Читать книгу La túnica inconsutil - Santiago Arellano Hernández - Страница 15
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La voz y la palabra
Dejaste todo y fuiste con tu Hijo.
Siempre en penumbra y siempre a su lado
cumplió la edad, y le llegó su hora.
En Nazaret, dejó casa y trabajo,
sin volver añorantes la cabeza
ni mirar con nostalgia su pasado.
El Padre le encargó anunciar el reino
por caminos, ciudades y poblados.
En el Jordán bajó la voz del cielo
como trueno venido de lo alto
al escucharlo Juan bendijo a Cristo
y se humilló al besar sus pies calzados
indigno de soltarle las sandalias
mientras oímos: «es mi Hijo amado».
El grupo de elegidos fue creciendo
al calor de su pecho confirmados.
Tú le seguiste porque en uno estabais
desde la Galilea hasta el Calvario.
La Buena Nueva despertó a las gentes
de ensueño tantos siglos esperados:
los sordos oyen, los lisiados andan
la lepra huye de cuerpos desastrados
tiemblan despavoridos los demonios
al oír del perdón de los pecados,
se iluminan las sombras y tinieblas
por este Sol que baja de lo alto
túnica y turbante y manto de profeta
nunca en afectación engalanado.
No te vestí con pieles de camello.
Cetro fue tu cayado, gallardo el manto.
Con la ropa talar de los humildes,
un buen pastor y nunca un mercenario.
Nunca los valles oyeron voz tan bella
ni atónitos quedaron los collados:
es de los pobres el reino y la riqueza,
no son los ricos los bienaventurados
los limpios de corazón verán la gloria
los que ahora lloran serán los consolados
la mansedumbre heredará la tierra
y la pondrá al servicio del hermano.
Los justos hallarán su recompensa:
los que aman la justicia: serán hartos.
Benditos son los misericordiosos
la paz arrullará en sus descansos
los perseguidos serán los escogidos.
Hijos de Dios serán siempre llamados.
No temáis los insultos por mi causa
que el reino del amor ha comenzado
los hambrientos se saciarán de bienes
de desazón los ricos hastiados.
Es la Fuerza que libra del temor.
Por los santos profetas anunciado
vuelve la humanidad a la esperanza
a la paz de unos cielos recobrados.
Voz del Maestro que enseña en Galilea.
La buena nueva del amor sagrado
revela a un Padre que añora nuestra ausencia.
Y el retorno del hijo extraviado.
Es la Palabra que cumple la promesa.
Un Profeta en tiempos anunciado.
La Historia del Señor entra en el mundo
la plenitud del tiempo ha comenzado.
María sigue al Hijo, siempre oculta,
siempre atenta a todos sus cuidados,
busca cobijo, dispone el alimento,
se encarga del vestir y del descanso
acompaña a su Hijo y hace posible
que el Evangelio extienda su legado
solo el amor tiene por recompensa
y dar amor al Hijo en amor dado
calladamente en su humildad sublime
sirve al Señor y sirve a su Reinado
«Padre nuestro» recita conmovida,
el Shemá que Jesús les ha enseñado