Читать книгу La túnica inconsutil - Santiago Arellano Hernández - Страница 20

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III

Gracias Madre

Misterio de la Cruz, cruenta escena

que todo un Dios exhibe en su figura

desgarrada, sangrante, sin ventura,

clamando al Padre-Dios con voz que atruena.

¡Cómo librarte, oh Dios, de tu condena!

¡Si impido dar remedio a mi amargura!

¡Cómo frustrar el paso a tu locura

si mi culpa la limpias con tu pena!

No es en la cruz donde entendí el sentido.

En los frutos tu sin razón se aprecia,

al ver, por el martirio que has sufrido,

que, lo que el mundo con desdén desprecia;

al flujo de tu pecho vulnerado,

llega al cielo el hombre extraviado.

La túnica inconsutil

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