Читать книгу La túnica inconsutil - Santiago Arellano Hernández - Страница 15

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II

La voz y la palabra

Dejaste todo y fuiste con tu Hijo.

Siempre en penumbra y siempre a su lado

cumplió la edad, y le llegó su hora.

En Nazaret, dejó casa y trabajo,

sin volver añorantes la cabeza

ni mirar con nostalgia su pasado.

El Padre le encargó anunciar el reino

por caminos, ciudades y poblados.

En el Jordán bajó la voz del cielo

como trueno venido de lo alto

al escucharlo Juan bendijo a Cristo

y se humilló al besar sus pies calzados

indigno de soltarle las sandalias

mientras oímos: «es mi Hijo amado».

El grupo de elegidos fue creciendo

al calor de su pecho confirmados.

Tú le seguiste porque en uno estabais

desde la Galilea hasta el Calvario.

La Buena Nueva despertó a las gentes

de ensueño tantos siglos esperados:

los sordos oyen, los lisiados andan

la lepra huye de cuerpos desastrados

tiemblan despavoridos los demonios

al oír del perdón de los pecados,

se iluminan las sombras y tinieblas

por este Sol que baja de lo alto

túnica y turbante y manto de profeta

nunca en afectación engalanado.

No te vestí con pieles de camello.

Cetro fue tu cayado, gallardo el manto.

Con la ropa talar de los humildes,

un buen pastor y nunca un mercenario.

Nunca los valles oyeron voz tan bella

ni atónitos quedaron los collados:

es de los pobres el reino y la riqueza,

no son los ricos los bienaventurados

los limpios de corazón verán la gloria

los que ahora lloran serán los consolados

la mansedumbre heredará la tierra

y la pondrá al servicio del hermano.

Los justos hallarán su recompensa:

los que aman la justicia: serán hartos.

Benditos son los misericordiosos

la paz arrullará en sus descansos

los perseguidos serán los escogidos.

Hijos de Dios serán siempre llamados.

No temáis los insultos por mi causa

que el reino del amor ha comenzado

los hambrientos se saciarán de bienes

de desazón los ricos hastiados.

Es la Fuerza que libra del temor.

Por los santos profetas anunciado

vuelve la humanidad a la esperanza

a la paz de unos cielos recobrados.

Voz del Maestro que enseña en Galilea.

La buena nueva del amor sagrado

revela a un Padre que añora nuestra ausencia.

Y el retorno del hijo extraviado.

Es la Palabra que cumple la promesa.

Un Profeta en tiempos anunciado.

La Historia del Señor entra en el mundo

la plenitud del tiempo ha comenzado.

María sigue al Hijo, siempre oculta,

siempre atenta a todos sus cuidados,

busca cobijo, dispone el alimento,

se encarga del vestir y del descanso

acompaña a su Hijo y hace posible

que el Evangelio extienda su legado

solo el amor tiene por recompensa

y dar amor al Hijo en amor dado

calladamente en su humildad sublime

sirve al Señor y sirve a su Reinado

«Padre nuestro» recita conmovida,

el Shemá que Jesús les ha enseñado

La túnica inconsutil

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