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El colesterol: un problema fundamental

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En el pasado, he afirmado en muchas ocasiones que la reducción del nivel de colesterol a fuerza de fármacos es un paso equivocado. Está claro que el aumento del colesterol es una mala señal. Pero luchar contra los síntomas (el colesterol no es otra cosa que un biomarcador) no tiene ningún sentido. Prohibir las ambulancias para urgencias porque su empleo refleja un mal síntoma sería una estupidez. En vez de tragar los peligrosos reductores de grasa que ofrece la industria farmacéutica, lo mejor sería modificar el estilo de vida, y, en esto, un factor decisivo es la alimentación. ¿Cuántas personas deben sufrir grandes perjuicios y cuántas deben morir hasta que se retiren del mercado los reductores del colesterol como el Clofibrat y el Lipobay? No solo son peligrosos, sino que además nos adentran en una senda equivocada. Se nos sugiere que solo podremos seguir viviendo como antes a fuerza de tomar las sustancias químicas adecuadas.

La vida media de los conocimientos farmacológicos de la medicina convencional es realmente muy baja. Lo que hoy en día ingerimos puede estar mañana prohibido. Si yo prescribiera actualmente lo que se daba por bueno en mi examen de farmacología de hace treinta años, seguro que cometería un delito.

Los actuales reductores del colesterol no solo son provechosos para la industria farmacéutica y su accionariado, sino que también se limitan a «mejorar» los valores en el sentido de una cosmética del sistema que solo tranquiliza a los poco informados; y esto es realmente peligroso porque se está perdiendo un tiempo decisivo para dar los pasos importantes.

El dicho inglés An apple a day keeps the doctor away (algo así como: «Una manzana al día nos mantiene alejados del médico») señala la dirección adecuada, solo que no basta con una manzana, sino que sería necesario realizar un cambio drástico hacia una alimentación vegetal completa y de esa forma podríamos olvidarnos totalmente de las pantomimas que rodean al colesterol. Los médicos la rehúyen, al igual que otras medidas impopulares en la medicina convencional, como son la meditación y el ayuno. Los médicos no son capaces de apreciarlo, en absoluto, ya que les va muy bien tal como están las cosas.

Valores recomendados de colesterol y grasa

Por desgracia, estamos muy mal informados respecto al colesterol y a la grasa como alimento. Las grandes organizaciones médicas recomiendan mantener los valores de colesterol por debajo de los 200 mg/dl. Pero el 35 % de los infartos afectan a personas con niveles de 150 a 200 mg/dl. De acuerdo con The China Study, se considera que se está relativamente seguro con unos niveles por debajo de los 150 mg/dl. Por tanto, los valores que se publicitan por todas partes, y que normalmente se consiguen con ayuda de fármacos reductores del colesterol, resultan ser un paso decisivo hacia un ataque al corazón.

La buena noticia: una alimentación vegana reduce los valores muy por debajo de los 200 mg/dl. Tal y como mostraron los estudios realizados en China, basados en las observaciones de enormes cantidades de participantes, fueron muy raros los casos de personas que, con niveles por debajo de 100, cursaron algún episodio de cáncer. Eso indica lo elevados que son los valores que se consideran tolerables en nuestras latitudes, con el consiguiente riesgo de afecciones cardiovasculares, cáncer o cualquier otra enfermedad «de la civilización».

Algo parecido a lo que sucede con el colesterol se puede aceptar para la grasa de la comida. Mientras que por todas partes los valores recomendados de grasa se sitúan entre el 25 y el 30 %, o incluso más allá, en The China Study solo se admite hasta el 10 %. Está claro que tales valores ideales se consiguen exclusivamente con una alimentación de base vegetal.

El colesterol es un componente muy importante para nuestros nervios, para las hormonas sexuales, la digestión de las grasas, etcétera. Pero resulta que no necesitamos ingerirlo porque el cuerpo lo genera en cantidad suficiente y, por otro lado, resulta dañino tomarlo en exceso, por ejemplo a través de productos animales; pero hacer bajar su nivel a fuerza de química es aún más nocivo.

The China Study puso de manifiesto que un nivel alto de colesterol es un mal síntoma. Esta sustancia era conocida como indicador de problemas cardíacos, pero ahora no solo debe alertarnos acerca de un estilo de vida peligroso, sino también de la práctica de una alimentación incorrecta que incrementa drásticamente el riesgo de cáncer. Y no solo se trata del cáncer, sino de las denominadas enfermedades de la civilización, de las que se harán frecuentes referencias a lo largo de este libro.

Cuando Campbell dice «No es saludable ingerir alimentos cuyo contenido de colesterol sea superior a 0 mg», la frase puede sonar provocativa, pero no le coloca al mismo nivel de partidarios de rebajar el colesterol a fuerza de productos químicos. El colesterol se puede reducir de una manera natural con una alimentación adecuada, así como con la correspondiente actitud vital o un cambio en ella.

Resumen:

La carne, el pescado, la leche, los huevos y la grasa hacen que el colesterol aumente y que se incremente en consecuencia el peligro de sufrir las denominadas enfermedades de la civilización. El consumo de proteína vegetal es el medio más efectivo para reducir eficientemente el nivel del colesterol. La alimentación vegetal es el camino más saludable hacia una reducción natural del colesterol y un mantenimiento de su nivel, para así disfrutar de una vida mejor y más dilatada.

Alimentación vegana

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