartirlo y contemplarlo juntos. Si no lo descubren, recuerden: es misterio. Contémplenlo desde un abrazo duradero, en silencio, ahí el misterio.

2.- Enumerar cinco hitos importantes de la historia de amor del matrimonio de ustedes.

3.- ¿Cuál pensamiento de esta reflexión les impactó más? ¿Por qué?

Para orar juntos.

Señor Jesús,

toda la Historia de Salvación,

no es otra cosa que una historia de Amor.

Gracias

por hacer de nuestra historia matrimonial

una historia de amor,

que es parte de tu Historia de Amor.

Ayúdanos a continuar tejiendo

con nuestras vidas

esa historia de amor,

que tantos frutos y alegrías contiene,

también, sinsabores y perdones…

Pero, es lo nuestro, es nuestro vibrar juntos,

que jamás queremos se termine,

por eso, nos alegra tanto, saber que el amor

es lo único que perdurará en la eternidad.

Señor, no nos dejes solos,

la trama necesita tres madejas de hilo:

nuestros amores y el Tuyo.

Amén.

El misterio del amor matrimonial

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