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Inmigración y emigración
ОглавлениеSi la migración es un movimiento de un lugar a otro, entonces su significado cambia en función de si se adopta la perspectiva del país que envía o del que recibe. La emigración, por un lado, es el acto de dejar su país de origen para asentarse en otro. Cuando se habla de emigración se considera el asunto desde la perspectiva del territorio de origen de una persona. La inmigración, por otra parte, es el acto de trasladarse desde el lugar de origen a un nuevo sitio y asentarse en él. Al hablar de inmigración se considera el mismo asunto desde la perspectiva del territorio al que se llega. Para los amigos y la familia de una persona en su país de origen, se puede decir que esa persona emigró, y es por lo tanto un emigrante; en cambio, los vecinos que viven cerca de esa persona en su nuevo país pueden referirse a ella como inmigrante. Toda trayectoria migratoria comprende en un primer momento un acto de emigración y uno de inmigración que se producen simultáneamente: una salida de un lugar que resulta en la entrada en otro.
Etimológicamente, estas diferencias son bastantes claras, pero los significados que se les da a cada una de ellas en distintos contextos sociales pueden ser muy diferentes. Por ejemplo, la inmigración tiende a estar estrechamente controlada por el país receptor, por el temor de los efectos que puede tener un flujo de población repentino o grande, o por su interés en establecer una mezcla diversa de residentes. La emigración, por su parte, está hoy en general menos rigurosamente controlada: muchas personas pueden abandonar su país a voluntad, por aire, por vía marítima o terrestre. Sin embargo, existen excepciones, entre las cuales destacan Rusia, China, Cuba y Corea del Norte, que han tenido, o siguen teniendo, regulaciones estrictas y prohibitivas para determinar a qué ciudadanos se les permite abandonar esos países.