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¿Cuáles son los beneficios y las desventajas de las migraciones, y qué desafíos suponen?
ОглавлениеDefinitivamente, existe un conjunto de ventajas de la migración que pueden ser capitalizadas por los países receptores. Algunas tienen que ver con la economía, otras son de orden social y cultural. Por ejemplo, la mano de obra migrante puede cubrir vacantes de trabajo y lagunas existentes en el mercado laboral de ciertas especializaciones profesionales, y colaborar así en el crecimiento económico. La brecha del sistema de pensiones puede repararse por la contribución de nuevos trabajadores jóvenes, que también pagan impuestos, cosa que hace posible mantener una serie de servicios para una sociedad que envejece cuando la población joven local laboralmente activa es insuficiente. Los inmigrantes con frecuencia traen energía e innovación, y pueden enriquecer a sus países anfitriones con su diversidad cultural.
Esto puede tener una influencia positiva en la productividad y eficiencia de los trabajadores locales, en la medida en que los inmigrantes puedan aportar ideas nuevas y una perspectiva fresca a las empresas locales, e incluso ofrecer mayores vínculos culturales con naciones en desarrollo, potencialmente útiles en un contexto de comercio internacional en crecimiento. En los países de origen —que frecuentemente están en vías de desarrollo— las comunidades locales se pueden beneficiar con las remesas, que hoy sobrepasan para muchos países las donaciones de ayuda internacional. Más aún, en la medida en que los migrantes jóvenes envían remesas a sus comunidades de origen, el desempleo en esas comunidades se reduce. Y los migrantes que retornan pueden traer ahorros, destrezas y contactos internacionales[51].
A su vez, también existen desventajas potenciales de la migración para las comunidades. Un argumento frecuente sostiene que los salarios de los trabajadores locales pueden caer tras un aporte de fuerza de trabajo migrante. Sin embargo, cuando esto ocurre, tiende a hacerlo en proporciones muy reducidas, y en general parece ser una consecuencia temporal. Aunque la migración puede tener un impacto negativo en los salarios de algunos trabajadores de los tramos más bajos de la escala salarial, ha habido muy poca evidencia que apoye la idea de que la migración sea el factor impulsor principal, o al menos uno relativamente importante, de la bajada de salarios[52]. Sin embargo, también en ciertos casos, el hecho de que haya trabajadores dispuestos a trabajar por un sueldo menor puede incentivar a los empleadores a ignorar la productividad y a dejar de invertir en formación para sus trabajadores y en innovación. Esto puede llevar a la explotación tanto de los migrantes como de los nacionales. Al mismo tiempo, un aumento de la población puede ejercer presión en los servicios públicos, y el desempleo puede aumentar. Pero también se ha demostrado en muchos casos que la aportación de los migrantes a los impuestos de un país receptor es muy superior a la que reciben en forma de beneficios estatales o municipales[53].
En muchos países en los últimos años se han vivido dificultades de integración y un incremento de las fricciones con la población local; especialmente cuando no se hacen esfuerzos para disipar los mitos sobre la migración sostenidos por los locales. La criminalidad organizada, en la que se incluyen el narcotráfico, el tráfico de armas, la trata de personas y el terrorismo internacional, también pueden aprovechar las condiciones de libre circulación, y esto ha llevado con frecuencia a dirigir sospechas hacia los migrantes, sin hacer distinciones. Estas preocupaciones han determinado que a los grandes movimientos de personas en tiempos recientes se haya asociado un aumento del monitoreo de la seguridad, que ha transformado las condiciones del transporte aéreo y terrestre, las formas de vigilancia social, los espacios públicos e incluso el derecho a la intimidad.
En los países que envían migración, puede haber problemas sociales cuando hay niños que se ven obligados a permanecer en el sitio de origen y crecen sin tener el apoyo de un círculo familiar sólido. La pérdida de trabajadores jóvenes o muy capacitados puede crear desventajas económicas en diversos sectores laborales y de la economía, y también puede sustraer al país los recursos humanos e intelectuales necesarios para hacer frente a sus dificultades económicas, sociales o políticas. Así como puede debilitar sectores profesionales o académicos, la ausencia de los emigrados en las luchas sociales en sus países de origen puede contribuir a prolongar situaciones de injusticia o favorecer la supervivencia de gobiernos corruptos, dictatoriales e incluso de estados fallidos.
En términos generales, es evidente que la inmigración puede ser beneficiosa para los migrantes, pero solo si sus derechos están adecuadamente protegidos, y sus condiciones de inserción son favorables tanto para ellos como para estimular el dinamismo de las sociedades receptoras. La migración puede ser económicamente beneficiosa tanto para los países de origen como para los países receptores. Sin embargo, las estructuras actuales del comercio y las finanzas llevan a que los países en los cuales están establecidos los grandes bancos y otras instituciones financieras globales sean con frecuencia los que más se benefician.