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4. El género apologético: los escritos «A los gentiles» y el «Apologético »
ОглавлениеEl género apologético surge como defensa ante las persecuciones. Los más antiguos escritos de este carácter están redactados en lengua griega y corresponden a la época de Adriano. Son el llamado Discurso a Diogneto y la Apología de Aristides ; ambos tienen en común el presentar, fundamentalmente, una exposición de la doctrina cristiana y sólo secundariamente la refutación de las creencias paganas. Pero el mayor apologista griego del siglo II fue San Justino: un filósofo converso, que murió martirizado en torno al a. 163.
Escribió Justino dos apologías de desigual extensión. En ellas quedan ya claramente definidos los objetivos del género: reivindicar la integración de los cristianos en la sociedad en la que viven, poner de manifiesto la injusticia de las persecuciones, y exponer la realidad de la doctrina y también de la vida cristiana. Aparecen ya en Justino, principalmente en la primera parte de la Apología Primera , bastantes tópicos que serán tratados después por Tertuliano. El apologista defiende los derechos de la verdad y ello exige ante todo que no se condene simplemente un nombre (ésta será la cuestión previa en el Apologético de Tertuliano). Aparte de una serie de cuestiones de detalle, que hemos procurado señalar en las notas al texto, hay muchos puntos de coincidencia tanto en la manifestación de las acusaciones hechas a los cristianos –no ofrecen a los dioses víctimas ni coronas– como en la presentación de los cristianos como buenos súbditos que pagan los impuestos, cooperan a un ambiente pacífico, etc. También aparecen en Justino, aunque aisladamente, contra-acusaciones, un procedimiento que Tertuliano empleará en el Apologético de manera sistemática.
Tertuliano transforma lo que podría haber sido sólo una defensa en vigoroso ataque, «un hombre de combate» lo ha llamado el gran especialista Richard Braun 33 . La secuencia de los ataques a los perseguidores no se limita al A los gentiles y al Apologético ; prosigue y culmina con la «carta» dirigida al procónsul Escápula que había reabierto la persecución en el a. 212, un año famoso por la extensión de la ciudadanía decretada por Caracala; actitud abierta que contrasta con la acritud de la persecución a los cristianos en África, reiniciada en este año por el citado gobernador de la Proconsular.
Se ha planteado en alguna ocasión el interrogante de si Tertuliano quiso escribir una o dos obras de apologética: está claro que quiso escribir dos, puesto que las escribió. Pero éste no sería el plan inicial. A mi modo de ver, la pregunta podría formularse de otro modo: ¿qué nexo existe entre el A los gentiles y el Apologético? Da la impresión de que después de escribir el primero vio que había otro enfoque preferible: redacta entonces el Apologético , aprovechando material, pero con un plan mejor previsto y con una concepción de la obra estructurada como discurso judicial (vid . más adelante, «Estructura del Apologético »). En un principio hay prácticamente dos versiones de las mismas ideas, pero poco a poco Tertuliano va apartándose de la primera redacción, mejorándola, y abandona por completo el plan del libro II A los gentiles , compuesto sobre el esquema de la «teología tripartita» de origen varroniano. Las coincidencias, más o menos exactas, entre ambas obras quedan reflejadas en el siguiente cuadro comparativo de pasajes paralelos:
Como se ve, son mucho más numerosas las coincidencias temáticas del Apologético con el libro I A los gentiles que con el II. Tertuliano reelabora unas veces, otras condensa, o amplía; los pasajes del libro II , más escasos, están sin embargo más literalmente conservados en su mayoría.
El primer capítulo del Apologético coincide a partir del párrafo 6 con el inicio del A los gentiles , lo que parece indicar que tienen razón quienes piensan que en el texto conservado del A los gentiles , con comienzo ex abrupto , falta el principio. En definitiva, el examen de estas coincidencias y discordancias hace pensar que la redacción del Apologético fue en los primeros capítulos una reelaboración y luego ya una obra con estructura nueva. En la nueva redacción Tertuliano ha introducido golpes de efecto como el famoso Christianos ad leonem. Tantos ad unum? (Apol . 40, 2) frente al desvaído «culpa de los cristianos» o bien «cristianos a la muerte» (G I 9, 3). En cuanto al orden de las ideas, se conserva el del libro I , con algunas excepciones; en cambio, los pasajes tomados del libro II están esparcidos en el Apologético aquí y allá. La redacción del Apologético es en líneas generales nueva a partir del capítulo 17, aunque con algunas excepciones que afectan a pocos capítulos. El hecho de que un mismo pasaje se repita tres veces, y uno de ellos sea el llamado fragmento fuldense del Apologético , permite suponer que esta versión es anterior a la Vulgata y fue posteriormente desechada.