Читать книгу El viaje más grande del mundo - Saúl Sánchez Pedrero - Страница 8

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Prólogo

Mi nombre es Amadou Koulibaly, aunque mucha gente me conoce como Mellado, un apodo que me puso mi gran amigo Seidy, al que considero como mi propio hermano. Tengo veintidós años, o al menos eso creo, ya que no hay ninguna partida de nacimiento que registre esa edad. Es un cálculo que hacían en mi familia, y en el que el modo de verificarlo entre mi madre y mi abuela era el número de cosechas propicias. En cualquier caso, aquí en España, mi fecha de nacimiento es el 1 de enero de 1995. El 1 de enero es la fecha de nacimiento de casi todos los africanos que conozco y que, como dije anteriormente, al no existir muchos registros es la que nos da el gobierno de España, en especial a los que como yo hemos solicitado asilo político.

Actualmente trabajo en una frutería de un barrio de Tetuán. He tenido suerte, mucha suerte, sobre todo si me comparo con los miles de compatriotas que han muerto en la guerra civil que asola a mi país desde hace un tiempo; pero también si me comparo con todos los amigos que perdí durante mi viaje a Europa. Un viaje que ha marcado mi vida hasta unos límites que ni yo mismo soy capaz de ver con claridad.

Esta que os voy a contar es mi historia, pero hay cientos e incluso miles de historias similares a la mía y que se quedan en muchas ocasiones en algún lugar del mar Mediterráneo, o clavados en las vallas de Ceuta y Melilla, sin hablar de todos los que perecen en los desiertos de Mauritania o Malí, y de los que son asesinados por la policía de Marruecos o por las mafias de personas.

Como me dijo un compatriota cuando logramos llegar al Centro de Internamiento de Extranjeros de Aluche en Madrid: «somos espermatozoides», los más rápidos de nuestra promoción y los que hemos logrado llegar al útero de Europa, sin habernos quedado por el camino como los miles de espermatozoides que no consiguieron su objetivo. Yo lo he logrado, y eso que nunca estuvo entre mis sueños de niñez viajar a España, pero que una serie de acontecimientos provocaron que no me quedase más remedio. Y es así cómo, cinco años después de emprender mi salida desde Sané, mi pueblo natal, puedo estar contándoos esto. No sé bien por qué lo estoy haciendo. Quizá se lo deba a mucha gente que no puede, no sabe o no quiere expresarse, pero sobre todo lo hago por los que ya no podrán hacerlo. Por los que engordan las estadísticas de uno de los grandes genocidios olvidados. Por todos ellos y por mí os voy a contar todo lo sucedido hasta hoy. «¿Ya os dije que mi nombre es Amadou Koulibaly?».

El viaje más grande del mundo

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