Читать книгу La forma emergente - Umberto Roncoroni - Страница 10

Hipótesis

Оглавление

El enfoque que propongo para abordar este campo difuminado y en continua evolución, y la sustentación de los objetivos arriba presentados, se apoyan conceptualmente sobre algunas hipótesis de trabajo que, para mayor claridad, es oportuno exponer en sus lineamientos generales.

1. La computadora es una entidad poco conocida. En la práctica artística y educativa, las discusiones acerca de la computadora reflejan generalmente un malentendido acerca de su naturaleza específica. Por ejemplo, un primer signo de esta confusión consiste en hablar de la computadora como una máquina, identificándola implícitamente con su hardware, como si fuera un carro que se identifica solamente por la velocidad o el color de la carrocería. En realidad, la verdadera identidad de la computadora se debería buscar en los algoritmos, en el software, en las interfaces y en las configuraciones de estos elementos que crean en cada computadora un entorno con características intrínsecamente únicas. Estas contradicciones terminológicas reflejan un problema real: en la mayoría de los casos la naturaleza de las computadoras no es percibida por lo que realmente es, compleja, esencialmente cultural y lingüística. Desde luego, trataremos a las computadoras no como máquinas, sino como sistemas inteligentes, con toda la problemática que este concepto desencadena sobre todo en actividades con alto grado de complejidad intelectual y emocional, como son evidentemente la creación artística y la educación.

2. La segunda hipótesis que se propone para la discusión se manifiesta porque suponemos que la computadora es esencialmente un sistema cultural e histórico, es decir, que es lo que es no tanto por razones técnicas, sino por efecto de un pensamiento tecnológico y estético, producto de una precisa dinámica cultural y social, por tanto difícil de definirse. La computadora, que nace en la economía industrial de la posguerra, opera, sin embargo, en un entorno posmoderno, en pocas palabras, en una cultura del nihilismo, del relativismo epistemológico y de la estética del fragmento y del reciclaje. Y mirando el pensamiento posmoderno, se nota que este es, en buena medida, retroalimentado por la misma tecnología digital, las computadoras y las redes. Sin embargo, postulamos aquí que esta relación es intrínsecamente contradictoria, donde las razones se encuentran en la estética y en las arquitecturas de las herramientas digitales.

3. El rol del arte en el contexto sociocultural contemporáneo es una cuestión que los pensadores modernos y posmodernos han analizado desde diferentes perspectivas, incluso la tecnológica. En este sentido, será indicativo comparar la crítica del arte desde Adorno hasta las interpretaciones deconstructivas del postestructuralismo, con las visiones más optimistas y abiertas de Heidegger, Gadamer y Vattimo. Para estos pensadores, como mostraré más adelante, el arte es una forma de conocimiento, diferente de las ciencias exactas, pero con igual peso epistemológico. Personalmente me quedo con la hipótesis optimista: este trabajo quiere colocarse, aunque sea solo como intención, fuera de toda tentación deconstructiva. Entonces, si se acepta este desafío, se concuerda en que el arte no puede expresarse concretamente en un sistema debilitado por un nihilismo de fachada y condicionado por la industria cultural. Los fundamentos estéticos de este contexto, que se define como el horizonte de la muerte o del ocaso del arte, son concebidos por algunos filósofos como herencia de la estética kantiana y neokantiana del genio y del arte por el arte. Ampliando esta hipótesis, trato de enfocar las aporías de la estética del genio no solamente en cuanto estética vigente, sino porque está también implícita en los mecanismos de la tecnología digital. Por estas razones, me parece, el arte tiene grandes dificultades al enfrentar los retos planteados por la tecnología digital, retos que implican un cambio aún mayor del que causaron los descubrimientos de la fotografía, el cinematógrafo y la televisión.

4. La ineficiencia hermenéutica de la interacción. Hablar de las computadoras como sistema cultural y como parte de una red significa resaltar el papel de la interacción como el más importante que se desarrolla tanto en el interior de las computadoras como en el entorno de estas: las relaciones entre los programas, entre estos y los usuarios, y entre los mismos usuarios. La interacción será analizada como el elemento crítico y problemático de la tecnología digital, porque este concepto está afectado por una excesiva ambigüedad; en primer lugar, habría que definir las identidades de quienes conforman el proceso interactivo; en segundo lugar, debería determinarse en qué sentido se habla de interacción; este sentido cambia de manera notable, sobre todo en relación con el problema del conocimiento y del manejo de las informaciones. En efecto, solo cuando entre dos o más interlocutores existe un cierto equilibrio en el intercambio de informaciones y conocimientos es que se produce un diálogo democrático en condiciones de real libertad.

5. Por todas estas razones, existen carencias metodológicas que afectan la arquitectura de las herramientas digitales, lo que perjudica tanto el diseño de los programas aplicativos cuanto el producto que con ellos desarrollan los artistas y los educadores, que de esta manera son reducidos al rango de usuarios. Este “reduccionismo” ontológico de los seres humanos es evidente en los mecanismos de la interacción con las computadoras, en las realidades virtuales y en el ciberespacio, cuando no se han establecido ciertas condiciones hermenéuticas en los ámbitos epistemológico, estético, histórico y social. La hipótesis que se plantea en este caso consiste en que las herramientas digitales, así como están concebidas actualmente, presentan los rasgos de la deconstrucción y de la anarquía epistemológica y favorecen los procesos de control y de manipulación que caracterizan los simulacros.

6. En relación con este problema, discuto la naturaleza del software y el oficio que cumplen y que serán llamadas a cumplir —cada vez en mayor medida— las interfaces, las cuales están evolucionando desde una naturaleza simplemente operativa hacia el estatus de medio de comunicación y de expresión artística y cultural. Desde este punto de vista se resalta ulteriormente la importancia de la relación entre la tecnología digital y el pensamiento filosófico. Trato de demostrar que las interfaces, como se presentan ahora, forman por sí mismas un entorno hostil a la interacción, al intercambio cultural y, en fin, al mismo proceso hermenéutico que el hombre contemporáneo, en búsqueda de verdades y valores, está llamado permanentemente a desarrollar.

7. Sin embargo, hay que reconocer que fuera del panorama de la crisis institucional y teórica del arte, hay evidencias de alternativas viables, como los nuevos enlaces entre ciencia y arte y la estética hermenéutica que apenas hemos visto. Desde estas alternativas me parece esencial rescatar dos aspectos; en primer lugar, la tendencia indeterminada y abierta del arte, recuperando las tesis contenidas en Obra abierta de Umberto Eco, texto sobre el cual, me parece, las artes visuales no cumplen con una reflexión consistente, sobre todo considerando lo que el término abierto implica en los ambientes interactivos y multimediales. En segundo lugar, los conceptos de autopoiesis y de emergence o autoorganización, términos utilizados en las nuevas matemáticas, en la teoría del caos y en la vida artificial. Juntando estas hipótesis, resultará evidente la recuperación no decorativa, sino hermenéutica y epistemológica, del arte y las posibilidades para reinventar sus roles cultural y social.

8. Quizás ahora quede establecida de manera más clara la fortaleza de la relación estructural entre arte y educación y por qué ambas, en las dificultades tecnológicas, deben proceder apoyándose mutuamente. Es más, pretendo subrayar aquí que esta relación es clave, en tanto coloca el arte en una dimensión formativa que supera lo estético y lo artístico. En este sentido, se exploran las dimensiones hermenéuticas y mayéuticas del arte y de los hipertextos. En lo que concierne a la educación, la relación con el arte evidencia la necesidad de defender su autonomía contra aquellos que intentan reducirla, mediante la tecnología, al rango de herramienta productiva o de mercadería.

La forma emergente

Подняться наверх