Читать книгу Las Habilidades del Abogado - Óscar Fernández León - Страница 8

Оглавление

2

Entusiasmo

SUMARIO: I. CONCEPTO. II. CARACTERÍSTICAS. III. ¿ES IMPORTANTE EL ENTUSIASMO PARA EL ABOGADO? IV. EL ABOGADO CON ENTUSIASMO. V. EL ABOGADO CON POCO ENTUSIASMO. VI. EJEMPLOS PRÁCTICOS. VII. ¿CÓMO SE ADQUIERE O MEJORA? VIII. ANÉCDOTA. IX. PREGUNTAS PARA EL DEBATE. X. LECTURAS RECOMENDADAS. XI. SABIDURÍA POPULAR.

I. CONCEPTO

Según el diccionario de la RAE el entusiasmo es una exaltación y fogosidad del ánimo, excitado por algo que lo admire o cautive (primera acepción), o la adhesión fervorosa que mueve a favorecer una causa o empeño (segunda acepción). Ambas acepciones nos sirven para conceptualizar esta virtud, cuya etimología deriva del griego enzeos (endiosado) o inspirado por los dioses.

El entusiasmo es, por tanto, un estado de ánimo positivo y favorable para la persona que lo vive y está íntimamente relacionado con una motivación interior asociada a la existencia de un proyecto de vida, personal o profesional, constituido por una serie de objetivos (sueños o ideales) que nos darán la energía positiva y fuerza para disfrutar nuestras acciones diarias (por muy cotidianas que estas sean).

Como señala Alberoni, el entusiasmo es energía, empuje y fe; es una fuerza de tracción que tiende hacia lo que está en lo alto, hacia lo que tiene valor. Una potencia que impele a ir más allá de sí mismo.

El entusiasmo, como valor, no debe confundirse con la alegría desbordante que podemos sentir durante un momento especial, ya que el entusiasmo no es algo fugaz o exuberante, sino una actitud de confianza, seguridad y optimismo constante sean cuales sean las dificultades que encontremos en el camino.

II. CARACTERÍSTICAS

Entre las características del entusiasmo podemos destacar las siguientes:

• Requiere de unos objetivos vitales y profesionales claramente establecidos.

• Surge de la motivación que nace del deseo de alcanzar nuestros objetivos.

• Permite afrontar los problemas con serenidad y confianza en nuestras capacidades.

• Nos orienta a mantener una actitud positiva (“entusiasta”).

• Ayuda a que las experiencias más difíciles se lleven a cabo con confianza en la superación.

• Dota a la persona de una energía constante centrada en la consecución de sus objetivos.

III. ¿ES IMPORTANTE EL ENTUSIASMO PARA EL ABOGADO?

El abogado está constantemente alcanzando objetivos de notable importancia para él mismo y para sus clientes, objetivos que van forjando su futuro profesional. El logro de dichos objetivos es, por lo general, un camino repleto de trabajo, esfuerzo y dificultades, y a veces sin recompensa. Si el abogado es capaz de vivir ese trayecto con entusiasmo, es decir, con la confianza, seguridad y energía necesaria para continuar disfrutando del viaje, su vida profesional será muy satisfactoria.

Este entusiasmo estará íntimamente vinculado a la vocación, entendida como la llamada o voz interior que sentimos y nos impulsa hacia una profesión, al ejercicio de una actividad determinada, o una misión personal. Por lo tanto, estamos hablando de una inclinación o preferencia hacia el ejercicio de la abogacía, un querer, un ideal, algo que nos exige una determinada exclusividad hacia algo.

Al derivar de nuestro interior, la vocación, como el entusiasmo que lleva aparejado, logra aunar la fuerza de la elección, materializada en el deseo de hacer algo muy concreto con la realización de un fin o propósito con el que presumiblemente nos sentiremos felices y no dudaremos en llevarlo a cabo con entrega, esfuerzo y pasión. El entusiasmo conlleva ineludiblemente el disfrute de lo que se hace.

IV. EL ABOGADO CON ENTUSIASMO

Un abogado entusiasta es un abogado enamorado de su profesión. Por ello, tendrá claros sus objetivos generales y particulares, y los llevará a cabo con energía y decisión, no lamentándose por los errores o dificultades que inevitablemente surgirán, superándolos rápidamente (a pesar de los ineludibles “bajones” puntuales). Su compromiso y responsabilidad se contagiarán a colegas y otros compañeros de trabajo, transmitiendo seguridad y confianza constante.

En definitiva, un abogado entusiasta estará entregado a su profesión y hará todo lo posible por disfrutarla, albergando un optimismo constante que le ayudará a superar todas las dificultades.

V. EL ABOGADO CON POCO ENTUSIASMO

¿Qué decir del abogado sin entusiasmo? Los abogados estamos sometidos a un desgaste personal y profesional permanente, que va a requerir ineludiblemente de nuestro entusiasmo o, lo que es lo mismo, de nuestra entrega total y absoluta, amando lo que estamos haciendo. Como señala Abelardo Torré: “(...), aquellos que desempeñen una labor por la que no sientan atracción alguna, llevarán siempre consigo un sedimento de amargura y, más aún, de derrota, al par que no reportarán a la sociedad, la utilidad que hubieran producido en otra actividad que armonice con su vocación”.

Por lo tanto, un abogado sin entusiasmo tendrá el título de abogado, pero difícilmente podrá considerarse como tal.

VI. EJEMPLOS PRÁCTICOS

El entusiasmo se manifiesta tanto en soledad como en nuestras interacciones profesionales. Aislados, nos ayudará a comprender y a entender las dificultades de nuestra actividad y a reforzarnos con un estado de ánimo positivo para seguir adelante con optimismo; es precisamente en aquellos momentos de tristeza (una sentencia desfavorable y sus terribles consecuencias para nuestro representado, un cliente ingrato, la actitud desabrida de un colega o un juez, etc.) cuando el entusiasmo debe surgir y posicionarnos con la energía suficiente para seguir adelante. En nuestras interacciones con terceros, nuestra actitud y conducta debe transmitir y contagiar energía adaptada a cada situación: a la hora de transmitir confianza a un cliente, sabiendo dialogar asertivamente con un compañero, mostrando seguridad y solvencia ante un juez. De lo que se trata es de transmitir esa energía que genera el entusiasmo.

VII. ¿CÓMO SE ADQUIERE O MEJORA?

Hemos de partir de la base de que el entusiasmo surge del interior, se activa desde dentro, pues nace de un sentimiento de amor hacia lo que se hace y de los objetivos que nos va a proporcionar dicha actividad. Por ello, es fundamental:

• Conocerse y, por lo tanto, escucharse y estar seguro de lo que deseamos.

• Conocer nuestras limitaciones y saber gestionarlas en momentos de dificultad.

• Disponer de unos objetivos claros y precisos, un proyecto de vida personal y profesional.

• Buscar constantemente el dominio y control de nosotros mismos, para lo que será clave fortalecer nuestra paciencia, prudencia y calma.

• Ser positivos, optimistas, y tratar de no caer en el desánimo demasiado tiempo. Hay que recuperarse con celeridad.

• Saber priorizar y abordar los problemas de forma organizada.

• Practicar meditación, mindfulness o mediante el ejercicio de visualizaciones se podrá avanzar notablemente en mantener el entusiasmo.

VIII. ANÉCDOTA1

“Se estaba construyendo la catedral de Chartres. Los obreros trabajaban afanosamente en las tareas de la costosa y lenta edificación. Un buen día pasó por allí un viandante que se detuvo para observar las obras. El día era en extremo caluroso y, bajo aquel sol de justicia, los obreros trabajaban sudorosos y extenuados. El viandante se dirigió a uno de los trabajadores que, maldiciente y con el rostro contraído por el esfuerzo y la acritud, levantaba una piedra enorme.

– ¿Qué está haciendo, buen hombre?, preguntó el viajero.

– Ya lo ve, levantando esta enorme piedra. Con este sol abrasador el trabajo resulta insoportable. Esto no hay quien lo aguante. Un día tras otro. Un mes tras otro. Un año tras otro. Unos días, como éste, con calor, otros con lluvia, muchos con frío. Maldito el día en que me contrataron para este trabajo.

El viandante camina unos pasos y se dirige a otro trabajador que, después de golpear una enorme piedra con el pico, está levantando con gran esfuerzo para colocarla sobre otra.

– ¿Qué hace usted, buen hombre?, pregunta al esforzado trabajador.

Molesto por la mirada del visitante y malhumorado por el terrible esfuerzo que acaba de realizar, contesta mientras se seca el sudor.

– ¿Es que no lo ve? Estoy levantando este interminable muro que, si Dios no lo remedia, acabará conmigo.

El viandante avanza un poco más y se encuentra a un tercer trabajador que está realizando una tarea similar a la de los dos anteriores. Está levantando una enorme piedra para colocarla en el lugar adecuado.

– ¿Qué está haciendo usted, buen hombre?, pregunta por tercera vez el viandante.

El trabajador, sonriente y orgulloso, contesta de manera entusiasta

– Estoy construyendo una catedral”.

IX. PREGUNTAS PARA EL DEBATE

– ¿Sientes entusiasmo por lo que haces?

– ¿Qué podrías hacer para sentirte más entusiasmado por lo que haces?

– ¿Quién de tu círculo cercano se caracteriza por disponer de entusiasmo?

X. LECTURAS RECOMENDADAS

Valores Humanos. Tercer Volumen. Tierno, B. (1994). Taller de editores.

XI. SABIDURÍA POPULAR

“Si un hombre se imagina que no es capaz de esto o de aquello, seguirá indeciso o incapaz de realizarlo”. Spinoza.

“El entusiasmo es el signo más distintivo de los hombres felices”. Bertrand Russell.

“Si tienes entusiasmo, puedes hacerlo todo.

El entusiasmo es la levadura que hace

crecer nuestras esperanzas

hasta alcanzar las estrellas.

El entusiasmo es el brillo de nuestros ojos,

la vivacidad de nuestro andar,

la fuerza de nuestras manos,

el ímpetu irresistible de nuestra voluntad

y de nuestra energía,

que nos lleva a realizar nuestras ideas.

Los entusiastas son los triunfadores,

ellos tienen la fortaleza,

ellos tienen tenacidad.

El entusiasmo es la base de todo progreso.

Con él se consigue crear.

¡Sin él, todo son excusas!”.

Henry Ford.

1. Anécdota referida o extraída de la siguiente fuente: https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2010/12/04/construir-una-catedral/.

Las Habilidades del Abogado

Подняться наверх