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La crítica mediática
Оглавление¿Qué hacer entonces? Para Jean Baudrillard, en realidad, poco: las sociedades avanzadas han sido ya conquistadas por la fatal combinación de medios masivos y tecnologías digitales.4 Según su análisis, la televisión y las realidades virtuales han matado la realidad, convirtiéndola en un conjunto de simulacros. El “delito perfecto” es la hipótesis extrema de la desaparición de la realidad y de la posibilidad de la ilusión.
La teoría crítica de Baudrillard tiene un parentesco o una relación, sin entrar en el mérito de las diferencias teóricas específicas, con las ideas de Heidegger, Adorno, Benjamin, Foucault, el situacionismo de Guy Debord, y Paul Virilio. Se podría resumir aquí este conjunto de pensamientos: primero, los medios de comunicación masivos son un instrumento que posibilita, mediante la publicidad, la propaganda y la manipulación de las informaciones, el control de las conciencias individuales por parte de intereses políticos y de mercado; segundo, estas técnicas se basan en la creación de un simulacro mediático alternativo al mundo real, por medio de la producción y difusión infinita de las imágenes; tercero, las imágenes sintéticas son responsables de un desarrollo dramático de estos procesos, ya que la simulación hiperrealista permite que las realidades virtuales (y los medios masivos que las utilizan), puedan prescindir de cualquier referencia a lo real. Así pues, argumenta Baudrillard, es la tecnología digital la que permite el triunfo del simulacro sobre el mundo real.
Este cóctel se hace realmente explosivo, como opina Paul Virilio, si se une, por un lado, al nihilismo del pensamiento posmoderno, y por el otro, a los excesos de las investigaciones científicas extremas, como la ingeniería genética o nuclear. Hablé de radicalización del debate, escuchemos qué dice Virilio:
Último ejemplo de monopolio, el cibermundo no es más que otra forma hipertrófica de colonialismo cibernético: las interconexiones de Internet prefiguran de hecho el próximo lanzamiento de la ciberbomba —las futuras autopistas de la información— y luego la realización, siempre bajo la égida de Estados Unidos, no solo a través de la ampliación de la OTAN, sino por medio de una nueva defensa total, según el modelo de la guerra fría, la glaciación informática como anuncio de la disuasión atómica.5
Son muchos los críticos de la tecnología que piensan de esta manera. Es evidente que, con ataques tan virulentos, el espacio para un examen constructivo de la tecnología queda bastante reducido. En este sentido, el éxito en Estados Unidos de los filósofos postestructuralistas y de la deconstrucción, que han creado una verdadera moda, ha dificultado ulteriormente el surgimiento de un proceso crítico, no solo en ese país. Se ha desarrollado así una polémica contra los filósofos posmodernos, cuyas intemperancias intelectuales y estilísticas son aprovechadas para rebajar el alcance de sus argumentos más serios y contundentes.