Читать книгу La cúspide del aire - Sergio Milán-Jerez - Страница 6
ОглавлениеPRÓLOGO
La detención de Óliver Segarra provocó un cisma de dimensiones estratosféricas en gran parte de la sociedad española. Mucha gente no entendía por qué un hombre de su posición había sido capaz de matar a John Everton a sangre fría; otras personas, directamente, no se lo creían y culpaban a los Mossos d’Esquadra de utilizar a Óliver Segarra como cabeza de turco, por su incompetencia para encontrar al verdadero asesino.
Durante los siguientes días, algunos periodistas ―desde sus respectivas columnas de opinión y también sentados a la mesa de programas de televisión de máxima audiencia― alimentaban con teorías conspirativas todo lo que rodeaba al asesinato del empresario John Everton.
El Grupo de Homicidios de la Región Policial Metropolitana Sur tuvo que mantener la calma, sobre todo el sargento Aitor Ruiz, que, sin comerlo ni beberlo, le habían hecho un hueco a la hora del telediario. Su popularidad había crecido con la investigación del triple crimen de Everton Quality, algo que no le hizo mucha gracia, pero que tuvo que aprender a lidiar sobre la marcha; aunque, sinceramente, eso no era lo que más le importaba.
Muy pronto se vería las caras con Óliver Segarra y estaba deseoso de que llegara ese día.
Ahora bien, teniendo en cuenta que la popularidad podría convertirse en una bendición para unos, pero también en una maldición para otros, Aitor Ruiz tendría que vigilar cada paso que diese. Un grupo de hombres empezaba a hacerse eco de sus éxitos policiales y no estaban dispuestos a renunciar a ciertas cosas.
Comenzaba así una dura oposición de consecuencias inimaginables, y no habría nada ni nadie que pudiese evitarlo.