Читать книгу Poesía epigráfica latina I - Varios autores - Страница 44

1918

Оглавление

Se abre la entrada hacia los sagrados umbrales de Cristo. Corred todos a porfía, venid pueblos, y quienes estáis sedientos tomad la vida, que Dios os la da.

Curiosamente, sin embargo, la epigrafía cristiana parece querer seguir buscando sus fuentes de inspiración no en la nueva poesía cristiana, sino en los mismos autores de los que habían bebido los anónimos poetas paganos. Al margen, pues, de una u otra creencia, Virgilio, leído hasta la saciedad en las escuelas y cuyos hexámetros eran aprendidos de memoria, seguía siendo el común denominador de todos 82 .

Las inscripciones cristianas, en ese delicado proceso de adaptación de un género ya consolidado, se presentan como la prolongación cronológica y rectilínea de la anterior epigrafía pagana, persistiendo en ellas la mayor parte de los elementos tradicionales, abandonándose otros e incrementándose sustancialmente algunos rasgos que hasta entonces apenas sí se esbozaban.

Por lo que respecta a las inscripciones monumentales (aquellas que recordaban para la eternidad a quienes de alguna manera favorecieron la construcción o renovación de una obra pública), resultaron ser un género perfectamente exportable al mundo cristiano, en el que sufrieron una ejemplar transformación que casi llegó a identificarlas —así lo señaló Mariner 83 — con el género votivo o de dedicatoria. Templos, capillas, santuarios, etc., se construían y dedicaban a Dios, a los santos o a los mártires, normalmente en señal de agradecimiento y pidiendo a cambio ayuda y protección.

Y desde la descripción de los rasgos gloriosos de santos y mártires, este género monumental llegó a alcanzar también notables concomitancias con el de las inscripciones honoríficas, perdiendo en general la riqueza y variedad de las divagaciones mitológicas que tuvieron cabida entre los paganos.

En la epigrafía funeraria cristiana, heredada directamente de la pagana y formada a partir de ella, suele persistir la mayor parte de los elementos que describíamos páginas atrás. Siguen, pues, ofreciéndonos reflexiones sobre la inexorabilidad del destino, o la universalidad de la muerte 84 ; el nombre del difunto preside también sus epitafios y se recurre con frecuencia al juego literario del acróstico (la unión significativa de la letra inicial de cada verso) para su perpetuación:

Poesía epigráfica latina I

Подняться наверх