Читать книгу Abogados: Gestión y Servicio - Óscar Fernández León - Страница 8
1.2. NUESTRO TRABAJO CONDICIONA NUESTRO PERFIL PROFESIONAL
ОглавлениеAl hilo de lo anterior, en un artículo publicado en la revista digital, legal today, José ENEBRAL FERNÁNDEZ3), cita el trabajo de Seligman titulado «Authentic Happines», destacando diversas variables que concurren en la actividad de los abogados:
- Los abogados han de ser pesimistas, y ésta es su actitud más prudente; deben anticipar toda suerte de argucias e incidencias negativas posibles en sus casos.
- Son dependientes de normas y procedimientos, disponen de muy estrechos márgenes de decisión en su ejercicio.
- También por la mecánica funcional, los abogados podrían estar perdiendo información que aportaría significado, luz y certidumbres.
- Se ven rodeados de conflictos y tensión, y en mucha menor medida de emociones positivas que, si se dan, duran poco.
- Una importante parte de su actividad se produce (típicamente aislados) consultando información y preparando escritos ajustados a formatos establecidos.
- Soportan una excesiva dilación en la resolución de sus casos, y han de dedicarse a varios asuntos concurrentes, normalmente diversos y complejos.
- Pertenecen a un mundo sometido a la dinámica victoria-derrota, lo que conlleva una sensible erosión emocional.
- Actúan en el marco singular de dignidades y jerarquías de la Justicia, sometidos por tanto al criterio aplicativo de los jueces.
Conforme a dichas variables, no puede sorprendernos el resultado que arrojan algunos estudios realizados sobre el sector de la abogacía. Javier HERNÁNDEZ. Decano en funciones del colegio de Zaragoza y coordinador del reciente informe del CGAE4) «La Abogacía Española en Datos y Cifras», explica que hay un «número elevado de bajas no vegetativas en los colegios, y la mayoría se produce en los cinco primeros años de ejercicio». Las razones pueden estar en la alta competitividad, la ausencia de formación y los horarios extenuantes de este sector. El Consejo General de la Abogacía Española constata en dicho informe que una «buena parte» de las 6.000 personas que se inscriben cada año en los colegios acaba abandonando la profesión. Concretamente, alrededor de 3.000 personas se borran de los colegios cada año, la mitad de los que se apuntan. Diversas fuentes afirman, de forma orientativa, que cerca de un 20% de las bajas son vegetativas –fallecimiento o jubilación–. Por lo tanto, el resto, alrededor de un 80%, son abandonos no forzados. Esto supone que, al final, el 40% de los que empiezan a ejercer dejan la abogacía.